Ejercer tu profesión por tu cuenta no es sencillo, no solo tienes que realizar las tareas propias de tu trabajo, sino que además debes afrontar actividades de gestión que te pueden robar una gran parte de tu tiempo: contabilidad, impuestos, etc. Por suerte siempre puedes externalizar estas tareas y dejarlas en manos de profesionales. Una asesoría puede ser tu mejor aliada para asegurarte de que cumples a tiempo con todas tus obligaciones legales y fiscales.
La relación entre un autónomo y su asesoría o gestoría es una relación de confianza. Si tienes un determinado asesor es porque confías en él. En cambio, si sucede algo que rompa esa confianza, o si sencillamente la persona que te atendía en la oficina deja de trabajar en ella, es posible que decidas coger tus papeles y buscar asesoramiento en otro sitio. Si llevas mucho tiempo trabajando con la misma gestoría esto puede parecerte complejo, pero es más sencillo de lo que crees. Vamos a ver algunos consejos que te ayudarán a hacer el cambio con las menos complicaciones posibles.
¿Por qué cambiar de asesoría?

Hay muchas razones que pueden llevar al autónomo a tomar esta decisión. La pérdida de confianza que mencionábamos antes es una de las más importantes, pero no es la única. El precio también tiene mucho peso en la elección. Si el precio que te ofrece tu asesoría de toda la vida es más elevado del que te ofrece la competencia, o bien tu asesor actual te ofrece un servicio de mucho valor añadido o lo más probable es que te plantees hacer el cambio para ahorrar costes.
Otros motivos para cambiar de gestoría son una deficiente comunicación que hace que nunca te informen sobre las novedades legales que te afectan o sobre las subvenciones y ayudas para autónomos a las que te podrías acoger. Si ves que no hay un verdadero compromiso con tu empresa o tu negocio, si han cometido errores que te han acabado generando problemas o si sencillamente te sientes desatendido.
¿Te puedes cambiar de asesoría en cualquier momento?

Esto depende del tipo de contrato que tengas firmado con tu gestor. Normalmente la relación autónomo-asesoría tiene una duración anual y el contrato se va renovando anualmente si ninguna de las dos partes muestra impedimento para ello. Por eso, antes de tomar la decisión revisa bien por cuanto tiempo es tu contrato. Puede que si intentas romperlo antes de plazo tengas que pagar alguna compensación a la asesoría.
No obstante, hoy en día ya hay muchas gestorías que no obligan a sus clientes a firmar una permanencia. Esto implica que puedes marcharte en cualquier momento. Eso sí, procura organizarlo con tiempo para que no te pille en mitad del período de presentación de impuestos u otro momento delicado.
Los mejores momentos para cambiar de asesoría

Ya hemos visto que el momento del cambio va a depender de si tienes o no un compromiso de permanencia, pero si hablamos de épocas del año, lo mejor es hacer el cambio justo al iniciar el año. En enero se cierra el ejercicio fiscal, lo que conlleva el cierre de la contabilidad y la presentación de los impuestos correspondientes. Una vez que todas las operaciones están cerradas, es el momento perfecto para irse a trabajar con otra gestoría.
Si no has podido hacer el cambio a principio de año, siempre puedes optar por hacerlo después del final de cada trimestre. Ocurre algo similar al caso anterior, justo después de cada trimestre tienes todos los impuestos presentados y se abre un nuevo período en el que tienes más tiempo para mover los papeles y hacer las gestiones que sean necesarias con mayor tranquilidad.
¿Qué documentación te hace falta para hacer el cambio?

Hoy en día los procesos de cambio de asesoría son bastante rápidos, pero es un trámite que se lleva algo de tiempo, así que procura avisar a tu gestor actual con suficiente antelación para que pueda dejarlo todo listo y la documentación revisada y al día para que te la puedas llevar. Tu nuevo gestor te dirá cual es la documentación que corre más prisa que le presentes. Lo normal en estos casos es que te entreguen la copia de todos los impuestos presentados, así como nóminas y seguros sociales; los libros de contabilidad; los libros de facturas y los documentos originales.
Lo normal es que la relación entre autónomo y asesoría se cierre en buenos términos. Pero hay veces que los gestores no se toman bien la decisión de cambio y empiezan a poner problemas para entregar la documentación. En este punto debes tener en cuenta que todos los datos y los documentos que tiene la gestoría son tuyos, por lo que en ningún caso puede negarte su entrega.
Revoca las autorizaciones concedidas

Si tienes un asesor es para que él se encargue de ciertos trámites y así tú despreocuparte de ellos. Por ello es normal que al inicio de la relación le concedas una serie de autorizaciones para realizar operaciones en tu nombre con Hacienda, la Seguridad Social, etc. Si te vas de una gestoría a otra no tiene sentido que estas autorizaciones sirvan en vigor, así que es momento de darlas de baja.
No te olvides de decirle al gestor que hay que revocar todas la autorizaciones que tenga para actuar en tu nombre ante organismos públicos. Esto no suele ocasionar problemas, puesto que el asesor es el primero que está interesado en revocar estos permisos cuando dejas de ser su cliente, ya que así se evita posibles responsabilidades.
¿Qué valorar al contratar un nuevo gestor?

Si ya tienes decidido que dejas de trabajar con tu gestoría lo único que te falta por hacer es asegurarte de que el nuevo asesor te va a dar el servicio que de verdad necesitas. Para comprobarlo es importante que prestes atención a factores como su profesionalidad, la calidad de atención al cliente, el nivel de compromiso con tu negocio, la atención personalizada y, por supuesto, el coste.
Tómate el tiempo que necesites para encontrar una nueva gestoría que te ofrezca un servicio de calidad y no confirmes a tu gestor actual que te marchas hasta que no tengas ya a su sustituto. Una vez que lo tengas todo listo para el cambio, sigue los consejos que te hemos dado y este proceso será rápido y sencillo.