Una de las formas habituales de sobreponerse a una crisis es vía precios; en concreto, su reducción. Esto puede golpear los márgenes, pero aumenta las ventas y la marca sigue viva. Aunque a veces, como ha demostrado la DO Ribera del Duero, se puede emerger con la venta de los productos de mayor calidad.
Y no solo eso, sino también el número. Así lo ha dado a conocer el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero en estos primeros días del año. En concreto, el organismo ha comunicado que entregó el pasado año 100.421.036 de contraetiquetas a las bodegas para la comercialización de sus vinos dentro y fuera de España, lo que supone un récord en la historia de la DO.
A pesar de la inestable y difícil situación que la hostelería española ha tenido que sufrir durante el pasado año, el volumen de las contraetiquetas proporcionadas, no sólo no se ha visto perjudicado, sino que incluso ha mejorado el hasta ahora récord de 97.815.692 unidades conseguidas en el año 2017.
De esta manera, el Consejo Regulador ha entregado en 2021 un 28,1% más respecto a las 78.396.944 contraetiquetas de 2020, y un 12,8% más que las 89.003.182 del 2019, año de la prepandemia, cuando tanto la hostelería –principal canal de comercialización de la DO– como la distribución no esperaban el contexto de la Covid 19 que se avecinaba a los pocos meses.
LOS ‘VINOS PREMIUM’ TOMAN EL PULSO
Por tipo de contraetiqueta, la entrega de contras de Reserva y Gran Reserva, que hacen referencia a vinos caracterizados por su calidad y longevidad, ha aumentado un 24,7% y 22,2%, respectivamente, con respecto a 2020.
De hecho, las categorías que mejor se han vuelto a comportar en 2021 han sido las de mayor valor añadido: Crianza, Reserva y Gran Reserva que han representado más del 37% del total de contraetiquetas entregadas el año pasado, considerando en este porcentaje los vinos de guarda que se comercializan con la contraetiqueta de Cosecha. Hay que recordar que no todos los vinos de guarda de Ribera del Duero visten las etiquetas tradicionales, pues las bodegas, en continua creatividad, recurren en ocasiones a la contraetiqueta genérica de Cosecha para vestir sus vinos, no se ajustan a los tiempos marcados o simplemente buscando una diferenciación. Así, muchos de los grandes vinos de guarda de las bodegas de la DO se acompañan de esta precinta, aunque por sus características no pueden ser considerados jóvenes.
Las más de 100 millones de contraetiquetas entregadas el pasado año refleja la fuerte confianza de los consumidores en los vinos de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Tras la pandemia, el consumidor se ha vuelto más exigente que nunca, por lo que esta cifra viene a consolidar que el público ve en los vinos de Ribera del Duero una referencia en valor añadido, así como la firme apuesta de sus viticultores y bodegueros por la calidad por vinos que expresen el excepcional terruño de la zona.
UN EJERCICIO MUY ESPECIAL
Ribera del Duero inaugura 2022 con la vista puesta en el 21 de julio, día en el que se conmemorarán los primeros cuarenta años de la constitución de la Denominación de Origen. La firma del documento oficial en la estación de metro del Retiro de Madrid dio el pistoletazo de salida oficial a una marca de calidad que, en solo cuatro décadas, ha conseguido situar sus vinos entre los más reconocidos del mundo.
Las primeras bodegas y viticultores fundadores, gente de la tierra que ya había comenzado a elaborar en las cooperativas, han visto crecer y consolidarse un proyecto que ha ido siempre de la mano de la filosofía inicial: elaborar grandes vinos que sean el reflejo de una forma de vida, de una manera de entender la tierra, de unos usos y tradiciones ancestrales, de una comarca única. Sin perder nunca ese objetivo, Ribera del Duero ha ido dando pasos firmes para consolidarse como una DO versátil, creativa, vanguardista, innovadora y con espíritu propio.
La creación de los tan aclamados robles, vinos jóvenes con un breve paso en barrica, supuso un antes y después en el panorama vinícola español, ofreciendo al consumidor una alternativa de calidad y mostrando una búsqueda continua de nuevos conceptos por parte de los profesionales ribereños.
Las nuevas formas de interpretación de los rosados o claretes, vinos tradicionalmente jóvenes que en los últimos años las bodegas han pasado por barrica dando lugar a rosados de guarda, junto con la histórica creación de los vinos blancos de la DO, elaborados con la variedad autóctona Albillo Mayor, han supuesto una nueva revolución en Ribera del Duero.