Se llama Masorange, sin acento y sin complicaciones, tiene un logo sencillo (+O) lleno de significados en tonos naranjas y negros y un CEO, Meinard Spenger, que domina la escena y la venta de conceptos con soltura y maestría y que ha presentado la nueva empresa e imagen corporativa resultante de la fusión de las operadoras Orange y MásMóvil con datos majestuosos y frases rotundas como la que, para él, define el momento: «Estrenamos futuro».
La joint venture se ha convertido ya en una de las 20 empresas más relevantes de España en cuanto a ingresos (unos 7.400 millones de euros), por lo que, «si cotizara, estaría en el Ibex 35», según Spenger, quien no negó que la salida a bolsa se podrá empezar a plantear de aquí a cuatro años, mientras que sí aseguró que iban a realizar inversiones de unos 4.000 euros en los próximos tres años.
Ese futuro que predice Spenger pasa por continuar bajo el paraguas empresarial de Masorange con la comercialización de todas y cada una de las múltiples marcas que engloba la operadora (9 nacionales y 5 regionales), las tarifas con las que trabajan cada una, al menos de momento, y el compromiso de mantener los 8.500 puestos de trabajo que ahora suman entre ambas empresas, porque el nuevo CEO ha afirmado que no tienen prevista salida de personal, ni obligada ni voluntaria, ya que necesitan a las personas motivadas y proactivas e, incluso, pretenden crear empleo en el futuro si se cumple su proyecto de crecimiento.
LA NUEVA Y GRANDE MASORANGE
Meinar Spenger se mostraba seguro y entusiasmado. Tanto que quiso recalcar que la compañía que se presentaba al mundo y el día anterior a los 4.000 trabajadores de la Comunidad de Madrid en el WiZink Center. No era solo «una transacción financiera. Aquí nace algo nuevo y grande» con una cultura de empresa clara y fuerte en el día a día. Según explicó, la nueva empresa nace con el propósito de reconectar a las personas, y quiere con ello «humanizar la tecnología, ponerla al servicio de los clientes y hacerles la vida fácil, sin crearles problemas.
Es decir, que van a tratar por todos los medios de luchar por ser también líderes en satisfacción del cliente, en cultivo del talento y en impacto positivo. Para Spencer «lo que se puede soñar, se puede lograr» y por esa razón insistió que la nueva superoperadora es una empresa con alma que quiere hacer cosas, «y no solo centrarnos en ganar pasta».
Sus valores son; el cliente primero, «porque si un cliente no llama es porque nada la molesta y no se va», pragmatismo en el trabajo, con empleados y equipo directivo que asuma riesgos y sea proactivo, por lo que prometió que «nadie va a salir de esta compañía si hace cosas», la colaboración y la actitud positiva, con la que «queremos sonreir, porque la sonrisa es parte de nuestra cultura».
Por esa razón, puso en valor las nuevas prioridades de Masorange, que son la base de un plan industrial que se perfilará más adelante, cuyas línea generales son, primero, conseguir ingresos y «dejarnos de complejos. Este sector ha caído un 30% en ingresos en la última década y nosotros queremos que Masorange sea la referencia para empresas y Administraciones Públicas, porque queremos crecer y tenemos esa capacidad de crecimiento», aseguró el nuevo CEO.
Spenger también señaló como prioridades la integración de ambas compañías y de sus equipos, con un proyecto de crecimiento con el que «podremos crear empleo» más adelante, porque la generación de esos 450 millones de euros de sinergias que Orange y MásMóvil habían calculado cuando aún no podían compartir datos económicos no son por despidos, «no se basa en la salida de personas, si no en la unificación de procesos y equipos, en evitar duplicados de antenas, o de cableados», explicó como ejemplo.
La joint venture se ha convertido ya en una de las 20 empresas más relevantes de España en cuanto a ingresos (unos 7.400 millones de euros), por lo que, «si cotizara, estaría en el Ibex 35»
Recalcó que se había formado un equipo de personas, empezando por el equipo directivo, de «personas con talento, gente maja que nos llevamos muy bien, un equipo equilibrado y no forzado que se ha formado sin vetos ni injerencia externas y con la confianza de todos los accionistas. La dirección, además del CEO, Meinard Spenger, está formada por el ex CEO de Orange, Ludovic Pech, como CFO; Germán López, como director heneral de Operaciones; Miguel Santos como director de Tecnología; Mónica Sala, como responsable de red, Mónica Allés al frente de Recursos Humanos; Julio Gómez, como responsable de Estrategia y Wholesale y Diego Martínez, encargado del área de cliente y producto.
LOS SUEÑOS Y LAS CIFRAS DE MASORANGE
La inversión es otra de las promesas o prioridades operativas de Masorange, que planea invertir en el nuevo proyecto industrial «entorno a los 4.000 millones de euros en los próximos tres años«, con los que quiere pasar de los 17 millones de hogares con fibra óptica a los 23 millones de hogares cubiertos, (6 millones de hogares adicionales) incrementar su cobertura 5G por encima del 90% de la población y llegar a 1.700 nuevos municipios.
Masorange arranca con el 42% de cuota de mercado en cuanto a líneas móviles, frete al 27% de telefónica, y 41% de líneas de fijo, y le sigue Movistar, con el 33% del mercado. También cuenta con más 2,1 millones de servicios adicionales de energía verde, servicios financieros, seguros, alarmas o telemedicina en los que piensa también crecer.
Masorange planea invertir en el nuevo proyecto industrial «entorno a los 4.000 millones de euros en los próximos tres años», con los que quiere pasar de los 17 millones de hogares con fibra óptica a los 23 millones de hogares cubiertos
La nueva líder entre las ‘telecos’ supera a Telefónica al aglutinar más de 30 millones de líneas móviles, más de 7,3 millones de usuarios de banda ancha y 2,3 millones de usuarios de televisión, único apartado en el que se queda por debajo de Movistar. Como empresa, la nueva corporación ya se calcula que su valor supera los 18.600 millones de euros, y está entre las 20 más grandes de España por volumen de ingresos de más de 7.400 millones de euros y un resultado operativo (EBITDA) de 2.650 millones.
Estos son los datos, junto con los del mantenimiento del empleo, que han convencido al ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, que como han comentado los nuevos miembros del equipo de Masorange, «sabe de números y se nota», para aprobar el pasado mes de marzo la fusión y dar la bienvenida a la que ya es la mayor operadora de España por cifra de clientes.
Con estas cifras, el CEO de origen austriaco no ha dudado en asegurar que la joint venture se merecería estar en el Ibex 35 si fuera una cotizada, lo que no descartan una vez transcurran los primeros tres años de andadura. Un arranque que lo hace con un logo con elementos visuales de la nueva marca, un ‘+’ y una ‘O’, que representan la unión de los dos grupos en un solo proyecto. El ‘Mas’ representa a MásMóvil y para el cual se utiliza el signo ‘+’, «donde caben todos y todos suman», según ha resaltado el director de Operaciones de MasOrange, Germán López, y la ‘O’ representa a Orange, «el mundo, la cobertura universal, la seguridad».
