Imagina unas buenas patatas fritas, crujientes por
fuera pero sabrosas por dentro. O un buen filete empanado. Sí,
sabemos que se te está haciendo la boca agua. Pero un detalle que
puede arruinar esa comilona que tienes en tu mente es el aceite.
Puede que uses aceite de oliva; o que sigas la moda de un
nuevo aceite para cocinar.
Aunque no lo creas, el aceite que usas puede darle
ese toque especial a tus comidas. Y para conseguirlo, antes de nada
has de saber qué tipos de aceites para cocinar existen. O al menos
cuáles son los mejores.
No te preocupes, hemos hecho un recopilatorio con toda la información sobre ellos, que no solo existe el aceite de oliva. Hay muchos más.
Aceite de oliva virgen extra, la estrella de los
aceites
El aceite de oliva virgen extra es el que más conocemos y el considerado como mejor aceite. Ahora bien, algo que quizá no sepas es que existen muchas variedades; por ejemplo, el picual que, a veces, puede llegar a picar (y cuando se somete a temperaturas altas, pica mucho).
Su sabor suele ser afrutado, amargo y sí, algo
picante. Pero lo bueno es que es neutro y nutricionalmente,
siempre que no te pases, adecuado para el día a día. Eso sí, algo
que no sabrás es que el aceite de oliva no es muy adecuado para las
frituras.
Así que todo lo que has estado friendo hasta
ahora (patatas, empanados, pescado, etc.) podría haber tenido un
mejor sabor si hubieras utilizado otro aceite.
El aceite de oliva virgen extra contiene un 14% de grasas saturadas, un73% de grasas monoinsaturadas, un 11% de grasas poliinsaturadas y, como te hemos dicho, es apto para la cocina, para aliñar, para mojar… Pero no para freír.
Aceite de girasol
La primera vez que vi a una amiga rellenar su
freidora con una garrafa de aceite de girasol me quedé muy
sorprendida porque siempre utilizaba aceite de oliva para todo. Pero
en realidad, el aceite de girasol es muy adecuado para las
frituras porque no da sabor y no es tan viscoso, con lo que
obtienes que las frituras no salgan tan aceitosas como ocurre con el
aceite de oliva (aparte de que este les da sabor).
El aceite de girasol es alto en vitamina E y en
grasas saturadas. Concretamente tiene entre un 9 y un 11% de grasas
saturadas (dependerá de si usas linoleico o alto oleico); entre un
20 y un 82% de grasas monoinsaturadas, y entre 9 y 62% de grasas
poliinsaturadas.
Además, se puede usar en la repostería y en todo lo que vayas a hacer al horno, porque al ser inodoro, no afectará al olor y sabor de lo que cocines con él.
Aceite de coco
El aceite de coco no tiene color. se puede ver
blanco en un principio pero, al calentarse, es prácticamente
transparente. Eso sí, tiene un aroma a coco que impregna los
demás alimentos cuando se cocina con él.
Por eso, el uso que le suelen dar es el de la
repostería, o para cocinar al horno. También para los salteados,
siempre que no te importe ese sabor con coco.
En cuanto a cifras, el aceite de coco tiene un 92% de grasas saturadas, un 6% de grasas monoinsaturadas, y un 2% de grasas poliinsaturadas. Como te decimos, puede ser usado como manteca, para horneados y para repostería y pastelería. Son sus mejores usos.
Aceite de lino, con tantos beneficios como el aceite de oliva
¿Conoces este aceite? Se obtiene de las semillas
de lino y es de sabor muy, muy suave, pero con grandes
beneficios ya que contiene omega 3, 6 y 9.
El problema es que suele deteriorarse muy pronto
con el oxígeno, por eso hay que abrir una botella y, prácticamente,
consumirlo.
Es uno de los aceites más caros, porque el litro puede llegar a costarte los 18-20 euros. Pero su uso se suele reservar para aliños, hacer salsas, y poco más. No es un aceite para freír, como le ocurre al aceite de oliva.
Aceite de aguacate
Otro de los aceites que se ha puesto de moda y que
convive con el aceite de oliva es el de aguacate. Suele tener un
color verdoso en diferentes grados y además sabor, ya que te
encontrarás con una sensación a nueces con aguacate (algo extraño,
pero no desagradable).
Este aceite es alto en potasio, vitamina A, E y D.
Tiene un 12% de grasas saturadas, y un 74 y 14% de monoinsaturadas y
poliinsaturadas respectivamente.
Es adecuado para cocinar con él, incluso para hacer frituras porque soporta muy bien las temperaturas altas.
Aceite de maíz
Aunque no sea habitual, porque prácticamente en
todos los hogares españoles se consume el aceite de oliva, el aceite
de maíz se emplea mucho en la cocina industrial (y en mucha
doméstica).
Es rico en ácidos grasos Omega 6, fitoesteroles y
vitamina E. Tiene un 13% de grasas saturadas, un 25% de
monoinsaturadas y un 62% de grasas poliinsaturadas.
¿Su uso? Pues es ideal para las frituras, para hacer margarina con él, y para cocinar. Ahora bien, no lo utilices para ensaladas porque no es bueno. Para eso mejor utilizar otros aceites de los que te hemos comentado.
Aceite de cacahuete, mucho menos conocido que el aceite de oliva
El aceite de cacahuete, como el aceite de girasol,
es utilizado para las frituras. Ahora bien, al contrario que
el otro, este sí deja cierto aroma a nueces cuando se usa.
Aparte de para frituras, puede utilizarse para
la plancha, ensaladas y si quieres un aceite que, al mismo
tiempo, no te impregne los alimentos de un sabor potente.
Tiene un 18% de grasas saturadas, un 49% de grasas monoinsaturadas y un 33% de grasas poliinsaturadas.
Aceite de sésamo
El aceite de sésamo se obtiene de las semillas
de sésamo y, aunque te hemos dicho que el aceite de oliva es de
los que más impregna los alimentos, lo cierto es que el que tiene el
aroma más fuerte es, sin duda, este aceite.
Puedes encontrarlo en el mercado en dos formatos:
ligero (con menos sabor), u oscuro (muy fuerte). Tiene un 14% de
gasas saturadas y un 43% de monoinsaturadas y poliinsaturadas.
Ahora bien, entre sus usos está el de freír con él, aunque solo si quieres que el alimento sepa a sésamo. Realmente lo suelen usar para salsas, ensaladas, etc. No se usa en repostería porque da un sabor demasiado rancio.
Otros aceites del estilo del aceite de oliva
En el mercado existen otros aceites que seguro has
oído hablar de ellos como son el aceite de colza, el aceite de
palma, el de semillas de algodón, el aceite de soja, etc.
Son más complicados de encontrar, pero no
imposibles, y cada uno de ellos tiene un uso más adecuado, ya sea
para la cocina, el horno, la repostería, etc.
Ahora que los conoces, podrás fijarte en si tu cocina está utilizando el aceite adecuado para hacer de tus guisos algo digno de un manjar de dioses.