Repsol ha cosechado unos resultados de gran relevancia en el primer semestre del año. El motivo principal ha sido el alza del precio del barril del petróleo, que ha hecho aumentar los márgenes de refino la petrolera presidida por Antonio Brufau a niveles extraordinarios. Una situación que le ha permitido acumular una ganancia de 2.121 millones de euros de enero a junio. La situación financiera de la compañía goza de buena salud y a nivel bursátil el acumulado anual se salda con un avance del 14%. Sin embargo, los últimos meses han estado marcados por una tendencia bajista, en línea con la corrección del precio del crudo, que ha hecho caer a Repsol más de un 20% desde junio.
A pesar de las buenas previsiones de la compañía, existen varios factores que pueden seguir perjudicando su cotización para el resto del año. El más obvio y el que señalan la mayor parte de los analistas tiene que ver con las variaciones que pueda sufrir el precio del oro negro, puesto que, si la corrección del barril de Brent, de referencia europea, continúa, es probable que veamos más caídas en el sector petrolero.
En este sentido, la producción diaria de los países que conforman la OPEP+ no está siendo la idónea para hacer frente a la demanda. De hecho, desde Citi avisaron en un reciente informe que creen que el precio del crudo puede caer hasta los 60 dólares a finales de año, desde los 95 en los que se encuentra actualmente, debido al contexto geopolítico. Con la amenaza de una recesión a las puertas de Europa por los cortes de suministro de gas por parte de Rusia, la amenaza de un descenso en el consumo tras el verano supone una dificultad añadida.
LAS ACCIONES DE REPSOL AFECTADAS POR EL IMPUESTO A LAS ENERGÉTICAS
No es el único frente abierto para la petrolera, sino que el posible nuevo impuesto a las empresas energéticas que está gestionando el Gobierno también se hace notar en el mercado. Los inversores han acogido con miedo la nueva tasa a las ganancias de las compañías eléctricas y petroleras y desde las casas de análisis señalan la medida como perjudicial para las acciones de Repsol. En este sentido, desde Bankinter aseguran que «de confirmarse el impuesto, Repsol sería una de las más perjudicadas y ello impactaría directamente en el valor».
También desde JP Morgan se han pronunciado sobre este aspecto, valorando los resultados de la compañía de manera muy positiva, pero destacando el nuevo impuesto entre los riesgos para sus acciones. De esta manera, la entidad aplica un descuento al PER (ratio precio beneficio) del 35% al negocio de Repsol dedicado a la exploración y producción de refino y un 5% adicional «para tener en cuenta la incertidumbre en torno al marco fiscal español».
Lo que se sabe hasta ahora es que la medida impulsada desde Moncloa gravará los ingresos extraordinarios de las firmas del sector en un 1,2%, con el objetivo de recaudar hasta 4.000 millones de euros en dos años. Repsol sería una de las compañías que mayor desembolso tendría que hacer, debido a las ganancias extraordinarias que está obteniendo en mitad de la crisis energética que vive España y Europa actualmente. Por el momento no ha transcendido más información al respecto del nuevo impuesto e incluso la patronal del sector ya ha avisado de la posibilidad de recurrir la medida del Ejecutivo por vía legal.
EL VERTIDO EN PERÚ PUEDE COSTARLE 220 MILLONES DE EUROS
Más allá de la volatilidad del petróleo y del nuevo margo regulatorio en el mercado español, la petrolera se enfrenta a más problemas al otro lado del charco. A principios de año la petrolera causó un vertido de petróleo en costas peruanas de 10.400 barriles, según Repsol, que desde el Ministerio de Medio Ambiente de Perú han calificado como uno de los mayores accidentes medioambientales de la historia del país sudamericano.
Por su parte, Repsol ha emprendido operaciones de limpieza casi completas, pero recientes informes de Bloomberg sugieren que el regulador peruano Indecopi (Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual) ha presentado una demanda multimillonaria contra seis partes, incluida Repsol.
La petrolera que preside Brufau ha calificado de «infundada» la demanda del organismo público de Perú, pero lo analistas creen que es un problema añadido para la cotización de Repsol. «El riesgo de los costes para Repsol es de 220 millones de euros netos, incluyendo otras multas/daños y un 50% de riesgo para un posible seguro», explican los expertos de JP Morgan.
ANALISTAS DIVIDIDOS
En cualquier caso, los analistas de las diferentes casas de análisis que se han pronunciado tras los resultados de Repsol lo han hehco con opiniones divididas. En este sentido, desde Bankinter creen que se trata de una de las compañías del sector que presenta mejores perspectivas, con un balance saneado y fuerte generación de caja, así como una importante presencia en el área de renovables y un dividendo atractivo.
Sin embargo, los expertos reducen la recomendación desde comprar a neutral «por la corrección del precio del precio del petróleo y por el impacto en sus cuentas del posible nuevo impuesto a las eléctricas». Asimismo, la entidad reduce el precio objetivo de Repsol desde los 18,2 euros hasta los 13,3 euros por acción.
Por su parte, desde JP Morgan eligen a la petrolera como su opción preferida en las compañías de exploración y producción de petróleo de mediana capitalización. Entre los factores que destacan, se incluyen las buenas cifras de apalancamiento. «Se ha convertido en un valor de alta calidad, ya que se está adaptando a la inflexión de los márgenes de refino impulsada por el gasóleo, gracias a un sistema integrado y ventajoso en España». aseguran los expertos. Es por eso que la entidad otorga un precio objetivo de 16,5 euros por título.
Desde Barclays han otorgado una recomendación neutral, a un precio objetivo de 16 euros por acción. La firma destaca los buenos resultados de la compañía, pero hace hincapié en el deterioro sorprendente de 1.500 millones de euros relacionado con un «endurecimiento» del entorno empresarial del refino, así como en las medidas regulatorias del Gobierno.
Aún así, el consenso de mercado recogido por Bloomberg estima un precio objetivo a doce meses para la compañía de 17,3 euros, lo que supone un 42,2% de potencial alcista para la firma española. Además, de las 35 casas de análisis que siguen la evolución de la compañía en el mercado, 25 recomiendan comprar el valor y 10 optan por mantener el valor en cartera.