Llevamos ya unos meses familiarizados con el uso de la mascarilla, desde que se inició el estado de alarma y se agotaron en las farmacias. Por un tiempo eran un elemento recomendado para quien quisiera reforzar la protección, pero a mediados de marzo, se publicó una orden en el BOE donde quedaba constancia de la obligatoriedad de su uso. Por lo tanto ahora mismo, todos debemos tener al menos una en casa y ponérnosla para salir a la calle, ya que incumplir esta ley conlleva una sanción de 100 euros.
CÓMO QUITARSE LA MASCARILLA DE MANERA CORRECTA
Pero, ¿sabemos utilizarlas correctamente? Las autoridades sanitarias nos llevan explicando, desde el comienzo de la pandemia, cual es la forma adecuada de usar las mascarillas para que sean eficaces. Puede parecer una obviedad, al fin y al cabo se trata de colocarla encima de la boca y la nariz y sujetarla con unas gomas. Pero no es tan fácil, ya que hay algunos detalles que pueden hacer que una mascarilla pase de ser un elemento de seguridad, a ser un foco de posible contagio. A continuación hacemos un repaso de los principales errores que cometemos, y que debemos evitar.

MASCARILLA COMO BUFANDA
Uno de los errores más comunes es bajarse la mascarilla y dejarla en el cuello a modo de bufanda o collar, ya sea para comer, fumar, conducir o descansar un rato y respirar sin esa barrera. Es bastante tentador porque resulta cómodo y rápido, y a veces, a lo largo del día, necesitamos apartar la mascarilla de la cara con cierta frecuencia. Pero los expertos ya nos han advertido que de esta forma se puede producir una contaminación cruzada, porque los gérmenes y los virus de otras personas se quedan adheridos en la parte externa, y al bajar la mascarilla esta rozará con nuestro cuello y posiblemente con la parte interior del tejido, que después volveremos a colocar sobre nuestra boca. Además, al retirarla así la estaremos tocando y los microorganismos pasarán a nuestra mano.

MASCARILLA DE SOMBRERO
Ocurre lo mismo que en el caso anterior. Muchas personas en vez de bajar la mascarilla, la suben hacia su cabeza porque piensan que así, al alejarla más de la boca, el riesgo es menor. Pero la realidad es que cualquier parte de nuestro cuerpo ha estado expuesta a posibles virus, sobre todo si hemos estado hablando con gente o en espacios cerrados como tiendas o supermercados. Por otra parte, aunque no nos demos cuenta, tendemos a tocarnos el pelo con frecuencia, al igual que la cara y la frente. Se trata de un gesto inconsciente que hacemos todos y que ahora mismo puede implicar un contagio. La forma correcta de quitarnos la mascarilla es hacerlo por las gomas y colocarla en un sobre, una bolsa hermética o en un estuche como estos, que deberíamos llevar siempre en el bolso o la mochila.
EN EL BRAZO
También estamos viendo que hay gente que se reserva la mascarilla para más tarde y la colocan sujeta con las gomas en el brazo. Es bastante común en quienes van a hacer deporte y planean hacer descansos o caminar algunos trayectos, en los que deberán llevarla puesta. Esta opción es tan mala idea como las anteriores, porque además de arriesgarnos a que se contamine, estaremos dando de si a las gomas de sujeción y después la mascarilla no quedará correctamente ajustada a la cara. Si quedan huecos entre el rostro y los bordes de la mascarilla, esta perderá su efectividad. ¿Qué debemos hacer? Si nuestra actividad física no nos permite llevar la mascarilla puesta, podemos dejarla en casa y escoger zonas poco transitada

GUARDARLA EN EL BOLSILLO
Otro error grave que se comete, es quitarse la mascarilla y meterla en el bolsillo como si de un pañuelo usado se tratase. Para empezar, los bolsillos son para guardar cosas que hemos tocado con las manos, incluyendo el móvil, uno de los objetos de uso cotidiano que más gérmenes acumula. Así que guardar ahí la mascarilla es la peor idea que se nos puede ocurrir. Por otra parte, para ponerla en un bolsillo necesitamos doblarla o aún peor, arrugarla. Esto hace que se deforme el tejido y pierda su forma correcta y, por supuesto, también favorece la contaminación cruzada, ya que todos los microorganismos pasarán la parte interior de la mascarilla que después estará en contacto con la boca y la nariz. De nuevo, la opción es colocarla en un sobre o una bolsa de plástico y guardarla para después.

LLEGAR A CASA Y DEJARLA EN CUALQUIER SITIO
Casi siempre llegamos a casa deseando quitarnos la mascarilla y nada más cerrar la puerta nos la sacamos y la dejamos en cualquier superficie para usarla la próxima vez que salgamos a la calle. Si limpiamos y desinfectamos minuciosamente los muebles de nuestra casa como rutina de prevención, es posible que no se produzca la temida contaminación, pero lo cierto es que lo recomendable es cuidar la mascarilla y guardarla siempre en un sitio seguro para evitar que otra persona la toque, se caiga al suelo, etc. La manera de conservarla, es colocarla en un sobre o una bolsa con cierre hermético.