La fabricación aditiva, conocida entre el común de los mortales como impresión 3D, ofrece infinitas posibilidades. Y no decimos «infinitas» a lo loco. Es un sistema que permite, básicamente, imprimir cualquier cosa con muchísimos materiales diferentes, desde el plástico que utilizan las primeras que han empezado a llegar a los hogares, hasta filamento de madera de bambú o incluso metales.
Veamos algunos usos llamativos de esta tecnología.
1Tu bebé nonato en 3D
La empresa japonesa Fasotec ha dado el paso que faltaba. Si la visualización prenatal ha sido un negocio redondo, faltaba imprimir el resultado de las ecografías en 3D. La japonesa Fasotec ya lo hace. Cuesta algo más de 800 euros y ya hay muchas páginas web sobre maternidad que lo consideran una tendencia de futuro. Si te da yuyu, levanta la mano. Ya somos dos.