miércoles, 11 diciembre 2024

Así es el informe que alivia la caja de Telefónica y Orange en España

El sector de las telecomunicaciones en Europa -y también en España- se encuentra en su ‘año cero’. El proceso de consolidación será una realidad en los próximos meses, pero hay otro asunto que se ha convertido en capital: la segregación de activos para conseguir mayor rentabilidad con las infraestructuras. En el negocio móvil, con las torres, el camino ya está andado; ahora llega la parte fija con la fibra. En suelo español, todas las miradas apuntan a Telefónica y Orange. El reloj no se detiene, y el tiempo será un factor importante.

La compañía dirigida por José María Álvarez-Pallete cuenta en España con 26,1 millones de unidades inmobiliarias pasadas por fibra. El objetivo es cubrir toda la población, algo que prácticamente está conseguido. En cuanto a la compañía comandada por Jean-François Fallacher, tiene desplegados 15,6 millones de unidades inmobiliarias. Ambas compañías parecen haber llegado a su punto máximo de inversión, y es hora de pensar en ciertos movimientos. Una carrera en la que Vodafone ha quedado al margen. Su despliegue, de 10,6 millones de hogares, está marcado por los 7,5 M de accesos de cable HFC. Una cuestión que le obliga a otro tipo de movimientos.

De esta manera, las prisas relativas han llegado a Telefónica y Orange. Los azules, con el runrún de fondo sobre el fututo de su red de fibra, ya han empezado de manera decidida el proceso, según se hacían eco los medios la semana pasada. Los naranjas, por su parte, hace ya tiempo que asumieron como realidad la creación de una ‘fiberco’ para la gestión de estos activos cuyo valor máximo para una potencial operación corporativa es ahora. ¿Pero por qué?

Según un reciente informe de la consultora Oliver Wyman, el despliegue de fibra hasta el hogar -FTTH- es un mercado al alza en Europa que alcanzará un valor de 125.000 millones de euros en todo el continente para finales de esta década. En España, líder europeo en despliegue de estas redes -con un 77% de la demanda ya instalada-, el valor del mercado ascenderá a los 16.000 millones de euros hasta 2030. Y esa cifra es la clave. Su valor, la esencia.

El futuro de los activos de fibra en Telefónica y Orange se reescribe en 2022

Tal y como señala la consultora, las instalaciones de telecomunicaciones fijas están experimentando una mejora sin precedentes en los últimos tiempos y la demanda de banda ancha rápida no deja de aumentar en Europa. No obstante, hasta el momento sólo se ha atendido entre el 45% y el 50% del mercado potencial de fibra hasta el hogar y, para finales de esta década, se espera que ésta llegue a otros 135 millones de hogares en los principales mercados europeos, generando un mercado de construcción de redes de 125.000 millones de euros.

En este sentido, Maarten de Wit, socio de Communications, Media & Technology de Oliver Wyman, destaca que “las oportunidades de inversión en el ámbito de la FTTH, tanto en despliegue como en el mantenimiento, son muy atractivas, como demuestran las recientes operaciones que se han producido en Europa protagonizadas por fondos de inversión como KKR, IFM o APG. Se trata de un mercado en ebullición que, además, contará con el respaldo de los fondos Next Generation de la Unión Europea”.

¿QUIÉNES HAY DETRÁS Y POR QUÉ?

En este contexto -y para que todo cuadre- debe conjugarse las ganas de vender y comprar; así como los motivos económicos para desprenderse de las redes y querer gestionarlas. Telefónica y Orange tienen sus motivos. Los potenciales compradores, los suyos.

En cuanto a los compradores, hay dos tendencias en el mercado, aunque todos hijos de los mismos padres. Como señalan en el informe, hay una serie de fondos de inversión, entre los que destaca KKR, que tienen gran apetito comprador. Las cifras de dicho informe, y la extrema necesidad de conectividad que ha presentado la sociedad durante la pandemia, reafirman sus intenciones.

Por otro lado, en España han surgido los operadores neutros. Destacan Lyntia y Onivia. Ambos tras el amparo de diversos fondos. Antin los primeros; y Macquarie, Aberdeen y Daiwa los segundos. Curiosamente, la compañía que en estos momentos tiene a José Antonio López como CEO, está en mitad de un proceso de venta. Fondos que venden a fondos. Lógico, por otra parte, puesto que estos compañeros de viaje tienen mandatos muy concretos cuando desembarcan en una compañía, o en los activos segregados de la misma. Y aquí es donde el tiempo juega un papel fundamental.

Según cuentan a MERCA2 expertos del sector, nunca ha quedado del todo demostrado que unas mejores infraestructuras mejoren el Arpu (rentabilidad por cliente). Al menos de la suficiente manera que, teniendo una guerra comercial activa, compense la inversión intensiva en capital que ha necesitado una red como la fibra. Por estos motivos, Telefónica y Orange han dicho basta.

TELEFÓNICA Y ORANGE, CON LA FIBRA A SU MANERA

Desde Telefónica y Orange son conscientes de los múltiplos que ahora mismo están dispuestos a pagar los ‘players’ interesados en estos activos. Y todas las fichas encajan. En el caso del operador azul, analistas del sector explican a MERCA2 que existe una penalización en Bolsa para la compañía que no recoge todo el valor del FTTH desplegado en España. Además, se trata de un golpe que dura mucho y que, asimismo, no tiene perspectiva de que desaparezca a corto plazo. A veces, parecen dar lo mismo esos 26 millones de hogares pasados con fibra.

En el caso de Orange, parte de sus motivos para explorar todas las vías de negocio es que, pese a tener casi finiquitado su propio despliegue, fuentes del sector aseguran a este medio que, por lo menos a hasta 2024, habrá un gasto continuado en mantenimiento y mejora de infraestructura que finalmente tampoco permite competir mejor en el mercado minorista.

En este contexto, y con las administraciones públicas presumiendo de ‘sociedad del Gb/s’, los operadores se han quedado sin más ganas de invertir. Además, los cuadro macro del sector advierten de que hasta 2025 no se esperan ver esos rendimientos, tanto en Bolsa como aplicados al retorno sobre la tecnología FTTH.

Ese es el motivo que ha llevado a Telefónica y Orange a tomar la decisión de desarrollar ‘fibercos’ para gestionar sus activos de fibra. ¿Y qué pasará después? En 2022 lo sabremos. Está la venta total, parcial, la entrada de socios para que desarrollen las inversiones de mejora y mantenimiento. Las opciones que tienen ambos operadores son múltiples, y todas van encaminadas a lo mismo: dotar de mayor valor económico a su red, puesto que a nivel minorista ésta ha dejado de tener tanto valor y, por lo tanto, que sigan estando presente en sus balances no tiene mucho sentido.

NO SERÁ SENCILLO

No obstante, el proceso no será sencillo. Por un lado, en la fase de control, y con los fondos de por medio, tampoco se sabe muy bien cómo serán los encajes. Porque estas organizaciones tienen dinero, pero no son socios a largo plazo. Así, los encajes corporativos, y el papel que jueguen Lyntia u Onivia será fundamental.

Por otra parte, Orange es totalmente libre para hacer lo que quiera con sus activos. Son suyos, los ha pagado, cumple con la regulación pertinente, y, a fin de cuentas, no tienes mayores ataduras. Con Telefónica y sus 26,1 millones de accesos la situación es diferente. Por su papel como anterior incumbente, porque sus obligaciones mayoristas siguen estando presentes, y porque es un volumen muy elevado de infraestructura, alguna crítica, como para quedar en manos de un fondo internacional. Así que el futuro no será tan simple.


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