Importante hallazgo de científicos españoles en torno al letal virus del ébola. Investigadores del Instituto de Investigación del Sida (IrsiCaixa) han descubierto que los filovirus, familia que engloba a virus como el del ébola, comparten con el VIH una de las vías de entrada a las células mieloides del sistema inmunitario. Los investigadores han diseñado anticuerpos que bloquean totalmente esta vía en células humanas.
El trabajo se publicó ayer en la revista Nature Microbiology. IrsiCaixa es un instituto de referencia internacional que lidera la investigación para la erradicación del VIH/sida y las enfermedades relacionadas. El instituto, que se constituyó en 1995 como fundación privada sin ánimo de lucro, está impulsado conjuntamente por “la Caixa” y el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya.
Desde IrsiCaixa recuerdan que el ébola, una enfermedad hemorrágica grave que no dispone de tratamiento, resulta mortal en aproximadamente la mitad de los casos. En la actualidad, prosiguen, se están probando vacunas y anticuerpos en fase experimental dirigidos contra la especie Zaire del virus, pero hay otras variantes virales que podrían provocar brotes futuros y no están cubiertas por estas estrategias y requerirán tratamientos específicos.
Causada precisamente por la especie Zaire, la epidemia de ébola que actualmente asola a África comenzó en agosto de 2018 en la República Democrática del Congo y sigue sin contenerse. Según las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el momento, se han detectado 1.920 casos, de los que 1.281 han causado la muerte de los afectados.
LA COMPLEJIDAD DEL ÉBOLA
El estudio de IrsiCaixa, indican desde la entidad, ha demostrado que los virus de la familia Filoviridae, que comprende las distintas especies del ébola y otros virus que causan fiebres hemorrágicas (como el de Marburgo), utilizan la proteína Siglec-1 para penetrar en las células mieloides del sistema inmunitario. Estas células, puntualizan, son las encargadas de iniciar la respuesta de defensa del organismo frente a una infección.
Siglec-1 es la misma puerta de entrada que utiliza el VIH para invadir estas células y fue descubierto en 2012 por el mismo equipo de investigadores, el grupo de Retrovirología y Estudios Clínicos de IrsiCaixa. El impedimento principal al diseñar terapias contra virus como el VIH, con una gran variabilidad genética, es la necesidad de actuar simultáneamente contra múltiples dianas para que el tratamiento no pierda eficacia.
Cuando se habla del ébola, aclaran los científicos, la complejidad surge porque no se puede saber qué especie va a emerger en cada brote. Según Nuria Izquierdo, investigadora asociada de IrsiCaixa y colíder del artículo publicado en Nature Microbiology una manera “de evitar este escollo es diseñar una terapia contra los receptores virales de la célula, que no cambian”.
Pero para ello, matiza la investigadora “hay que conocer cuáles son esos receptores, y ahora hemos encontrado uno nuevo y diseñado distintos anticuerpos que pueden bloquearlo”. En el estudio, los científicos han trabajado con Virus-Like Particles (VLP) del ébola: partículas virales sintéticas que imitan la estructura del virus pero no tienen su capacidad infecciosa, por lo que, señalan, pueden manipularse en laboratorio de forma segura.
EFECTO BLOQUEANTE
Los investigadores han demostrado que los anticuerpos bloquean la entrada del ébola en las células mieloides, experimentando con células dendríticas, monocitos y células inmunitarias del tejido linfoide. Estas son las primeras dianas celulares a las que afecta el virus, antes de expandirse hacia otros órganos y tejidos.
Para el investigador del IrsiCaixa Daniel Perez-Zsolt, primer autor del estudio, la clave de los nuevos anticuerpos es que “serían útiles independientemente de la especie del virus que surgiera. Hemos experimentando con VLPs de la especie Zaire del virus Ébola y con VLPs del virus de Marburgo, y en todas las ocasiones vemos un efecto bloqueante”.
Al mismo tiempo, precisa, el estudio ha detectado que “otros receptores que se suponía que tenían un papel importante no tienen una contribución tan clara en la infección de las células mieloides del sistema inmunitario”.
PRÓXIMOS PASOS
Los investigadores avanzan que el próximo paso consistirá en probar los anticuerpos con virus reales en modelos animales y en laboratorios de nivel 4 de bioseguridad, el máximo existente y necesario para trabajar con un virus de la capacidad infecciosa del ébola.
De confirmarse los resultados, auguran que los anticuerpos podrían utilizarse para prevenir o tratar la infección, en terapias combinadas con otros fármacos porque Siglec-1 no es la única ruta de entrada en las células.
ANTIVIRALES DE AMPLIO ESPECTRO
“Un antiviral contra el ébola tiene que ser eficaz contra todas las puertas de entrada del virus, y éstas aún no han sido totalmente identificadas. Hay que cerrar todas las vías de entrada, y nosotros de momento ya lo hemos conseguido con una”, explica Javier Martínez-Picado, cabeza del grupo que ha liderado el trabajo e investigador del Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados en IrsiCaixa.
Además, desvelan, otra virtud de los nuevos anticuerpos es que un estudio previo -publicado en 2016 en la revista Nature Communications y firmado por IrsiCaixa-, identificó a personas portadoras de una mutación que hace que carezcan de Siglec-1 y que, aparentemente, no presenten ninguna afección como consecuencia de ello. Esto, aseguran, ya convertía a la molécula en una candidata segura para desarrollar nuevos antivirales de amplio espectro.
En el estudio de IrsiCaixa, sus investigadores también han colaborado con el grupo dirigido por Leonor Kremer en el Centro Nacional de Biotecnología (Madrid), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).