Es la época de escapadas y de vacaciones. Con la llegada del buen tiempo, y tras dos años muy duros entre covid, crisis, inflación… lo que más apetece es viajar y disfrutar con familia y amigos de tiempo libre, naturaleza, montaña, playa, pero también hay sitio para la cultura. España va sobrada también de eso, con una oferta histórico-monumental que solo supera en el mundo Italia. Uno de los reclamos más importantes durante todo el año pero también en verano son los pueblos medievales en este caso, donde trasladarte a otros tiempos y donde parece que el tiempo se ha detenido. Vamos a darte suficientes ejemplos para que tengas destinos durante meses que nunca olvidarás más allá de los típicos destinos de playa y chiringuitos.
PEDRAZA, LUGAR PRIVILEGIADO DE SEGOVIA
Está ubicada a 37 kilómetros de la capital segoviana, hacia en noreste y su población no llega a los 400 habitantes. Sin embargo, su interés artístico es muy grande, siendo otra escapada recomendable para cualquier fin de semana, puentes y festivos.
Pedraza es una villa medieval amurallada, como tantos otros en esta bella provincia, conservando también el espíritu antiguo y viajando en el tiempo mientras paseas por sus calles empedradas y bajo un gran silencio. Es otra población declarada Conjunto Histórico. No te pierdas su castillo, su plaza principal y la Iglesia de San Juan. Y por supuesto, incluye alguna ruta de senderismo porque, como en anterior pueblo, está situado en pleno Parque Natural Hoces del río Duratón.
AYLLÓN, OTRA JOYA EN SEGOVIA
Es otro de los puntos de Segovia de obligada visita y escapada. Esta villa medieval es un festival de monumentalidad, con el encanto de su Plaza Mayor, el Ayuntamiento del siglo XVI y la antigua iglesia de San Miguel del siglo XIII. También cuenta con palacios como el de Vellosillo y un Museo de Arte Contemporáneo. Un bagaje increíble para un pueblo pequeño.
Este pueblo está ubicado en el norte de la provincia, atravesado por los ríos Aguisejo y Riaza y lindando con los de Guadalajara y Soria. Un lugar mágico que rezuma historia, donde también puedes visitar el Convento de San Francisco. Una escapada que te llenará en todos los sentidos, incluido por supuesto el gastronómico.
MADERUELO, PEQUEÑA MARAVILLA DE SEGOVIA
Una última propuesta segoviana, para hacerte la ruta y ver los tres pueblos. Pequeña por tamaño y población, ya que no llega a los 150 habitantes, pero con mucha historia y mucho que ofrecer al visitante. Maderuelo está situada al norte de Segovia y su casco urbano está declarado Bien de Interés Cultural. Un gran conjunto histórico de obligada visita.
¿Qué visitar? Pues toma nota porque en tan poco espacio tienes la puerta medieval de entrada a la villa, la Iglesia de San Miguel, la de Santa María, de estilo mudéjar, la ermita de la Vera Cruz y otros restos medievales como el castillo la muralla, el puente y la torre.
ARÉVALO, UNO DE LOS PUEBLOS MEDIEVALES CON ENCANTO EN ÁVILA
Y de Segovia a la cercana Ávila. Nos detenemos primero en la comarcara de La Moraña, una escapada muy cercana además si vienes desde Madrid. No te arrepentirás, con sus calles empedradas, plazas porticadas y por supuesto su gastronomía, con el famoso cochinillo asado.
Detente sobre todo en su castillo, del siglo XV, donde se ubica el Museo de los cereales, además de recreaciones de estancias de la Edad Media. Y si Arévalo rezuma medievalismo por sus calles, se suma su mercado medieval, aunque sólo está abierto en verano.
FRÍAS, EN BURGOS
Al norte de Burgos se encuentra la ciudad de Frías, uno de los pueblos medievales más bonitos de España, para visitar este otoño. La esencia del medievo se respira en todas sus calles, en su calzada empedrada de origen romano, sus palacios, iglesias y todas sus casas.
Además, tiene unas vistas privilegiadas, ya que se construyó en una zona estratégica en la puerta de los valles de Álava, Vizcaya y Burgos, y a orillas del Ebro. En la parte alta del pueblo se encuentra sus impresionantes casas colgadas, construidas en madera y toba sobre la roca de la ladera. También cuenta con un gran puente medieval y un castillo que resiste al paso de los siglos. Una de las joyas que encontrarás en Castilla y León.
LERMA, OTRO DE LOS PUEBLOS MEDIEVALES DESTACADOS EN BURGOS Y CASTILLA Y LEÓN
No abandonamos la provincia de Burgos para visitar otra maravilla entre los pueblos medievales de Castilla y León. Este si es un pueblo más conocido y grande, dentro de los de esta lista, más visitado. Es una villa situada en un entorno privilegiado sobre un cerro en la orilla del río Arlanza.
Cuenta con un increíble patrimonio histórico y artístico, destacando su Plaza Mayor, que es una de las más grandes de España. También, pateando el pueblo, te encontrarás con varios conventos, con el Palacio Ducal, la Colegiata o construcciones medievales como el Arco de la Cárcel.
LA ALBERCA, SALAMANCA
Toca una escapada por Salamanca, donde no dudes en visitar La Alberca, otro de esos pueblos medievales que son realmente preciosos. De hecho, pocos pueblos se conservan tan bien como éste.
Un núcleo urbano de casas populares levantadas con piedras y madera que componen todo un tesoro de la arquitectura popular de la época. Casi una pieza de museo, pero que está totalmente habitada y en uso por los vecinos privilegiados que tienen la suerte de vivir aquí todo el año. Además, este lugar tuvo influencia francesa, con la repoblación en los siglos XII y XIII bajo la influencia de Raimundo de Borgoña, un noble francés casado con Doña Urraca.
SEPÚLVEDA
Volvemos a Segovia, que también está a tiro de piedra de Madrid, y que ofrece tantos y tantos pueblos medievales con encanto. Nos quedamos con este otro, Sepúlveda. Una villa histórica done puedes conocer su periplo a través del Museo de los Fueros.
Como pasa en el resto, dedica gran parte de la visita simplemente a callejear y trasladarte en el tiempo. Los pueblos medievales tienen ese encanto principal. Contempla sus iglesias, su plaza porticada y acércate a la muralla, donde hay un mirador para disfrutar de las vistas del valle que recorre el río Duratón.
CALATAÑAZOR, EN LA PROVINCIA DE SORIA
Vamos con una provincia de Castilla y León menos explorada, en parte por estar más apartada y peor comunicada. Pero su patrimonio natural y artístico es impresionante. Entre los pueblos medievales que ofrece, nos quedamos con Calatañazor, inmutable con el paso del tiempo en gran parte de sus calles y rincones.
Está en una atalaya natural sobre el río Milanos, dando lugar a una arquitectura muy particular que se puede disfrutar aún. Destacan sus chimeneas y el color ocre de las fachadas. Un pueblo donde empaparse de historia, naturaleza y quietud.
CASTRILLO DE LOS POLVAZARES, EN LEÓN
Nos vamos al otro extremo de Castilla y León, la comunidad autónoma más grande España, con más provincias y la región más extensa de Europa. En concreto a León, a muy pocos kilómetros de Astorga, una ciudad que vale la pena visitar también.
Allí está Catrillo de los Polvazares, un pequeño pueblo que conserva la arquitectura popular propia de pueblos medievales. Destacan las puertas de madera pintadas de verde, su empedrado y el puente romano que cruza el río. Ah, y aprovecha para comer allí porque sirven uno de los mejores cocidos maragatos del mundo.
PEÑALBA DE SANTIAGO, PUEBLOS MEDIEVALES MONTAÑOSOS
Sin abandonar la provincia de León, nos deberíamos de detener en Peñalba de Santiago, otro recóndito remanso de paz situado en el Valle del Silencio, nombre de lo más evocador. De entre los pueblos medievales de Castilla y León expuestos, este es el que podría confundirse con un pueblo del pirineo o de los Alpes, pero no, estamos en León.
Como muchos pueblos montañosos, destaca por su casas de piedra y tejados de pizarra, sus calles empedradas y una vez la sensación de haber viajado en el tiempo. Podrás visitar una de las pocas iglesias califales con arcos de herradura de España. Eso sí, mejor ir ahora en el temprano otoño porque luego tiene poca accesibilidad en invierno debido a la nieve.
PUEBLA DE SANABRIA, ZAMORA
Junto a Soria es también una provincia de Castilla y León más olvidada y menos conocida, una de esas zonas de la Península poco poblada. Vale la pena escaparse y pasar por ejemplo por Puebla de Sanabria, uno de los pueblos medievales más conocidos de la zona y de Castilla y León.
De hecho, es una de las localidades más turísticas de la zona. Como buena villa medieval, destaca su castillo, con exposiciones sobre la Edad Media, armaduras y entorno natural. Y por supuesto no olvides visitar el cercano lago de Sanabria, donde se puede pasear e incluso bañarse y practicar deportes acuáticos, aunque ya no sean fechas.
ALBARRACÍN (TERUEL)
Considerado por muchas listas como el pueblo más bonito de España, está ubicado en la falda de una montaña y rodeado de colinas sobre una curva del río Guadalaviar. Lo primero que llama la atención son sus murallas medievales que dominan una ladera adyacente. En su punto más alto se encuentra la Torre del Andador, del siglo X.
Ya dentro del pueblo, entre empinadas calles y callejones con encanto, destaca la catedral del Salvador, del siglo XVI, y las ruinas de un alcázar de origen árabe al borde de un acantilado. La localidad, que se encuentra a 1182 metros de altitud, está declarada Conjunto Histórico-Artístico desde 1961 y está propuesto por la UNESCO para ser Patrimonio de la Humanidad.
LLANES (ASTURIAS), OTRO DE LOS PUEBLOS MEDIEVALES CON ENCANTO
Ponemos rumbo al norte, a la costa, a uno de los pueblos con más encanto de Asturias. La «muy noble y leal villa» de Llanes nos espera entre sus bellas playas, su cocina marinera y no lejos de los Picos de Europa. Su impresionante casco histórico está repleto de palacios medievales y palacetes indianos, donde destaca el del Casino o El Torreón, sede de la oficina de turismo.
Ya mirando al mar es imprescindible recorrer sus playas, sobre todo la del Sablón, y seguir la senda costera de 7 kilómetros entre acantilados y más arenales. A la vuelta no dejar de acudir a la subasta de pescado en la Lonja, ideal para tomar el pulso a la vida marinera de la villa y disfrutar de la variedad de pesados que allí se ofrece. En la zona del puerto también está uno de los sitios más visitados el pueblo: Los cubos de la memoria. Se tratan de unos bloques de hormigón que el pintor vasco Agustín Ibarrola pintó y que asemeja a un enorme puzzle.
ORBANEJO DEL CASTILLO (BURGOS)
Y acabamos en la vieja Castilla para situarnos en el para muchos pueblo más bonito de Burgos. Una localidad en un entorno bucólico, atravesado por una cascada, casitas de cuento, miradores y bajo el gran cañón del río Ebro. Si hay un pueblo con encanto es éste. Entre sus estrechas callejuelas medievales pronto te toparás con una imagen única en España: la preciosa cascada que se desliza junto a algunas casas del pueblo y que forma una escalera de 25 metros de altura. La vista es tan peculiar que parece construido artificialmente. Tras bajar nos encontraremos con pozas de un intenso azul turquesa aunque está vetado el baño.
El pueblo no supera los 50 habitantes y puede confundirse con una típica aldea cántabra. Saliendo de la población podemos llegar rápidamente a la Cueva del Agua, perteneciente al complejo kárstico de Orbaneja, y la Cueva del Azar, con muestras de arte rupestre neolítico. Muy recomendable calzarse unas zapatillas y adentrarse en tres posibles rutas por el bello entorno natural de los alrededores: el Camino Natural del Ebro, la Senda de los Chozos y El Castillo de Orbaneja.
AÍNSA, UNO DE LOS PUEBLOS OSCENSES MÁS BONITOS DE ESPAÑA
Nos quedamos aún por el norte y nos vamos hacia Aragón. En Huesca se encuentra situado Aínsa, una villa medieval con un casco antiguo situado en una colina, un lugar con una magia especial que hará las delicias de todos aquellos apasionados de dejarse llevar a tiempos pasados. Considerado por muchos uno de los pueblos con encanto más interesantes para visitar en la comunidad, cuenta con lugares emblemáticos como el castillo, su monasterio de San Victorián o su Plaza Mayor.
Las calles de este pueblo fueron declaradas Conjunto Histórico-Artístico en 1965, calles en las que destaca la sencillez y la belleza. Es uno de los mejores lugares de España ideales para visitar durante primavera y verano, ya que en invierno el clima es bastante severo.
VISITA EL PUEBLO ALQUÉZAR
Otra visita obligada en Huesca. Sus conjuntos históricos y monumental de Alquézar, es resguardado por el castillo de la localidad. Es considerada una obra de arte para las personas quienes lo visitan por primera vez. En cuanto lleguemos a este pueblo medieval de Huesca, nos encontraremos con infinidad de puntos de interés.
Entremos al casco histórico por la portada gótica, y preparémonos a descubrir la Ermita de Nuestra Señora de las Nieves y la plaza mayor de la localidad. Es uno de los motivos por lo que debes visitar este pueblo de Aragón.
TORLA, EN LA LISTA DE PUEBLOS BONITOS Y PUEBLOS CON ENCANTO
Enclavado en mitad de una montaña que se alza imponente por encima del campanario de la iglesia, Torla es uno de los pueblos con mayor encanto que te vas a encontrar en Huesca, y un lugar de paso imprescindible, puesto que es la entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
En su Plaza Mayor puedes ver una casona tradicional del siglo XIII. Otra cosa que no te puedes perder es la Iglesia de San Salvador, desde la que puedes observar un paisaje realmente increíble.
BOLTAÑA, CRISOL DE CULTURAS EN PLENA PROVINCIA DE HUESCA
Terminamos con las propuestas oscenses. Y terminamos nuestra ruta con Boltaña, ubicada en el Valle del Ara, donde se dieron cita en otros tiempos la civilización romana, la árabe y más tarde la cristiana. Prueba de ello es su espectacular castillo de origen árabe, que convive con una colegiata de estilo Gótico. Con un patrimonio histórico que no te puedes perder, este pueblo ubicado en el Sobrarbe Aragonés cuenta con una gran riqueza natural y monumental. Es el lugar idóneo para descansar, disfrutar de la naturaleza, hacer rutas por los pueblos cercanos y comer de maravilla.
COMILLAS, UN PARAÍSO CÁNTABRO
No abandonamos el norte pero vamos al Cantábrico. El norte de España es otro destino obligado si quieres ver bonitos pueblos medievales, incluso para ir a la costa. Comillas no es el típico destino turístico de playa. Lejos de masificaciones, es conocida por su universidad, pero es mucho más. Destaca por sus edificios medievales y barrocos y por ser uno de los pocos lugares fuera de Cataluña en el que intervinieron artistas modernistas, siendo sus obras abundantes y visibles por toda la villa.
Comillas da su nombre a su playa, de arena dorada fina. Aparte de su playa, esta villa tiene numerosos acantilados como los del Cabrero y La Garita. Al oeste de Comillas se encuentra la ría de la Rabia (localidad que pertenece a Comillas), un parque de aves acuáticas donde se pueden encontrar cisnes y patos. La ría desemboca en Valdáliga, en el remanse del Parque natural de Oyambre. Este parque es una playa con unas dunas espléndidas. Un entorno tranquilo y paradisíaco.
LA HERMIDA, OTRA HUIDA MEDIEVAL PERFECTA EN CANTABRIA
Estamos ante otro pueblo que no llega a los 100 habitantes pero que es centro de un espectacular emplazamiento en el desfiladero de La Herminda y a su balneario. El desfiladero de La Hermida está declarado Lugar de Importancia Comunitaria y está considerado Zona de especial protección para las aves.
En el municipio encontramos la Iglesia parroquial, construida en los años 1970 y que alberga una Dolorosa policromada del siglo XIX, la ermita de San Pelayo, del siglo XIII. La Hermida es conocido por su fuente de aguas termales explotadas desde mediados del siglo XIX en su balneario. A pesar de lo remoto es un entorno donde no te aburrirás porque ofrece un gran abanico de actividades, como el senderismo, montañismo, escalada o pesca.
TRUJILLO, UNO DE LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE EXTREMADURA Y DE ESPAÑA
Y del norte nos vamos bastante al sur, hasta Extremadura, que también cuenta con numerosos pueblos medievales impresionantes. Una región que es pura historia desde la antigüedad. Trujillo no es solo uno de los pueblos más bonitos y más visitados de Extremadura y de España, una escapada perfecta. No es casual: hay muchas razones para que bien merezca la pena una visita hasta estas tierras de la provincia de Cáceres. Una de ellas es su vasto patrimonio histórico. Si decides venir hasta aquí, podrás visitar el castillo de Trujillo, el Palacio de Juan Pizarro, el de la Cadena, las ermitas de San Lázaro y Santa Ana o la iglesia de Santa María la Mayor. Con tanto patrimonio histórico no es de extrañar que Trujillo haya sido declarada como Bien de Interés Cultural.
SI VAS A EXTREMADURA, PLASENCIA ES OBLIGADA
Es otro de los pueblos talismanes de Extremadura, y de obligada visita si vas a esta comunidad. Pasear por sus calles es una experiencia que muy pocos pueblos pueden ofrecer a su visitante. Se ubica a tan solo 80 kilómetros de Cáceres y está rodeada de un paraje impresionante: al lado del valle del Jerte y rodeado por los montes de Traslasierra.
Su monumentalidad es impresionante: tiene dos catedrales, 13 históricas iglesias y varios santuarios y ermitas. Y por si fuera poco, el pueblo está rodeado por una de las murallas más bonitas de todo el país y de las que mejor estado de conservación tiene.
JEREZ DE LOS CABALLEROS
De la provincia de Cáceres con Alcántara, volvemos a la de Badajoz. Jerez de los Caballeros ha sido declarada Conjunto Histórico-Artístico en el año 1966. Una villa señorial y noble con un laberinto de blancas calles y cuestas con gran regusto medieval.
Su aspecto actual se remontaría al siglo XIII, cuando fue cedida a la Orden del Temple, cuyos últimos caballeros murieron en la torre Sangrienta de la localidad, que está en la fortaleza del siglo XIII, con su recinto amurallado con jardines y atalayas. No olvides visitar la iglesia barroca de San Miguel en la Plaza de España, la parroquia de San Bartolomé y la casa museo de Núñez de Balboa.
ALBURQUERQUE, OTRO PUEBLO MEDIEVAL DE OBLIGADA VISITA
Terminamos con este pueblo medieval histórico. Albuquerque es un municipio de Badajoz con mucho encanto con monumentos característicos levantados en la Edad Media que aún se conservan. En su casco histórico está el Castillo de Álvaro de Luna con una muralla que rodea el barrio gótico judío. No dejes de visitar tampoco el barrio gótico medieval, la Iglesia de Santa María del Mercado e Iglesia de San Mateo, la Antigua Muralla de Alburquerque, el Convento de la Madre de Dios y el Museo Etnológico Juan Castaño.