¿Agua o caldo? Qué debes usar para sacar todo el sabor a tu paella

La receta tradicional de la paella, a leña, tal y como se prepara los domingos, tiene unos ingredientes muy concretos, y sólo admite pequeñas variaciones en función de la temporada. Hasta está estipulado el tipo de leña que debe utilizarse para el fuego, la del naranjo. Pero, a la hora de hacerlo, surgen algunas dudas que al final terminan jugando un papel importante en su resultado.

Y es que, más allá de que seamos todos unos expertos en este típico plato valenciano, como si es nuestra primera vez, existen ciertos toques ‘mágicos’ que son los que posteriormente darán ese sabor que queremos, o que al menos buscamos, a la hora de su preparación. Por ejemplo en lo que tiene que ver con el juego: ¿es mejor echar caldo o agua a la paella? Lo repasamos desde MERCA2.

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Para la paella tradicional, mejor caldo

Paella tradicional caldo

A cualquiera que le interese un poco la cocina (expertos y los que no lo son tanto), coincidirá con nosotros que un buen caldo, como un buen sofrito, es la base de cientos de elaboraciones y especialmente de la paella y demás arroces.

Y en el caso de la paella no podía ser menos. Si de lo que se trata es de elaborar la paella valenciana clásica, de toda la vida (pollo y conejo), el caldo deberá ser de pollo, de verduras o de ambas cosas al mismo tiempo.

Todo consiste en ir guardando en bolsas dentro del congelador cuantas carcasas, trocitos de grasa y cortes de pollo se vayan consumiendo. Y lo mismo con las partes que normalmente se desechan de las verduras, por ejemplo las hojas de los puerros. En realidad, un buen caldo es un excelente ejemplo de cocina de aprovechamiento. Y para muchos, el caldo es un componente importante en nuestra paella. Si queremos que salga bien, debemos considerarlo.

Jorge Majdalani
Jorge Majdalani
Periodista, redactor de Estilo de vida en MERCA2 dedicado a toda su actualidad. Especializado en el deporte motor y su frente automovilístico, llevo más de 10 años de entrega en el mundo de la redacción de contenidos. Curioso aprendiz y contador de historias.