Operación triunfo es uno de los concursos más famosos de la televisión en España. Probablemente ningún otro ha generado la expectación que allá por 2001 generó este innovador formato, que aupó a una fama desmedida a un grupo de jóvenes. Tras múltiples ediciones y degenerar en algo mucho peor, desapareció de la pequeña pantalla hasta hace sólo tres años. Dieciséis nuevos aspirantes hicieron vivir la misma sensación que años atrás a una nueva generación. Pero, como todo, el impacto se reduce con el paso del tiempo y los síntomas del apagón se repiten. OT 2020 no ha causado el furor esperado y aunque muchos esperan que esto no se detenga, son muchos los síntomas que apuntan al final del cuento.
4CONOCIMIENTO DE LA TRASCENDENCIA
Lo que más especial hizo a la primera edición de OT de la segunda generación fue que no conocían ni el impacto ni el desarrollo del programa. En las posteriores es evidente que todos saben cómo funciona. Es cierto que el casting siempre es bueno y tratan de ser lo más transparentes posibles, pero hay pequeños matices que conocen. Todos saben qué contenido deben dar para despertar interés fuera de la Academia y eso es un problema, como también lo es que conozcan la dimensión del programa. Y eso que después se llevan sorpresas como la cancelación de conciertos de la última edición.
