La impredictibilidad de la situación económica, los esfuerzos para adaptarse a la transición energética y la presión tributaria le han pasado factura a Repsol, que ha ganado menos dinero. La firma insiste en el «cumplimiento de sus objetivos estratégicos» en un entorno de «gran volatilidad» que se agrava con la losa impositiva. La petrolera, que es la empresa que más tributa entre las cotizadas, advierte al binomio PSOE-Sumar que mantener el gravamen extraordinario a las energéticas le podría hacer replantearse su negocio en España.
Este jueves 26 de septiembre, la compañía presidida por Antoni Brufau ha presentado un resultado neto de 2.785 millones de euros entre enero y septiembre, un 14% menos que en el mismo período de 2022.
Ante la posibilidad de que la alianza de Gobierno mantenga la tasa extraordinaria a las energéticas, el CEO, Josu Jon Imaz, calificó de «ilegal e inconstitucional» ese escenario. Esta tasa, que se ideó como temporal y extraordinaria, «castiga a las empresas que, como Repsol, invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país», denunció Imaz. En consecuencia, «la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país podría condicionar futuras inversiones industriales de Repsol en España».
Según han revelado a MERCA2 fuentes internas de la compañía, Repsol fue la empresa del Ibex 35 que más impuestos pagó en España hasta septiembre, con una contribución fiscal que alcanzó los 10.890 millones de euros entre enero y septiembre. Cerca del 70% de esa esa cantidad (7.441 millones) corresponde a tributaciones realizadas en España.
Estas mismas fuentes afirman que la compañía contribuyó hasta septiembre de este año con una tasa del Impuesto Sobre Sociedades del 37%, muy por encima del tipo nominal aplicable en España (del 25%) y de la media de los países de la OCDE.
«ROBUSTEZ» EN UN ESCENARIO ADVERSO
El resultado ajustado de la compañía, que mide específicamente el funcionamiento de los negocios, alcanzó los 3.816 millones de euros, un 19% menos en términos interanuales. La deuda neta de la empresa que preside Antoni Brufau se situó al final del tercer trimestre en los 1.855 millones de euros, con una liquidez que alcanza los 10.650 millones de euros, suficiente para cubrir más de cinco veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo.
El desempeño de las áreas Industrial y Cliente fue fundamental para lograr lo que Repsol llama «sólidos resultados», a la vez que la compañía progresaba en su transformación para alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono.
la compañía considera que durante los primeros nueve meses del año ha mostrado un comportamiento «robusto en un contexto poco predecible», gracias a su plan estratégico
La compañía considera que ha mostrado un comportamiento «robusto en un contexto poco predecible», con los precios de las materias primas descendiendo en picado desde los «anómalos» picos que alcanzaron el pasado año. El modelo integrado de Repsol y la gestión orientada por el Plan Estratégico 2021-2025 han sido claves en este empeño, sostienen.
En los primeros nueve meses de 2023 el crudo Brent cotizó a una media de 82,1 dólares por barril, un 22% menos que en el mismo periodo del año anterior. Por su parte, el gas Henry Hub sufrió una abrupta caída de su precio medio, del 60%, hasta llegar a 2,7 dólares por cada 1.000 unidades térmicas (Mbtu).
En el último trimestre del ejercicio, los recortes de producción de algunos países impulsaron de nuevo al alza los precios y, junto con la incertidumbre sobre el crecimiento económico mundial, tensionaron un mercado que, según las previsiones de la petrolera, seguirá caracterizado en los próximos meses por la volatilidad derivada del convulso escenario geopolítico.
En el apartado inversor, el grupo ha anunciado un incremento en un 14% de la retribución a pagar a los impositores el próximo mes de enero, hasta los 0,4 euros brutos por acción.
La energética ya anticipó en su plan estratégico el objetivo de retribución marcado para sus más de 520.000 accionistas respecto al período entre 2024 y 2025. Esta meta será actualizada en el primer trimestre del próximo ejercicio, tras haber pulverizado todos sus objetivos. Así, sumando dividendos y reducciones de capital, se habrán distribuido cerca de 2.400 millones de euros en el conjunto de 2023.
LA DIFÍCIL TRANSFORMACIÓN DE REPSOL
Durante los tres primeros trimestres de 2023, Repsol afirma haber dado pasos firmes para avanzar en su transformación y descarbonización para ser cero emisiones netas en 2050, reforzando su perfil multienergético y las soluciones que ofrece a los clientes.
Como apoyo a este proceso y en línea con su Plan Estratégico, la petrolera invirtió 4.362 millones de euros en el periodo −lo que supone un incremento del 82% respecto a enero-septiembre de 2022−, principalmente en proyectos bajos en carbono. La compañía estima que el 35% de lo invertido en el conjunto del año 2023 se destinará a iniciativas bajas en carbono, lo que refleja su carácter transformador. El foco principal en estos primeros nueve meses del año siguió estando en España, donde se empleó un 41% del monto total, y Estados Unidos, donde se dirigieron un 37% de las inversiones.
La evolución de los complejos industriales en polos multienergéticos descarbonizados forma parte de la estrategia de reducción de emisiones de la compañía, aumenta la garantía de suministro energético del país y asegura el mantenimiento de miles de puestos de trabajo. Repsol prevé finalizar 2023 con una inversión orgánica total de 5.200 millones de euros, aproximadamente, para que estas instalaciones, cinco de ellas situadas en España, fabriquen productos con baja, neutra e incluso negativa huella de carbono.
