viernes, 13 diciembre 2024

De la casa de campo al piso de ciudad: la demanda vuelve a las capitales

La pandemia trajo consigo un cambio de hábito en el estilo de vida de los compradores de viviendas. Los futuros propietarios buscaban viviendas más espaciosas, con zonas verdes y en las que se pudiera combinar cuidar de la familia con el trabajo. De hecho, el pasado año aumento el apetito inversor por las fincas rurales, lo que llevó a que la compraventa de suelo rústico creciera un 30% de noviembre de 2020 al mismo mes de 2021. En total, fueron 157.350 las fincas vendidas, lo que demuestra el interés creciente de los inversores por el campo.

Pero parece que este tiempo ya pasó. Si bien a día de hoy sigue habiendo un interés creciente por la compra de vivienda en zonas rurales, alejadas de los principales núcleos urbanos, el pensamiento del comprador es más de tenerla como una segunda residencia o una oportunidad de inversión. Y este cambio de perspectiva viene sobre todo a pesar del ligero repunte en el nivel de precios motivado por la acumulación de la oferta. Igualmente, a lo largo del último año se produjeron un total de 440.404 transmisiones patrimoniales de fincas rústicas, un número que incluye compraventa, arrendamiento, donación, permuta y herencia. Este número representa un incremento anual del 16,59%.

Esta tendencia se dio con fuerza en los primeros meses de la pandemia, en el año 2020. Los compradores buscaban otro tipo de entorno y de vivienda y, gracias a un cierto nivel de ahorro forzoso, decidieron optar por un cambio. «Todo esto», señala Ferran Font, director de pisos.com, «se fue reduciendo con el paso de los meses y la consiguiente vuelta a la normalidad, llegando el punto de que la localización vuelve a ser uno de los principales factores que tienen en cuenta familias y particulares a la hora de adquirir una vivienda».

«Para 2022 hay una tendencia clara de buscar vivienda en grandes ciudades, que se impondrá por completo a las casas de tipo unifamiliar en otros entornos, que poco a poco van perdiendo fuelle respecto al año anterior. Las ciudades, históricamente, han sido los pilares fundamentales para el sector inmobiliario, en especial en el aspecto de la vivienda por las ofertas laborales y de ocio. Ahora, en 2022, volverán a serlo más que nunca», afirma Font.

La tendencia para este 2022 según los expertos es buscar vivienda en la ciudad

DESPOBLACIÓN

Según un informe de Cocampo, una startup especializada en el sector rural, el riesgo de despoblamiento en el ámbito rural alcanza a casi la mitad de los municipios españoles. Exactamente alcanza al 48,4%, lo que equivale a la mitad de la superficie del país. Esto está generando ya una fractura social y desconexión entre el mundo rural y el urbano y podría llegar a generar una situación de desabastecimiento, además de la pérdida de patrimonio cultural y social.

Ante una población cada vez más envejecida, los ayuntamientos de las zonas rurales y de interior aspiran a repoblar los municipios para reactivar la economía. Una tarea que, a priori, luce complicada. Pero, según pisos.com, una de las claves para estimular esta tendencia y evitar un nuevo éxodo rural es el Plan Estatal de Acceso a la Vivienda 2022-2025. Aprobado el pasado mes de enero por el Consejo de Ministros, esta ayuda se traducirá en subvenciones de hasta 10.800 euros para menores de 35 años que estén interesados en adquirir viviendas en localidades con menos de 10.000 habitantes.

La subvención estará limitada al 20% del precio total de la operación, que no podrá exceder los 120.000 euros, y a aquellas personas que cuenten con una renta anual igual o inferior a tres veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem), es decir, 24.318 euros anuales.

Provincias como Zamora, Teruel o Cáceres, todas ellas parte de la llamada España Vaciada, registraron en la segunda mitad del 2021 variaciones de precios interanuales mucho menores que las medias de sus comunidades autónomas. «A todas aquellas personas interesadas en vivienda rural se les recomienda analizar bien el nivel de precios y la evolución de los mismos, de modo que puedan aprovechar al máximo las ofertas de cada mercado».

Uno de los argumentos que llevaba a los compradores a optar por una vivienda en el campo era que el sector primario fue uno de los más resilientes tras la pandemia. En 2020 alcanzó los 35.398 millones de euros, un 8,7% más con respecto a 2019 y representó el 3,2% del PIB. Igualmente, en el 2021, la producción agrícola alcanzó una cifra récord, llegando a los 33.153 millones de euros, lo que supone un aumento de más del 9%.

PERFIL Y EDAD DEL PROPIETARIO DE FINCAS RURALES

Las características del suelo rústico en España son únicas. Nuestro país cuenta con 50,6 millones de hectáreas, y la mayor parte del suelo es superficie forestal, con 19,4 millones de hectáreas. Les siguen las tierras dedicadas a cultivos, con 16,9 millones de ha. El tercer uso son los pastizales, con 8,3 millones ha, el 16,5% del total. Las ciudades y poblaciones, zonas industriales, carreteras y otros usos no rústicos se concentran escaso 11,8% de la superficie.

En cuanto al perfil del propietario de fincas rurales, la mayor parte de ellos son personas físicas, un 93,2%, que, además, es normalmente el jefe de la explotación (75,6%). Los propietarios jefes de explotaciones gestionan el 60% de la superficie agraria. Las sociedades mercantiles representan el 2,6% de las explotaciones y el 11,5% de las superficies, es decir, gestionan explotaciones de mayor tamaño.

Pero el problema del campo es la edad de los titulares de estas explotaciones. De hecho, el 60% de los propietarios tienen entre 40 y 64 años, una cifra que cada vez más está aumentando. Por su parte, el tercio restante, exactamente el 31% un tercio (el 31,3%) son mayores de 65 años, dejando un problema de envejecimiento difícil de solucionar. Los jóvenes ni están ni se les esperan en el campo, sobre todo por la vida dura y tan poco gratificante que ofrece.


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