La limpieza de la casa es uno de los mayores quebraderos de cabeza suponen. Es algo inevitable, salvo que tengas una casa llamada pasiva, donde se renueva y purifica el aire sin necesidad de abrir ventanas y por tanto libre de polvo. Pero la gran mayoría no es así y por tanto hay que lidiar cada día con la suciedad, siendo necesario limpiar si no cada día, si al menos una vez a la semana, si no quieres que todo se cubra de polvo. La pregunta es si influyen ciertos factores como el número de enseres o elementos, el estar más o menos tiempo en una estancia, etc. Vamos a ver todo ello, centrándonos en el salón, por ser un lugar central de la casa donde pasamos la mayor parte del día y sobre todo los festivos y fines de semana. Sabremos también dónde se acumula más polvo.
¿UNA BATALLA PERDIDA?

Seguro que a veces tienes la sensación, o la seguridad, que aunque limpies la casa a diario, usando atrapapolvos o aspiradores, pasando todas las superficies de cristal con limpiacristales y hasta las esquinas menos visibles, no es suficiente. Y es que las personas tienden a limpiar lo que ven sus ojos, y no todo está a la vista y accesible, sobre todo en lugares como el salón, lleno de accesorios, cables (al estar el televisor y otros aparatos electrónicos como DVD o cadena musical).
Pero hay otro factor, y es que limpiamos a fondo todo aquello que se encuentra desde la altura de los ojos hasta el suelo, ya que es todo el campo de visión del que dispone el ser humano. ¿Es eficaz y suficiente?
LIMPIO… EN PRINCIPIO

Este es el motivo por el que, pese a que las cosas parezcan impecables a primera vista, quedan muchas zonas del salón en las que se acumulan el polvo y los ácaros. Es muy importante determinar cuales son estas áreas olvidadas y ser conscientes de que también deben limpiarse junto al resto de elementos de la casa, ya que los ácaros pueden ser peligrosos para los habitantes de la misma causando alergias. Es especialmente preocupantes y hay que tener más cuidado en esta época de alergias, si bien los alérgicos a los ácaros tienen el problema todo el año y en cualquier lugar.
LOS ‘PUNTOS NEGROS’ DEL SALÓN

Si ya el salón es un punto problemático a la hora de limpiar, dentro de esta estancia hay ‘puntos negros’ donde se acumula más polvo y que se nos pasan a veces desapercibidos, o bien por vagancia o dificultad para llegar los obviamos. Es el caso de las partes superiores de estanterías y armarios, debido a lo que hemos comentado además de limpiar solo lo que vemos y lo que está a nuestro alcance directo.
Debido a ello, todo el polvo se acumula en estanterías, armarios, los marcos de cuadros colgados en la pared, las partes altas de molduras decorativas y debajo de sofás o muebles que no se suelen mover de su sitio.
¿CÓMO LIMPIAR DE LA MEJOR MANERA ESTAS PARTES Y ELEMENTOS?

La mejor técnica de limpieza, en general pero ocupándonos del salón, es ir de arriba hacia abajo. El primer paso sería pasar un plumero siempre desechable, para usar en los marcos de los cuadros y las partes altas (y menos visibles) de alacenas y estantes. Son ideales porque el polvo se queda adherido a sus fibras, por lo que no es necesario utilizar ningún otro producto. Cuanto más natural la limpieza, mejor. Lo que si es recomendable es pasar un paño seco de fibras pequeñas para dejarlo sin una mota de polvo, además de realizar esta acción durante la rutina de limpieza habitual.
SEGUNDO PASO

A continuación, y siguiendo el proceso descendente, habrá que focalizarse en retirar el polvo del suelo, de ahí que comencemos por arriba, ya que por muy bien que limpies con elementos que adhieren el polvo, acabará cayendo restos. Además, así ahorrarás tiempo y energía al tener que limpiar una sola vez, en lugar de tener que volver a pasar el suelo por culpa de los residuos que se esparcen desde arriba.
OJO CON LA PARTES MÁS ESCONDIDAS DEL SALÓN

Hablamos de debajo de muebles, sofá, detrás del televisor, con todo el cableado, etc. Lo mejor es mover los muebles para alcanzar los rincones más aislados de forma habitual. Esta es la única manera de prevenir que el polvo se acumule formando enormes y desagradables pelusas llenas de ácaros y otros agentes externos. Da pereza pero si no lo haces se irá acumulando suciedad y luego deberás emplearte en una limpieza profunda que te llevará más tiempo.
TAMBIÉN PODEMOS PREVENIR

Parece imposible prevenirnos del polvo, salvo como señalamos al principio que tengamos una casa autosuficiente o pasiva que llamamos, donde todo estará limpio continuamente. Pero si es posible, al menos minimizar el polvo. Para ello se recomienda aplicar un antipolvo para mantener todas las partes del salón lo más limpias posibles durante más tiempo, además de retrasar la acumulación de polvo.
Además no te costará nada y será natural, puesto que este producto se puede obtener mezclando un cuarto de vinagre blanco con dos cucharaditas de aceite de oliva y una taza de agua. Es preferible que la mezcla se pulverice con un bote de spray, sobre todo en aquellos rincones en los que más polvo suele acumularse.