sábado, 18 octubre 2025

Juan Antonio Trujillo, camionero: «El gasto más grande que tiene el camión evidentemente es el gasoil, yo imputo céntimos por cada kilómetro del desgaste de ruedas»

Con tres décadas al volante, Juan Antonio Trujillo revela los verdaderos costos de mantener un camión en marcha. Desde el gasoil hasta el desgaste de las ruedas, su testimonio expone la realidad económica del transporte autónomo en España.

Detrás de cada kilómetro recorrido por un camión hay un mundo de cálculos, previsiones y sacrificios que pocos conocen. Juan Antonio Trujillo, con tres décadas al volante y una vida dedicada al transporte, explica con total claridad lo que realmente cuesta mantener un vehículo en movimiento y una empresa en pie.

Su experiencia, construida entre rutas, averías y balances, refleja la realidad de miles de transportistas autónomos en España. Trujillo no habla desde la teoría, sino desde la práctica diaria de conducir un camión, esa que le enseñó a convertir cada gasto en un número preciso y cada error en una lección de gestión.

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El gasoil, las ruedas y el lápiz: la contabilidad del asfalto

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Para Trujillo, el camión no se mide solo en caballos de fuerza o toneladas cargadas. Se mide, sobre todo, en céntimos. “El gasto más grande que tiene el camión evidentemente es el gasoil”, afirma con contundencia. Pero detrás de ese combustible hay toda una estructura de costos que acompañan cada trayecto.

El transportista aprendió hace años que los números de un camión no se hacen sobre la carretera, sino con un lápiz. “Las ruedas se desgastan, el asfalto las devora, y cada kilómetro tiene su precio”, recuerda. En su caso, imputa tres céntimos por cada kilómetro al desgaste de las ruedas. Puede parecer un detalle menor, pero esa precisión contable, según él, es la diferencia entre sobrevivir o hundirse en la profesión.

Su método, que combina la práctica con la previsión, incluye todos los aspectos del negocio: el menú diario del conductor, el seguro anual dividido en doce meses, el mantenimiento, los impuestos y, sobre todo, el mes de agosto, cuando los camiones paran pero los sueldos deben seguir pagándose. “En vacaciones puedo llegar a tener pérdidas de hasta 40.000 euros”, confiesa. Aun así, cumple con cada compromiso.

Conducir un camión: Transparencia, planificación y un proyecto europeo

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Fuente: agencias

Trujillo no se limita a hablar de gastos; propone soluciones. Su objetivo es que los transportistas aprendan a calcular correctamente los costos de su camión, para que el precio del kilómetro refleje el esfuerzo real del trabajo. “Cuando todos imputemos lo que realmente gastamos, podremos tener tarifas más justas”, explica.

Actualmente, prepara un proyecto inédito a nivel europeo: comparar el rendimiento de cuatro marcas de camiones desde cero hasta 500.000 kilómetros. Su propósito es documentar de forma rigurosa el comportamiento de cada vehículo, los consumos, los neumáticos y los aceites, con el respaldo de las propias marcas. “Quiero que todo quede registrado, que los datos sean reales y sirvan de guía para todos los que vivimos del camión”, detalla.

A sus 60 años, su visión combina experiencia y vocación. Cree que el sector necesita menos improvisación y más gestión. Por eso insiste en que los transportistas deben pensar como empresarios, con el lápiz en la mano y los pies en el suelo. Porque, como él mismo dice, “el camión no solo se conduce, también se administra”.


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