¿Malos tiempos para Amadeus? Su CEO se deshace de la mitad de sus acciones en dos meses

Uno de los refranes que con más vigencia se siguen utilizando en nuestros días es aquel que dice eso de: ‘Al mal tiempo buena cara’. Eso mismo es lo que debe de pensar el consejero delegado de Amadeus, Luis Maroto, acerca del futuro bursátil de la firma en el que se espera un año difícil para el sector turístico. El directivo ante la tormenta en la que puede caer el valor ha decidido hacer caja vendiendo la mitad de sus acciones a medida que el valor ha rebotado del derrumbe generalizado, de todas las bolsas, de finales de año.

La posición bursátil de Amadeus ha cambiado drásticamente en apenas unos meses. Hace algo menos de un año, parecía idílica tras despegar en apenas seis meses un 35% y entrar (por méritos propios, y también por deméritos de BBVA y su gestión de la crisis turca y el caso Villarejo) entre los cinco valores españoles con mayor capitalización del mercado. Ahora, las expectativas son contrarias como demuestra la evolución del capital invertido por los fondos españoles, que se ha reducido un 26% desde el tercer trimestre del 2018.

Y claro, en plena retirada de los fondos, el que vende el último es el que más pierde, Maroto se ha animado a deshacerse de gran parte de sus títulos para hacer caja ante posibles caídas. Así, desde que el pasado 21 de enero Maroto diese la orden para vender el primer paquete, fueron 12.500 acciones a un precio de 65 euros, la operación se ha ido repitiendo otras siete ocasiones entre marzo y la última venta que realizó el pasado miércoles 22. Unos movimientos que le ha permitido hacer una caja de 6,42 millones de euros.

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En concreto, cuando Maroto llevó a cabo la primera operación mantenía un 0,39% del total del capital social de la compañía, una cifra que se ha reducido al 0,18% tras la venta de este pasado martes. En total, se ha desprendido en 2019 de más de 95.000 títulos, aunque la mayor intensidad en las colocaciones se produjo en marzo, ya que seis de las ocho operaciones las realizó en dicho mes.

Además, como guinda al pastel, al ejecutivo no le ha costado nada conseguir dichas acciones, ya que la gran mayoría se le han abonado en concepto de salario. En concreto, Maroto ha ido poniendo a la venta los paquetes de títulos que recibe procedentes del Plan de Retribución de Acciones de años anteriores, lleva en el puesto desde 2011, de tal manera que las ventas que realizó en 2018 venían en parte del Plan de 2015, mientras que los movimientos en este 2019 se han ejecutado sobre las percibidas en 2016. Todo ello lleva a pensar que seguirá con la misma política en años posteriores, le quedan cerca de 100.000 títulos por desbloquear (deben pasar tres años para poder venderlas) correspondientes a 2017, 2018 y 2019. Por lo que en los sucesivos años podrá seguir con dicha política se desprenderse de las acciones una vez las tiene en su poder.

MAROTO, MAL EJEMPLO PARA LA INVERSIÓN EN AMADEUS

La posición de Maroto respecto al desempeño de la compañía es radicalmente contraria a la oficial, esto es la actitud que los inversores quieren ver en la cúpula de las firmas para invertir en ellas. De hecho, la pregunta es fácil: ¿Debería cualquier ahorrador invertir en acciones de Amadeus, mientras ve que su máximo dirigente (que tiene mayor información que cualquier analista) prácticamente se está deshaciendo de ellas en cuanto puede? Además, en un momento en el que las compañías están optando por rellenar su autocartera.

¿Debería cualquier ahorrador invertir en acciones de Amadeus, mientras ve que su máximo dirigente prácticamente se está deshaciendo de ellas en cuanto puede?

Lo anterior, además, está en la actualidad muy moda por el reciente libro (‘Skin in the game’) escrito por uno de los autores más reconocidos en el mundo de la inversión, Nashim Taleb. La obra, que ha sido bendecida por un gran número de inversores y analistas, explica que por los valores que realmente merece la pena apostar, o aquellos que traen mejores retornos, son aquellos en los que los directivos (la gente que tiene poder de decisión y actuación) se juegan su propio dinero en el asunto.

Por ello, bajo este nuevo prisma que está surgiendo la posición de Maroto más bien iría en la dirección de ahuyentar inversores que de atraerlos, pero eso ya no es cosa suya. El alto ejecutivo al menos se ha garantizado una remuneración muy jugosa, mientras el valor aguanta, que ya supera los nueve millones de euros en los últimos 12 meses. Nada mal.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2