Ni un kilovatio para Putin: Los sacrificios de Europa con la energía

La Unión Europea está dispuesta y convencida, por fin, de hacer sacrificios en materia de energía. Aunque los Veintisiete han tardado, al final se han dado cuenta de que cada kilovatio (kW) cuenta y que no pueden seguir dando aliento a Putin, pagando 1.000 millones de euros al día por las importaciones de gas, carbón, petróleo o uranio ruso.

Los políticos europeos no han podido seguir mirando para otro lado y han tenido que aceptar que seguir comprando commodities a Rusia es sinónimo de sufragar la invasión de Ucrania. Las imágenes de las atrocidades cometidas por el ejército ruso contra la población civil ucraniana han sacudido las conciencias de muchos dirigentes avergonzados por su falta de previsión y por su servilismo de años a las imposiciones de Putin.

«Hemos dado a Ucrania 1.000 millones de euros, que puede parecer mucho, pero 1.000 millones de euros es lo que damos a Putin cada día. Desde que empezó la guerra le hemos dado 35.000 millones de euros. Compárenlo con los 1.000 millones de los ucranianos», ha dicho el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en una intervención ante el pleno del Parlamento Europeo.

Los miembros de la UE se encuentran divididos: para países como Alemania o Austria el gas ruso es vital

Esos números son devastadores y son los que han llenado de confianza al presidente ruso, Vladimir Putin, para acometer la invasión de Ucrania, sabedor de la inmensa dependencia de la UE de las materias primas rusas. El exdirectivo de la KGB sabía que Europa no podía desligarse de Rusia en pleno invierno y por eso realizó la invasión de su vecino en el mes de febrero. Pero sus previsiones fallaron y lo que pensaba que duraría menos de un mes se está prolongando más de la cuenta.

Además, su impresionante censura a los medios de comunicación no ha podido ocultar la crueldad del ejército ruso en aldeas y ciudades ucranianas, calificada como crímenes de guerra por varios países. El mundo no puede quedarse de brazos cruzados después de ver las imágenes de la matanza de Bucha, y otras muchas que remueven conciencias. Cueste lo que cueste, Europa no puede seguir comprando nada, ni siquiera energía, a Rusia.

EL PARLAMENTO EUROPEO EXIGE UN VETO TOTAL YA

El Parlamento Europeo, en una resolución no vinculante, ha solicitado el veto total e inmediato de las importación de la Unión Europea al gas, carbón, petróleo y combustible nuclear rusos, instando además a que estas nuevas sanciones sean acompañadas por un plan que permita garantizar la seguridad y el abastecimiento energético de todos los estados miembros.

Esta histórica resolución fue refrendada por 513 eurodiputados. Solo 22 votaron en contra y hubo 19 abstenciones. Roberta Metsola, la presidenta de la Eurocámara reconoció que «la posición del Parlamento es clara y envía el más firme mensaje de apoyo a quienes están en primera línea del frente».

Ahora serán los ministros europeos de Relaciones Exteriores quienes, este lunes, discutan la puesta en marcha de esta resolución, si bien los estados miembros se encuentran divididos, ya que para países como Alemania o Austria, el gas ruso es de vital importancia y no han encontrado todavía la opción de reemplazarlo por gas procedente de otros países.

«Nos enfrentamos a una guerra inconsciente y tenemos que ejercer la máxima presión. Eso significa sanciones y más sanciones y lo que haga falta. Al mismo tiempo, tenemos que recordar que también somos responsables de nuestra seguridad, de nuestra suficiencia y seguridad energética, y de nuestra seguridad alimentaria. Así que no podemos poner en peligro eso», admite la eurodiputada del Partido Popular Europeo, Anna-Michelle Asimakopoulou.

En lo que sí parecen estar de acuerdo es en eliminar por completo las importaciones de carbón ruso antes del verano. Unas importaciones que suponen el 45% del total del carbón que llega a la UE. La Comisión Europea votó a favor de esta medida, pero para el Parlamento no es suficiente y exige una mayor contundencia, aunque suponga un gran sacrificio.

AHORRAR ENERGÍA A TODA COSTA

El objetivo es mandar un mensaje rotundo de que cualquier kilovatio cuenta, cualquier barril de petróleo cuenta, porque el dinero que Putin gana con eso, va destinado a matar ucranianos. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, no se cansa de pedir más implicación a la OTAN y a la UE.

Si su país paga con vidas humanas las atrocidades producto de los sueños de grandeza del sátrapa Putin, no parece mucho pedir que el resto de europeos estemos dispuestos a pasar un poco de frío si es necesario o a pagar un poco más por comprar commodities en otros mercados por frenar la guerra.

Europa no puede permitirse seguir desperdiciando energía, debe esforzarse más. Debe buscar formas de ahorrar energía y reducir las emisiones eligiendo las tecnologías más eficientes, especialmente en las circunstancias actuales.

A pesar de la aprobación de una legislación ambiciosa de eficiencia energética a nivel de la UE (la Directiva de Eficiencia Energética de 2012 y su revisión en 2018), Europa ha progresado lentamente y solo cumplió su objetivo de reducir el consumo de energía para 2020, debido a la pandemia de coronavirus. Actualmente, el Parlamento Europeo y los países miembros están analizando de cerca los detalles de una nueva Directiva de Eficiencia Energética (EED), basada en un texto que presentó la Comisión Europea el verano pasado, como parte del paquete ‘Fit for 55’.

La propuesta de la Comisión para una nueva DEE tiene por objeto reconfirmar que «la eficiencia energética es lo primero» como principio general de la política energética de la UE. Incluye objetivos ambiciosos y vinculantes para reducir el consumo de energía en la década actual al obligar a cada uno de los Veintisiete a generar ahorros de energía anuales en todos los sectores, incluidos los edificios, la industria y el transporte.

ESPAÑA REDUCE LA COMPRA DE GAS A PUTIN

España importó 3.277 gigavatios hora (GWh) de gas natural procedente de Rusia, a través de barco en gas natural licuado (GNL), en marzo, lo que representa el 8,7% de la demanda total en el mes, en el que Estados Unidos fortaleció su papel como principal exportador de gas natural al país, con el 43,3% del total del consumo de esta materia prima, según datos del último Boletín Estadístico de Enagás.

En el primer trimestre del año, España ha importado 7.629 GWh de gas natural procedente de Rusia, lo que supone un 32% menos que en el mismo periodo del año pasado, confirmando así la reducción en el consumo de gas natural del país desde el estallido de la guerra en Ucrania.

De su lado, las compras de gas a Argelia, históricamente el primer suministrador de España, en los tres primeros meses de 2022 se han reducido un 32,9%, aunque sigue siendo un proveedor destacado, al cubrir el 26,1% del consumo total del país en lo que va año.

La reducción del flujo de gas que España compra a Argelia resulta más que probable, ya que según la propia ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, «la intención de Sonatrach es subir los precios, porque entiende que están muy por debajo del precio al que se cotiza el gas en los mercados internacionales», precisó la vicepresidenta tercera del Gobierno en declaraciones a TVE.

Ribera afirma que esa decisión de Argelia ya estaba tomada en el mes de octubre, y que no tiene nada que ver con el asunto del Sáhara Occidental y el acercamiento de España a Marruecos, aunque no cabe duda de que ese tema no ayuda a la hora de conseguir un mejor acuerdo con Argel.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.