Los retos de la COP 28 se someten al prisma de los expertos

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La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (la COP 28) comienza este jueves. Durante dos semanas, líderes de todo el mundo tratarán de ahondar en Dubai acuerdos globales que profundicen en la lucha contra el cambio climático, sin perder de vista los datos recientes más preocupantes: 2023 será el año más cálido del que se tiene constancia, según las agencias climáticas.

Hablamos con tres expertos sobre qué cabe esperar de la cumbre y cuáles son los principales objetivos y temas que se tratarán, como la realización del primer inventario mundial (Global Stocktake) para saber a qué ritmo están avanzando los acuerdos en plazos de 5 años.

Marie Lassegnore, CFA, responsable de Inversión Sostenible en La Française, indica que las negociaciones sobre el clima se reanudarán el 30 de noviembre en Dubái en medio de fenómenos meteorológicos extremos, conflictos geopolíticos y un creciente interés público de la integridad de los compromisos. Sin embargo, está por ver si la COP abrirá el camino a avances revolucionarios.

Marie Lassegnore LFAM Merca2.es

La Organización Meteorológica Mundial estima que la temperatura media de la superficie de la Tierra entre 2023 y 2027 será entre 1,1° y 1,8° C superior a la temperatura media de finales del siglo XIX. Gran parte de este aumento es consecuencia de la actividad reciente. Los resultados del informe Global Stocktake[1] (que hace un seguimiento de la aplicación del Acuerdo de París y evalúa los avances hacia los objetivos a largo plazo) señalan específicamente que el 42% de las emisiones generadas desde 1850 se generaron entre 1990 y 2019.

Está claro que para mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5° C son necesarias políticas y compromisos financieros más ambiciosos.

Tras varios años de estancamiento e incluso de desilusión, esta COP 28 debe demostrar que las negociaciones sobre el clima siguen siendo pertinentes y capaces de inducir un cambio real, a la altura del reto climático. Recordemos que la trayectoria de 1,5° C exige ahora que las emisiones mundiales disminuyan un 43% para 2030 frente a 2019 y un 60% para 2035[2]. Para contextualizar, desde el Acuerdo de París, las emisiones de CO2 fueron más elevadas en 2021 y deben alcanzar su punto máximo antes de 2025 para que la trayectoria sea posible.

La presidencia de la COP 28 desea movilizar las contribuciones públicas y privadas en los siguientes ámbitos, que podrían generar más o menos alteraciones:

  • Aceleración de la transición energética y reducción de las emisiones antes de 2030
  • Asegurar la financiación climática
  • Naturaleza, transición justa y personas
  • Inclusión

En cuanto a los temas más tradicionales de la transición energética, la atención se centrará en acelerar la eliminación progresiva del carbón, que no se espera que sea fuente de una sorpresa positiva. De hecho, las proyecciones del AR6 (Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) muestran que una alineación con 1,5° C requeriría una reducción del 67% al 82% en el uso del carbón para 2030 frente a 2019[3]. Este alineamiento requeriría una salida más completa de lo que se ha acordado, por lo que aún hay margen de interpretación con la «reducción progresiva».

COP 28 2 Merca2.es

Por otro lado, parece que podríamos esperar un compromiso por parte de la industria petrolera para reducir a la mitad las emisiones de Alcance 1 y 2 y fijarse el objetivo de cero emisiones de metano en toda la cadena de valor.

En cuanto a la capacidad de sustitución, también esperamos un compromiso para triplicar la capacidad mundial de energías renovables para 2030. La tendencia es positiva en este sentido y se basa en la caída masiva de los precios de la energía entre 2010 y 2019; de media, una reducción del 85% del precio unitario de la energía solar y del 55% de la eólica[4].

Dentro del sector financiero, una de las mayores decepciones ha sido el compromiso de movilizar fondos públicos y privados para la lucha contra el cambio climático, que debía alcanzar los 100.000 millones de dólares anuales en 2020 y que, tras quedarse corto en una ocasión, nunca se ha logrado desde entonces.

Sin embargo, según el 5º Diálogo ministerial bienal de alto nivel sobre financiación climática, hay esperanzas de que el objetivo se alcance finalmente este año. Puede que haya una luz al final del túnel, dado el optimismo que rodea a la financiación, ampliamente considerada como un indicador de la ambición climática. Todas las partes esperan ahora mayores compromisos para financiar la adaptación al cambio climático y a los países más vulnerables.

El «Stocktake» menciona que la creación de empleo relacionada con la transición energética sería 3,5 veces superior a la reducción de puestos de trabajo de aquí a 2030. De hecho, el progreso real podría derivarse de la noción de una transición justa, que incluya a la naturaleza y a las personas.

Se espera que la salud, tanto si afecta a los seres humanos como a la agricultura, se mencione formalmente por primera vez en la COP de este año.

En la COP 27, los océanos y los bosques ocuparon un lugar destacado en las negociaciones dada su relación fundamental con el cambio climático. Se espera que la salud, tanto si afecta a los seres humanos como a la agricultura, se mencione formalmente por primera vez en la COP 28 de este año. El cambio climático está afectando los sistemas sanitarios: mayor incidencia de golpes de calor, condiciones de trabajo más duras, aumento de las enfermedades transmitidas por virus, cambios en la nutrición y el rendimiento de los cultivos.

Una cosa es claramente diferente este año, y radica en la conciencia general de la insuficiencia de las medidas. El Global Stocktake se esfuerza por sugerir políticas más ambiciosas que podrían ser la base de un futuro prometedor después de la COP 28. La clave para mantener vivo el objetivo de 1,5° C es la cooperación internacional en torno a objetivos nacionales coordinados, independientemente de las emisiones históricas.

«No es la más fuerte de las especies la que sobrevive, ni la más inteligente la que sobrevive. Es la que es más se adapta al cambio».

COP 28: ESPERAMOS CLARIDAD SOBRE CÓMO FINANCIAR LOS CAMBIOS

Por su parte, Alessandro Musto, responsable de Integración y Soluciones ESG en Generali Insurance Asset Management, recuerda que este año, la COP 28 se encuentra a medio camino entre el Acuerdo de París de 2015 y las promesas para 2030. Creemos que será un importante punto de reflexión sobre temas clave que incluyen (pero no se limitan a) la biodiversidad, la financiación climática y la creación de capacidades. En primer lugar, como Generali Insurance Asset Management, esperamos que esta COP ofrezca más información sobre el plan de Adaptación Global.

Alessandro Musto Merca2.es

El año pasado (en la COP 27) se alcanzó un acuerdo para formar un fondo de pérdidas y daños, con el objetivo de apoyar los retos de adaptación y resiliencia, especialmente para los países más vulnerables. Esperamos tener más debates prácticos sobre cómo se capitalizará y perseguirá este objetivo. En segundo lugar, si se alcanza un debate fructífero sobre la aceleración de soluciones sostenibles para sectores “difíciles de transicionar” como la construcción, el transporte y los edificios, se abrirán perspectivas positivas para que los inversores financien la transición de estos sectores. En tercer lugar, durante la COP 28 se publicará el primer balance mundial.

Esta divulgación ofrecerá a empresas, gobiernos e inversores una imagen más clara de la situación actual y de lo que se necesita para acelerar la ambición, retomar el camino y evitar una “transición desordenada”. Las tensiones geopolíticas y la volatilidad de los mercados suponen retos adicionales en la agenda de la reunión. Sin embargo, creemos que la COP 28 se centrará, y debe seguir centrándose, en planes de acción concretos para reforzar el Compromiso de París sobre el Clima.

COP 28: TODOS LOS SEGMENTOS DEBEN DESCARBONIZARSE

Por último,Pascal Dudle, Head of Listed Impact, Senior Portfolio Manager de Vontobel, apunta que el mundo se enfrenta a una crisis medioambiental de unas dimensiones sin precedentes. Antes de la COP 28, el Servicio de Cambio Climático de Copernicus informó de que 2023 va camino de ser el año más caluroso de la historia.

Está claro que no vamos por buen camino para cumplir el Acuerdo de París.

En la COP 28, los gobiernos trabajarán en un marco para alcanzar el objetivo global de adaptación (GGA) del Acuerdo de París, y esperamos que también establezcan una hoja de ruta para fomentar la acción climática con compromisos y recomendaciones claras. Entre otros temas, la conferencia abordará la puesta en marcha del fondo para pérdidas y daños acordado durante la COP 27. Los sistemas alimentarios y la agricultura también estarán en el punto de mira este año.

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Las buenas intenciones y las promesas no bastarán: el mundo necesita una aplicación urgente. El Informe sobre la Brecha de Emisiones 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) no ofrece un buen panorama. Las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) adoptadas por los líderes mundiales en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, celebrada en Glasgow, apenas han rozado la superficie.

Según el informe, el mundo tendrá que reducir el 45% de las emisiones actuales de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 para estar en condiciones de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados (°C) y el 30% para reducirlo a 2°C. Sus autores subrayaron la urgencia de una transformación de todo el sistema y advirtieron de que un planteamiento gradual y escalonado ya no bastará.

Un vistazo a las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía en 2022 podría ser motivo de optimismo: Según el informe de emisiones de CO2 de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), éstas aumentaron menos del 1%. Esta cifra es significativamente inferior a la del año pasado, en el que se registró un aumento de más del 6%.

Pero también se debió principalmente al crecimiento de sectores como la energía solar, la eólica y los vehículos eléctricos (VE), que ayudaron a compensar el impacto del mayor uso del carbón y el petróleo en medio de la crisis energética mundial. El informe lo deja claro: las emisiones de carbono siguen en una trayectoria de crecimiento insostenible y se necesitan medidas más audaces para que el mundo acelere la transición energética y cumpla sus objetivos climáticos.

LA ENERGÍA CONTRIBUYE EN GRAN MEDIDA AL CAMBIO CLIMÁTICO

Según BloombergNEF, la oportunidad de inversión se sitúa en torno a los 200 billones de dólares, ya que los esfuerzos en la transición energética deben aumentar para que el mundo alcance sus objetivos de cero emisiones netas en 2050. Esto supone un gasto anual de unos 6,5 billones de dólares, frente a los 2 billones de 2021, o lo que es lo mismo, una media de aproximadamente el 2% del PIB mundial (casi el equivalente a lo que gastan los aliados de la OTAN en presupuesto militar).

Ámbitos como la energía eólica, los vehículos eléctricos y las bombas de calor tendrán que crecer drásticamente. Si tomamos como ejemplo la energía eólica en Estados Unidos, su capacidad tendrá que pasar de los 100 gigavatios actuales a 4.200 gigavatios en 2050, según Bank of America Global Research. O pensemos en el aumento de cientos de miles de estaciones de recarga de vehículos eléctricos en medio del cambio hacia el transporte por carretera impulsado por baterías.

Todos estos sectores necesitarán que sus mercados crezcan entre 40 y casi 200 veces su tamaño actual, y ese crecimiento requerirá capital.

BloombergNEF calcula que se necesitarán unos 110 billones de dólares para transformar la forma en que consumimos la energía, por lo que habrá que pensar en bombas de calor, vehículos eléctricos y reciclaje sostenible. Los 90 billones de dólares restantes se destinarán a los activos de suministro energético, que incluyen la infraestructura de red y la captura de carbono.

Los incentivos han comenzado a reforzarse en EE.UU. y Europa hasta el punto de que las inversiones en transición energética ya están al borde de superar a las destinadas a combustibles fósiles, una tendencia que se acelerará drásticamente en los próximos años.

COP 28 Merca2.es

Pero incluso sin apoyo político ni programas de subvenciones, estas tendencias persistirán como motores a largo plazo y vientos de cola estructurales para las empresas que aporten soluciones viables a las amenazas medioambientales a las que nos enfrentamos. Las inversiones en tecnologías que hagan avanzar la construcción de inmuebles energéticamente eficientes, el transporte por carretera ecológico y las alternativas a los procesos intensivos en carbono son tan cruciales como el desarrollo de energías renovables tales como los parques eólicos y solares.

GRAN APETITO POR ESTE TIPO DE INVERSIONES

Nuestra Encuesta sobre Inversión de Impacto 2023 reveló un considerable interés entre los profesionales por adoptar estrategias de inversión de impacto y sugiere que aún existe un enorme potencial sin explotar dentro del mercado.

Es probable que las presiones normativas contribuyan a despertar el apetito de los inversores por las inversiones de impacto. La Casa Blanca anunció en septiembre que el objetivo del presidente Biden es reducir a la mitad las emisiones de EE.UU. con respecto a los niveles de 2005, lo que supone casi duplicar el objetivo fijado inicialmente por la Administración Obama. En principio, los legisladores de la UE han acordado aumentar su objetivo de reducción de emisiones del 40% al 55% respecto a los niveles de 1990. Esto ejercerá una presión adicional sobre las empresas para que se sumen a la lucha contra el cambio climático.

Invertir en la acción por el clima no sólo es necesario para prevenir el catastrófico cambio climático, el estrés hídrico o la pérdida de biodiversidad, por citar algunos ejemplos, sino que también tiene sentido desde el punto de vista económico a largo plazo. Recientemente, la Autoridad del Canal de Panamá ha anunciado nuevos recortes en el tráfico de buques debido a la sequía provocada por El Niño, que se considera la peor de los últimos tiempos.

Las alarmas suenan tan fuertes que resultan atronadoras. Pero para la humanidad, dejarlo todo y salir corriendo no es una opción. Debemos intensificar nuestros esfuerzos, y los inversores serán cruciales para cambiar las cosas. El momento de actuar no es mañana, la semana que viene o el año que viene. Es ahora.

El momento de actuar no es mañana, la semana que viene o el año que viene. Es ahora.

[1] Sb2023 _ 09E.pdf (unfccc.int)

[2] Sb2023 _ 09E.pdf (unfccc.int)

[3] AR6 Synthesis Report: Climate Change 2023 (ipcc.ch)

[4] [4] AR6 Synthesis Report: Climate Change 2023 (ipcc.ch)

Jóse Julián Martín
Jóse Julián Martín
Jose Julián Martín es periodista de finanzas y mercados de formación internacional (Jacksonville University, Wharton School of Business, University of Illinois y Università Bocconi). En su dilatada carrera ha pasado por las redacciones de Expansión, Invertia o Finanzas.com entre otros.