Por qué Felipe y Letizia no se pueden sentar en el trono, sólo ponerse al lado de él

Desde que España es una monarquía parlamentaria no se ha sentado ningún rey en el trono del Palacio Real, Letizia y Felipe no son excepción. En las estancias donde antaño se podía oír la algarabía de miles de miembros de la corte, hoy se oye el pasar de los turistas y el ir y venir de las 700 personas que trabajan en el edificio para mantenerlo.

Hoy en día, el palacio es más un reclamo turístico que un símbolo de la monarquía presente. El Salón del Trono ya no es el lugar donde el Rey puede alzar su mano por encima de las demás. En la actualidad, esta sala solo se usa para celebrar la Pascua Militar, para pronunciar el discurso del Rey ante cuerpo diplomático y para recibir a los invitados que acuden a una cena de gala.

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Una sala digna del trono de un rey

El Salón del trono fue restaurado en los años 90 del pasado siglo XX, procurando respetar el diseño inicial que el Rey Carlos III mandó instalar y que concibió Felice Gazzola. Así, la sala fue tapizada en terciopelo rojo de Génova (hoy restaurado). Doce consolas de espejo rodean la estancia reflectando la luz artificial e iluminando el espacio. Fueron diseñadas por el artista Giovanni Battista Natalia, responsable de incluir el estilo rococó italiano en el conjunto.

Alrededor de la sala, se sitúan cuatro estatuas flamencas que forman parte de la serie Los Siete Planetas, creadas por Jonghelinck en 1570. Otras esculturas situadas en la estancia fueron esculpidas en Roma por discípulos de Bernini. Como guinda del pastel, dos grandes lámparas de araña iluminan el salón. Realizadas en plata y ornadas con cuentas de cristal de roca, ambas piezas datan de la época de Carlos III.

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