Aunque está prohibido, contratar falsos autónomos sigue siendo una práctica bastante habitual en muchos pequeños y grandes negocios. El caso de los riders ha destapado esta forma de actuar que estaba imponiéndose en algunos sectores.
La legislación española distingue entre asalariados y autónomos, pero entre ambos ha surgido la ilegal figura del falso autónomo. Un problema que se trata de evitar sancionando duramente a los empleadores que recurran a ella.
Características de los falsos autónomos
Es necesario examinar con detalle cada caso concreto para saber si estamos ante un falso autónomo. No obstante, hay una serie de características que pueden ayudar a intuir que no estamos ante un profesional independiente.
Los falsos autónomos actúan como si fueran empleados de la empresa, utilizando sus medios materiales. Reciben un salario por los servicios prestados, que en este caso se hace a modo de pago de la factura emitida. Al no ser un trabajador por cuenta ajena, el autónomo no está acogido a ningún convenio colectivo ni tiene derecho a indemnización.
