viernes, 13 diciembre 2024

Ana Rosa Quintana: ¿más cuestionada que nunca?

Ana Rosa Quintana lidera las mañanas televisivas desde hace más de quince años y modera la tertulia política más plural y honesta de la tele privada. Pero su actitud ventajista respecto a la crisis del coronavirus la ha colocado en el centro de la diana tuitera. Estos son algunos de los motivos por los que es cuestionada la periodista.

ANA ROSA QUINTANA SABÍA DEL PELIGRO DEL COVID-19

Y es que la estrella de Mediaset aseguró que ella se dio cuenta de que el COVID-19 «no era una simple gripe» y que por eso viajó a Londres antes de que el Gobierno cerrase fronteras: «Fui allí porque mi hijo estaba estudiando en un colegio y me lo quería traer porque ya tenía claro lo que iba a pasar».

También recuerda que no se «recomendó el uso de mascarillas porque no había, igual que no se tomaron medidas a tiempo… eso es así. También es verdad que no creo que esto se hiciese con mala intención». El problema, para Ana Rosa Quintana, lo ha tenido la maldita hemeroteca.

Ana Rosa Quintana coronavirus

MALDITA HEMEROTECA

Su tertuliana Esther Palomera se atrevió a ponerla en su sitio: «Aquí todos relativizamos lo que estaba pasando». La diva matinal se defendió: «No, no, Esther, me niego. ¿Te saco dos artículos que me hicieron a mí personalmente por alarmista y decir que estábamos haciendo un show por ponernos una mascarilla?».

Y Palomera remató una teoría que tiene vídeos probatorios: «Aquí, en este plató, tú (Ana Rosa) y yo nos hemos dado abrazos, nos hemos ido de viaje diciendo a la gente que no tuviera miedo y que había que hacer la vida normal».

Iker Jiménez aprovechó el vídeo viral de Palomera y AR abrazándose entre risas para sentenciar: «¿Por qué no informar con normalidad de lo que ocurre? ¿Por qué no avisar al público que tomen medidas aunque parezcan extraordinarias? Claro, alguien se ponía máscara y gafas y a ver quién lo hacía. Si los que manejan la información, los tertulianos, los que hablan al público… se reían de eso».

Y añadía: «Se daban abrazos, vámonos de viaje, qué cachondeo, cómo vamos a quitar el Tinder… he oído de todo, en todas las cadenas, me da igual. Todos somos periodistas. Y yo también habré cometido errores, cómo no, pero esto no me lo creí».

Ana Rosa
Ana Rosa

VENTAJISMO

No es el primer caso de ventajismo protagonizado por Ana Rosa Quintana. En marzo de 2018, unos días antes de la multitudinaria manifestación feminista, aseguró en plena entrevista a Mariano Rajoy que no iba a parar. Pero que «algo haría. Mi función es contar lo que pasa y creo que hago más».

Llegó el 8M y AR se desdijo: «Si las mujeres paramos, que se nota. No hay ‘El programa de Ana Rosa’ (…) No hablamos solo por nosotras, sino fundamentalmente por la igualdad y los derechos de las que peor lo tienen».

¿Qué cambió entre el 1 de marzo, fecha de su entrevista a Rajoy, y el 8M? Los demás: la reina de las mañanas paró porque vio que el tsunami popular se la iba a llevar por delante. Su postura pragmática puso en solfa sus principios feministas.

EL LAZO DE ANA ROSA

Ana Rosa Quintana ha lucido un crespón negro en televisión para homenajear a las víctimas del coronavirus. «Es decirle a todos ustedes, que han perdido a sus seres queridos, que estamos a su lado».»Cada uno que lleve el luto como quiera. Yo creo que nuestro país tendrá que ponerse de luto porque no ha habido nada tan grave desde la Guerra Civil», aseguró.

La comunicadora se ha querido acordar de los que sufren: «Son tiempos difíciles para todos, pero especialmente para las familias que han perdido a sus seres queridos sin decirles adiós, sin cogerles de la mano para acompañarles en su último viaje y llorarles en compañía de sus seres queridos».

«Son momentos de angustia para los sanitarios, agotados y estresados, que ven cómo personas que están luchando lo hacen en soledad y luego tienen que volver a sus casas con el miedo de llevar el virus a sus familias o para todos los servidores públicos contagiados, que han entregado lo más importante que tienen, su salud, para salvarnos», añadió.

Ana Rosa asegura que nos encontramos ante «días eternos y difíciles», especialmente «para los miles de enfermos cuando les atenaza el miedo en soledad y necesitan una palabra de aliento de quien más los quiere».


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