Una lata de conserva es uno de los productos más recurrentes para esos momentos en los que no te apetece cocinar y no tienes nada que comer, o para un aperitivo, complementar otros platos, etc. Aportan mucha flexibilidad y son muy cómodas, ya que simplemente las abres y puedes comenzar a disfrutar de ellas. A eso hay que agregar la gran variedad de conservas existentes, desde productos del mar, hasta legumbres, verduras, carnes, etc.
Si eso te parece poco, suelen ser productos bastante saludables, debido al proceso de conservación al que se someten y durante el que no pierden demasiados nutrientes. Aunque bien es cierto que alimentarse solo exclusivamente de conservas no es lo más saludable. Además, esconden otra amenaza para tu salud si no las usas de forma adecuada…