La pandemia se ha cebado especialmente con los autónomos. A pesar de la existencia de ayudas, son muchos los que no han tenido más remedio que cerrar su negocio por no poder mantener ya su actividad.
En líneas generales el verano ha sido una buena época en la que la recuperación ha dado por fin la cara. Pero para algunos profesionales esto no ha sido suficiente. Las deudas acumuladas son tantas, que ni una buena campaña de verano ha permitido reflotar el negocio.
El verano de la recuperación

Las cifras económicas y de empleo del verano de 2021 han sido bastante positivas. De hecho, ha sido la primera vez en la historia que España ha llegado a los 20 millones de ocupados.
La otra cara de la moneda la encontramos en el RETA, que ha registrado más de 50.000 bajas de autónomos. Unos datos que demuestran que la recuperación ha llegado tarde para muchos.
Del cese de actividad al cierre del negocio

Muchos de los autónomos que se han dado de baja en el RETA son profesionales que no tenían empleados a su cargo y que llevaban meses cobrando las ayudas de cese de actividad.
En el momento en el que han agotado las prestaciones, no les ha quedado más remedio que dar por finalizada su aventura como autónomos, ante la imposibilidad de poder continuar con su actividad por falta de recursos.
La situación era previsible

El descenso en el número de autónomos que están de alta en el RETA era previsible. Los expertos llevan meses hablando de ello. Es más, se esperan nuevas bajas cuando acaben las ayudas que están en vigor ahora mismo.
Aunque la recuperación ha empezado, no se está dando por igual en todos los sectores. Algunos profesionales han agotado los recursos de su negocio y hasta sus recursos personales en los últimos meses, y tienen tantas deudas que no pueden continuar adelante.
La subida de costes: un nuevo riesgo para los autónomos

El aumento de las bajas en el RETA preocupa, y preocupa todavía más que la situación se agrave en los próximos meses. No solo por el fin de las ayudas actuales, también por la subida de costes que afrontan los profesionales.
Al incremento del precio de la luz y otros suministros hay que sumarle la previsible subida de impuestos que llegará en 2022 y la subida de la cuota de autónomos que entrará en vigor el próximo 1 de enero.
El incremento récord del IPC

Otro factor que tampoco invita a ser optimistas es la notable subida del IPC (Índice de Precios al Consumo) en los últimos meses. Ha experimentado un crecimiento del 5,5%, algo que no se veía desde hace casi 30 años.
Esto hace que los precios de las materias primas y de los suministros suba todavía más, haciendo que cualquier negocio pierda rentabilidad.
Aumenta el número de personas que deciden iniciar un negocio

No todos los datos son negativos. Según la estadística de altas en el RETA del mes de septiembre de 2021, España ganó 56.323 nuevos profesionales por cuenta propia, lo que supone un incremento del 1,73% con respecto a septiembre de 2020.
Por el momento, las nuevas altas que se producen consiguen mantener la tasa de reposición. Hay un cierto equilibrio en el número de cotizantes en el RETA, porque los que se van son “sustituidos” por los nuevos emprendedores.
El cese de actividad y los ERTE amortiguan la caída

Se estima que muchos de los autónomos que tienen un negocio en sectores como la hostelería, la restauración, el ocio y el comercio está pasando por importantes apuros económicos.
En muchos casos la prórroga de las ayudas de cese de actividad y de los ERTE van a permitir que estos puedan mantener su actividad unos meses más y tal vez recuperar la viabilidad de su negocio.
¿Qué pasará en 2022?

Los autónomos afectados por la crisis derivada de la pandemia tienen una gran incertidumbre con respecto a lo que ocurrirá en 2022. Confían en que las cosas mejoren, pero también son precavidos.
Aunque las medidas de restricción han desaparecido ya en muchos sitios, la aparición de la variante Delta Plus ha puesto de nuevo en alerta a las autoridades sanitarias y no se sabe cómo evolucionará la situación.
Expectativas para la campaña de Navidad

Antes de que llegue el nuevo año los autónomos afrontan en su negocio la campaña de Black Friday y luego la de Navidad, y confían que este año sea mucho mejor que el anterior. Para muchos, puede ser su tabla de salvación.
Con el ahorro de las familias en cotas más altas de lo habitual, se espera que las próximas semanas se incremente el gasto en restauración y comercios, lo que supondría un balón de oxígeno para los autónomos del sector.
Los autónomos dispuestos a presentar batalla

Aunque muchos han tenido que cerrar su negocio, los autónomos están hechos de una pasta especial y luchan hasta el último momento. Incluso estando en dificultades siguen buscando formas de continuar adelante.
Si la recuperación continúa tal y como hasta ahora, es posible que muchos negocios que ahora están en dificultades puedan superar su crisis.