La educación financiera es un tema bastante olvidado en el sistema formativo reglado. Esto hace que al llegar a la edad adulta muchas personas no entiendan conceptos como la diferencia entre un préstamos o un crédito, qué es la inflación ,o qué implica realmente una hipoteca. Si esto es un problema para todos, todavía lo es más para los emprendedores.
Uno de los primeros pasos que hay que dar para poner en marcha un proyecto empresarial o profesional es conseguir los recursos económicos para ello. Esto implica negociar con bancos y enfrentarse a términos que no siempre se entienden bien. Por eso, es recomendable que los emprendedores tengan unos conocimientos básicos en materia de finanzas y sepan reconocer los conceptos más importantes. Así sabrán si lo que les ofrece el banco es conveniente o no para ellos.
Comisiones bancarias, el terror de los emprendedores
Si cada vez es mayor el número de emprendedores que buscan alternativas de financiación a los bancos, es precisamente para no acabar pagando cientos de euros en concepto de comisiones. Porque a los intereses del préstamo o crédito solicitado siempre hay que sumarle la existencia de gastos accesorios y comisiones que harán que acabes pagando más de lo que esperabas.
Las hay de todo tipo. Están las comisiones de apertura, pero también las de amortización parcial de la deuda (te cobran si quieres pagar parte de tu deuda antes de tiempo) e incluso las de cancelación total (también te cobran si saldas toda la deuda antes de lo acordado). Todas estas comisiones se explican en el contrato, así que conviene revisarlo muy bien antes de firmarlo e intentar negociar para conseguir mejores condiciones.
Hay muchos más conceptos financieros que los emprendedores deberían conocer: acreedores, cuenta de explotación, fondo de maniobra, números rojos, margen de contribución, etc. Pero con estos que hemos repasado es suficiente para poder ir al banco a solicitar financiación y tener una idea clara de qué estamos contratando y a qué nos estamos comprometiendo.
