Sin Brufau no hay paraíso en Repsol

El contrato del presidente de Repsol, Antonio Brufau, finaliza en marzo de 2019. Con 70 años a nadie extrañaría su merecida jubilación, si bien los números -y los propios accionistas de todo tipo- respaldan su gestión al frente de la petrolera y podría continuar en el puesto.

El veterano economista catalán se incorporó al Consejo de Administración de Repsol en 1996 y en 2004 fue nombrado presidente. Al cumplir diez años de mandato desembarcó en la compañía Josu Jon Imaz como consejero delegado, aunque Brufau ha mantenido su papel institucional.

Bajo este contexto, la junta general de accionistas que celebra la petrolera a principios de 2019 se antoja el lugar indicado para saber si seguirá o no al frente de la misma. Con un 78,3 % de su capital en Bolsa, los máximos accionistas son CaixaBank (9,6 %) y Sacyr (8%). Consultadas ambas sobre su posición con respecto a la continuidad y gestión de Antonio Brufau, ninguna de ellas ha querido pronunciarse. Lo cual genera, más si cabe, una atmósfera peculiar ante la continuidad o no del actual presidente.

MOTIVOS PARA QUEDARSE… O IRSE

Si atendemos a los números que arroja la gestión del máximo reponsable de la compañía, hay pocas dudas sobre cuál debería ser su futuro. La evolución de Repsol en Bolsa durante el mandato de Antonio Brufau muestra una clara línea ascendente, con algunos momentos complicados.

En octubre de 2004, cuando tomó la presidencia, la acción de la petrolera cotizaba en torno a los 8,4 euros. Esta semana ronda los 16,56 euros, lo que supone una revalorización del 97,1 %. Una comparativa desde el nombramiento de Josu Jon Imaz (30 de abril) muestra una subida del 17,4 % (14,1 € al cierre de ese día), lo que desde el punto de vista bursátil también avala la gestión de la dupla Brufau-Imaz. En el ámbito internacional, las principales agencias de calificación ven un panorama estable en la compañía y sitúan su rating en Baa2 (Moody’s), BBB (Standard & Poor’s) y BBB (Fitch).

Repsol en Bolsa

Los analistas de Bloomberg consideran que “está generando un impulso en las ganancias de su negocio Upstream en el primer trimestre, con el mayor volumen de producción desde 2012, con un momento de estabilidad en Libia y un macroentorno favorable, lo que se convierte en un respaldo alentador de su perspectiva de mejora para este 2018”.

Por su parte, los expertos de la firma de análisis Kepler Cheuvreux han reiterado su recomendación de ‘compra’ sobre Repsol y su precio objetivo de 17,50 euros. “La compañía española confía en mejorar el flujo de caja para mantener la mejora de la remuneración a los accionistas y alcanzar el punto de equilibrio de tesorería (después de dividendos) incluso aunque su escenario de 50 dólares para el barril Brent se deteriore”, han apuntado. Otra entidad que recomienda los títulos de la compañía presidida por Antonio Brufau es Credit Suisse. La entidad helvética ha mejorado el consejo que lanzaba sobre la petrolera y ha elevado su precio objetivo hasta los 20 euros.

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Del mismo modo, el mercado espera movimientos corporativos tras la venta del 20 % de Gas Natural el mes pasado a CVC y Alba por unos 3.800 millones de euros. En el Plan Estratégico 2016-2020 actualizado recientemente, Repsol prevé invertir en el bienio 2018-2020 un total de 15.000 millones de euros, repartidos en un 53 % en su negocio de Upstream (Exploración y Producción) y en un 45 % en Downstream (Refino, Química, Marketing, Lubricantes, Trading, GLP, Gas & Power) y en activos de bajas emisiones de CO2. Además, destinará 2.500 millones de euros a proyectos energéticos de bajas emisiones de CO2 y desarrollará nuevas oportunidades de negocio a largo plazo.

QUÉ PIENSAN LOS ACCIONISTAS

Los accionistas también tienen un papel fundamental en la línea a seguir puesto que compañía ha anunciado que seguirá aumentando el dividendo hasta alcanzar un euro por acción en el año 2020.

Asimismo, desde la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) definen a Antonio Brufau como un presidente «dialogante, inteligente y atento» a las sugerencias que le han realizado en todos estos años.

En este sentido, la creación del comité consultivo también es un aspecto que valoran positivamente desde la Aemec, ya que muestra «un gesto de respeto al accionista». En cuanto a su futuro en la compañía, la asociación se muestra «tranquila» porque aunque Repsol es una empresa presidencialista cuenta con la suficiente división de poderes e independencia en el consejo como para buscar la mejor solución para los accionistas.

Y QUÉ DICEN LOS NÚMEROS DE REPSOL

Los ingresos anuales de Repsol desde 2014 han estado por encima de los 41.000 millones de euros (salvo en 2016 cuando la caída de los precios del petróleo y del gas provocó que bajaran hasta los 34.700 millones de euros). En el otro lado de la balanza, la deuda ha caído entre 2010 y marzo de 2018 un total de 3.819 millones de euros, un 19,83 %, según los datos recogidos por Bloomberg.

El futuro parece alentador para la compañía con sede en la madrileña calle de Méndez Álvaro. Las estimaciones de este proveedor de servicios financieros estadounidense sitúan los ingresos de la compañía en 48.800 millones de euros en 2018 y 49.200 millones de euros en 2019, lo que confirma la línea ascendente. Además, colocan su BPA (Beneficio Por Acción) en 1,60 (2018) y 1,64 (2019), por encima de los actuales 1,55 (2017) y 1,30 (2016).

La decisión de continuidad de Antonio Brufau en la presidencia de Repsol dependerá en gran medida de su voluntad y la del Consejo de Administración. Lo que no podrán poner en duda son los números contables y bursátiles que deja su gestión.