Repsol espera recuperar deuda de PDVSA tras el acuerdo con Estados Unidos

Entre la esperanza y el escepticismo. Con esa disyuntiva observa la petrolera española Repsol el cambio de escenario en Venezuela tras el acercamiento de la Casa Blanca al régimen de Nicolás Maduro, confiando en poder recuperar una parte de los más de 200 millones de euros que le debe PDVSA, al menos mediante pagos en especie (con barriles de crudo) como habían acordado ambas empresas en 2019. Si las negociaciones entre EE UU y Venezuela llegan a buen puerto, Repsol podría lograr unos ingresos que ya daba por perdidos.

Así lo confirman fuentes del sector energético a MERCA2 que, no obstante, precisan que todavía es pronto para anticipar un total levantamiento de las sanciones a Venezuela por parte de Washington, aunque Repsol espera que las primeras conversaciones puedan concretarse en algo más que palabras.

«De momento la petrolera española no está negociando con PDVSA de nuevo y espera que exista un cierre claro y definitivo de la nueva relación de EEUU con Venezuela, concretándose el levantamiento de las sanciones», indican.

La cuestión ahora es determinar hasta qué punto las negociaciones impulsadas por Biden para aumentar la oferta de petróleo destinada a los países occidentales tendrán éxito, ya que de momento lo único que se ha producido es una cierta apertura diplomática.

«el resultado es imprevisible porque maduro planteará exigencias difíciles de asumir por eeuu»

«El resultado de estas negociaciones es imprevisible, ya que Maduro planteará exigencias que serán difíciles de asumir para la Administración del país norteamericano y, además, hay oposición interna en el plano político de EEUU a este cambio de rumbo», añaden las fuentes consultadas.

Dos de las voces más críticas con la nueva política exterior de Biden respecto a Venezuela son el demócrata Bob Menéndez y el republicano Marcos Rubio. El primero es el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y el segundo es representante en la cámara por el Estado de Florida. Ambos lideran la oposición en sus respectivas formaciones políticas a levantar las sanciones al régimen de Maduro que prohiben importar crudo venezolano desde el año 2019.

«El esfuerzo de la administración Biden por unificar al mundo contra un tirano asesino en Moscú es encomiable, pero no debe socavarse apoyando a un dictador investigado por crímenes de lesa humanidad en Caracas. Las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano, al igual que la determinación y el coraje del pueblo de Ucrania, valen más que 1.000 barriles de petróleo», dijo Menéndez tras conocerse que altos funcionarios de EEUU habían sido enviados por la Casa Blanca a Caracas para reunirse con Maduro a principios de marzo.

EL PETRÓLEO DE IRÁN Y ARABIA SAUDÍ

No obstante, la decidida apuesta de Joe Biden por desconectar Europa de los hidrocarburos rusos hace necesario incrementar la oferta de otros países y, en el caso de las otras dos opciones que maneja Washington (Arabia Saudí e Irán), los obstáculos son también evidentes.

Contentar a Riad y a Teherán a la vez será difícil, sobre todo después de que los saudíes hayan incluso amenazado con denominar parte de sus contratos petroleros en yuanes como castigo a la política exterior de EEUU. En el caso de Irán, las negociaciones sobre su programa nuclear avanzaban a buen ritmo a principios de año, pero el nuevo encontronazo entre EEUU y Arabia Saudí ha tenido como efecto colateral el aumento de distancia entre Washington y Teherán.

Si finalmente la Casa Blanca logra los apoyos suficientes para aplicar un giro de 180 grados respecto a su relación con Venezuela, se abriría un nuevo escenario para Repsol, que sufre desde hace años la presión para salir del país, tanto en el ámbito político como en el financiero.

REPSOL DABA POR PERDIDOS 352 MILLONES DE EUROS

La empresa española, que opera en Venezuela a través de filiales, elevó las provisiones por sus actividades en el país hispanoamericano en las cuentas del pasado año hasta los 352 millones de euros, lo que supone multiplicar casi por cinco las anotadas en 2020.

repsol el pasado año multiplicó por cinco sus provisiones por el riesgo de sus actividades en venezuela

En concreto, la empresa que dirige Josu Jon Imaz daba por perdidos 223 millones de euros por préstamos concedidos a la estatal venezolana PDVSA, a los que habría que sumar otros 129 millones de euros correspondientes al valor de las inversiones contabilizadas por el método de la participación. La compañía, en su Memoria Anual señala que estos cálculos son el resultado de “una evaluación de la recuperabilidad de sus inversiones, así como del riesgo de crédito sobre las cuentas a cobrar a PDVSA”.

La empresa dejaba claro en la documentación enviada a inversiones y accionistas, que
siempre «ha adoptado las medidas necesarias para continuar su actividad en Venezuela con pleno respeto a la normativa internacional de sanciones aplicable, incluyendo las normas estadounidenses en relación con Venezuela, y está haciendo un seguimiento constante de su evolución y, por tanto, de los eventuales efectos que pudieran tener sobre dichas actividades».

No obstante, Repsol apuntaba que «si se mantiene la situación actual en el largo plazo o se produjesen nuevas modificaciones de las políticas de EEUU, podrían verse afectadas nuestras actividades en Venezuela». Este diario ha contactado con la petrolera española para recoger su valoración respecto a este cambio de situación, pero no ha recibido respuesta alguna.

LA COMPLICADA RELACIÓN CON LA CASA BLANCA

Es importante señalar que estas consideraciones publicadas en la Memoria Anual fueron realizadas antes de que se produjera la intervención militar de Rusia en Ucrania y, por lo tanto, cuando todavía no se había producido el cambio de postura de la Casa Blanca respecto a Venezuela. Hasta ese momento la relación de Repsol con las autoridades estadounidenses tampoco eran del todo buenas por el acuerdo alcanzado con PDVSA para que le devolviera parte de la deuda mediante la entrega de petróleo.

De hecho, en mayo de 2020, Washington amenazó a la petrolera española, junto con la italiana Eni y la india Reliance con aplicarles «sanciones devastadoras» si continuaban bombeando crudo venezolano para venderlo después en los mercados internacionales. Una actitud –la del Gobierno estadounidense– que contrasta con la permisividad hacia las actividades de la petrolera Chevron, que lleva años trabajando codo con codo con PDVSA y de hecho es quien tiene el control de gestión y operaciones de la alianza de ambas compañías.

PERMITIR EL PAGO DE DEUDA CON PETRÓLEO

Antes de las sanciones económicas a Rusia por parte de la OTAN, Chevron está esperando una autorización por parte del Departamento del Tesoro de EEUU para cerrar acuerdos y contratos que tiene pendiente.

Fuentes del sector energético norteamericano confirman a MERCA2 que la petrolera estadounidense se prepara ya para asumir el control de las operaciones que realizan las cuatro empresas mixtas que comparte con PDVSA y que esperan la luz verde de la Administración para ello. Y según la agencia Reuters, Washington considera emitir autorizaciones similares de pago de deuda con petróleo para Repsol y Eni.

Pero este apoyo no será gratis, ya que la capacidad de Venezuela para ampliar la capacidad de producciónde crudo es muy limitada. No se han perforado nuevos pozos durante meses y para alcanzar niveles significativos de producción, los analistas consideran que Venezuela necesitaría inversiones de unos 12.000 millones de dólares al año durante el próximo lustro.