Cobratis destaca que dentro del mundo deportivo existen diferentes obstáculos, como los impagos deportivos. Desde el exterior, parece que los deportistas viven una experiencia única, pero hasta los clubes de futbol sufren algunos inconvenientes.
Las consecuencias de los impagos deportivos
Durante el último año se ha rumoreado en redes sociales y por medios de comunicación que algunos clubes de fútbol de España no han tenido la oportunidad de cancelar el salario a los jugadores.
Para 2017 la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) concedió a los jugadores el derecho de abandonar el club al que pertenecen si no se les cancela el salario, según las bases estipuladas en su contrato. Esto les permite abandonar el equipo y obtener la posibilidad de ser fichado en un nuevo club que podría ofrecer mejores oportunidades y condiciones.
Este tipo de inconvenientes no solo ocasionan un escándalo entre medios de comunicación, si no que el equipo que posee los impagos genere hacia los jugadores una mala reputación y pierda a talentos deportivos que en su momento costaron cierta cantidad de dinero.
La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) se encarga de mantener un control y recibir denuncias hechas por los jugadores, quienes adjuntan las evidencias correspondientes cuando no han recibido su salario.
Impagos actuales
Durante 2020, el ente deportivo se vio gravemente afectado debido a que, por las restricciones del COVID-19, no fue posible realizar partidos con público por el riesgo de contagio que podría suponer la cantidad de gente en un estadio.
Con el transcurso de los meses y la llegada de las vacunas y el levantamiento de las restricciones, se permitieron llevar a cabo partidos a puerta cerrada, los cuales se retransmitían únicamente por televisión.
Esta situación ha supuesto un margen de pérdidas gravísimo por parte de los equipos, que no han percibido las ganancias de las entradas que los aficionados pagan para ver el partido desde las gradas.
Por lo tanto, todo este cambio ha ocasionado que muchos clubes de fútbol, como algunos de segunda división, presenten impagos deportivos y que sus jugadores dejen de percibir una cantidad de dinero durante un periodo de tiempo.
Las consecuencias se empiezan a notar cuando los jugadores comienzan tomar decisiones radicales y buscan abandonar a sus clubes para ser fichados por otros que pueden sacar más provecho.
En muchos casos, los jugadores terminan abandonando clubes y hasta poniéndolos al frente de situaciones legales. Hoy día, es más sencillo realizar este tipo de reclamos o demandas por medio de servicios como Cobratis, el cual realiza dicha gestión ante situaciones similares en cualquier tipo de área.