jueves, 4 septiembre 2025

Si tienes más de 40 años, es muy probable que estés cometiendo este error con el brillo del móvil que te está provocando fatiga visual crónica

¿Sientes los ojos cansados, secos o te duele la cabeza al final del día? El culpable podría estar en tu bolsillo. Un gesto que haces decenas de veces al día sin pensar está forzando tu vista más de lo que imaginas, sobre todo si ya has pasado la barrera de los 40.

Ese gesto con tu móvil, casi un acto reflejo, de deslizar el dedo por la pantalla para subir la luminosidad al máximo, pensando que así verás mejor. ¿Te suena? Pues esa costumbre, lejos de ayudarte, está convirtiendo tu dispositivo en un pequeño enemigo para tus ojos, y ni siquiera te has dado cuenta.

La ironía es que la solución lleva años integrada en tu teléfono, esperando pacientemente a que la actives. Es una función inteligente que la mayoría ignora o incluso desactiva por considerarla molesta. Pero, ¿y si te dijera que ese pequeño ajuste automático es la clave para aliviar esa tensión ocular que arrastras cada día? Porque este problema con la pantalla de tu móvil tiene fácil solución, ya que la tecnología para proteger tu vista ya existe, pero la saboteamos con nuestros propios hábitos sin ser conscientes de ello.

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EL ERROR QUE COMETEMOS TODOS: CREER QUE MÁS LUZ ES MEJOR

Una creencia popular completamente equivocada está detrás de este hábito tan perjudicial.
Una creencia popular completamente equivocada está detrás de este hábito tan perjudicial.

Casi por instinto, cuando la luz ambiental escasea o cuando notamos que nos cuesta enfocar las letras pequeñas, tiramos de la barra de brillo del móvil y la ponemos a tope. La lógica parece aplastante: a más luz, mejor se ve. Sin embargo, nuestros ojos no funcionan así. Un exceso de luminosidad en un entorno oscuro obliga a nuestra pupila a contraerse de forma antinatural, generando un estrés constante en el iris y en los músculos oculares, pues el ojo lucha por adaptarse a un contraste lumínico demasiado agresivo, lo que provoca cansancio, sequedad y hasta dolores de cabeza.

El problema se agrava porque mantenemos este brillo máximo durante largos periodos. Estamos forzando la vista sin descanso, obligándola a trabajar en condiciones extremas. Imagina correr un maratón con unas zapatillas dos tallas más pequeñas. Podrás hacerlo, pero el esfuerzo y el daño serán enormes. Lo mismo le ocurre a tu vista con el uso de tu móvil, porque esta sobreexposición a la luz de la pantalla es una de las principales causas de la astenopia o fatiga visual digital, un síndrome cada vez más común en nuestra sociedad.

EL ALIADO SECRETO QUE YA TIENES: EL SENSOR DE LUZ AMBIENTAL

Todos los teléfonos inteligentes modernos vienen equipados con un pequeño y discreto sensor, normalmente ubicado en la parte frontal, cerca de la cámara. Su única misión es medir la cantidad de luz que hay en el entorno y ajustar el brillo de la pantalla de forma automática y progresiva. Es una pieza de ingeniería diseñada para una sola cosa: tu comodidad visual. Al activarlo, le cedes el control al móvil, ya que este sensor adapta la intensidad de la pantalla para que sea siempre la óptima, ni más ni menos.

Mucha gente desactiva esta función porque en ocasiones percibe que el brillo «baila» o no está exactamente como a ellos les gusta. Pero ese es precisamente su trabajo: realizar microajustes constantes que tú apenas notas pero que tus ojos agradecen enormemente. En lugar de un fogonazo de luz constante, te ofrece una iluminación equilibrada que reduce el esfuerzo. Dejar que tu móvil gestione el brillo es confiar en un sistema diseñado por expertos en ergonomía visual para minimizar el estrés ocular a lo largo de todo el día.

LA PRESBICIA, EL CATALIZADOR DEL PROBLEMA A PARTIR DE LOS 40

La llegada de la vista cansada nos empuja, sin saberlo, a agravar el problema.
La llegada de la vista cansada nos empuja, sin saberlo, a agravar el problema.

A partir de los 40 o 45 años, el cristalino de nuestros ojos empieza a perder flexibilidad. Es un proceso natural e inevitable llamado presbicia, o como se conoce popularmente, «vista cansada». Nos cuesta enfocar de cerca, y el primer impulso es alejar el móvil o, como hemos visto, aumentar el brillo pensando que así compensaremos esa dificultad. Pero es una trampa, porque subir el brillo al máximo para contrarrestar la presbicia crea un efecto de deslumbramiento que reduce el contraste y, paradójicamente, puede hacer que las letras se vean peor.

Entramos así en un círculo vicioso muy dañino. Como nos cuesta leer, subimos el brillo; como el brillo es excesivo, forzamos más la vista y esta se cansa antes; y como estamos más cansados, sentimos que necesitamos aún más luz. Romper este ciclo es fundamental para nuestra salud ocular. La solución no es deslumbrarnos, sino buscar un equilibrio. Para un ojo con presbicia, un brillo adecuado y un tamaño de fuente ligeramente mayor son mucho más efectivos que una pantalla excesivamente iluminada en tu dispositivo.

MÁS ALLÁ DEL BRILLO: PEQUEÑOS GESTOS QUE MARCAN LA DIFERENCIA

El brillo es el principal culpable, pero no el único. La famosa luz azul que emiten las pantallas también juega su papel, especialmente por la noche. Esta longitud de onda interfiere en la producción de melatonina, la hormona del sueño, provocando que nos cueste más conciliarlo si hemos estado usando el teléfono justo antes de dormir. Por suerte, casi cualquier móvil actual incluye un «modo nocturno» o «filtro de luz azul», que tiñe la pantalla de tonos más cálidos y ambarinos para reducir su impacto en nuestro ritmo circadiano.

Además, podemos adoptar la regla «20-20-20», un consejo de todos los oftalmólogos. Consiste en que, por cada 20 minutos mirando la pantalla, apartemos la vista durante 20 segundos y miremos a un objeto que esté a unos 20 pies de distancia (unos 6 metros). Este simple ejercicio relaja los músculos oculares y previene la sequedad. Porque cuidar la vista no es solo un ajuste en el teléfono, sino incorporar pequeñas pausas activas en nuestra rutina digital para darle un respiro a nuestros ojos, un gesto de salud muy necesario.

RECONCÍLIATE CON TU MÓVIL: GUÍA RÁPIDA PARA CUIDAR TUS OJOS

Convertir tu dispositivo en una herramienta visualmente amigable es más sencillo de lo que parece.
Convertir tu dispositivo en una herramienta visualmente amigable es más sencillo de lo que parece.

El primer paso es inmediato y no te llevará más de diez segundos: ve a los ajustes de pantalla de tu móvil y activa la opción de «brillo automático» o «brillo adaptable». Déjala funcionar durante un par de días. Al principio quizás te parezca extraño, pero tus ojos se acostumbrarán rápidamente a unos niveles de luz mucho más saludables y notarás el alivio al final de la jornada. Es el cambio más importante que puedes hacer, ya que permitir que el teléfono regule la luz es la forma más eficaz de combatir la fatiga visual de forma pasiva.

No se trata de demonizar la tecnología ni de renunciar a las comodidades que nos ofrece nuestro móvil. Se trata de usarla de una forma más inteligente y consciente, sobre todo cuando nuestro cuerpo nos empieza a mandar señales. Un simple ajuste, activar el filtro de luz azul por la noche y recordar parpadear con más frecuencia pueden marcar una diferencia abismal. Al final, cuidar de tu vista es tan sencillo como dejar que la propia tecnología que tienes en la mano trabaje a tu favor y no en tu contra.


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