¡Qué haríamos sin nuestra madre! Las madres y abuelas siempre han estado cuidando y mimando a los más pequeños, aunque eso implicase contar algunas mentiras piadosas por su bien. ¿Cuántas veces te han dicho algunas de ellas para que comas, para que dejes de hacer algo peligroso, para que tomes alguna medicación, etc.? Seguro que más de una recuerdas aún con nostalgia de esos tiempos en los que eras niño…
Esto era especialmente acusado en las abuelas y madres de generaciones pasadas, que además tenía creencias religiosas, o supersticiones en las que creían, e intentaban prevenirte de algunas de las «terribles» consecuencias cuando pasabas bajo una escalera, cuando mecías una butaca, rompías un cristal, le dabas una patada a una lata, y tantas otras cosas. Algo que no hacían con ninguna mala intención, pero que tenían inculcado y podía infundir algún tipo de confusión o preocupaciones en los pequeños.
Esas extrañas mentiras que te contaba tu madre…
Pinocho, un clásico…
Algo que no gusta a ninguna madre son las mentiras. Por eso, intentan hacer lo posible porque los niños no mientan, aunque ello implique mentir. Sin duda paradójico…
Para esto, las madres cuentan con un gran repertorio, pero uno de los clásicos está inspirado en la historia de Pinocho: «Si mientes te crecerá la nariz«.
Además, cuando detrás de la mentira había alguna travesura, solían añadir eso de: «No me mientas, dime la verdad que no me voy a enfadar«. Curioso que tras eso también había otra de esas mentiras piadosas, ya que si confesabas haber hecho algo malo, tras eso vendría un castigo…
Está cerrado…
Los pequeños a veces se encaprichan con ir a algún lugar. No importa lo lejos que esté, lo inoportuna que sea su exigencia, o las horas que sean. Cuando un niño quiere ir a algún lugar, quiere hacerlo y punto…
Para esto tu madre también tenía algunas mentiras piadosas en la recamara para evitar la insistencia. Una de las más corrientes es: «Está cerrado ahora, no podemos ir«.
Una gran escapatoria para evitar tener que ir al cine, al parque, a la tienda de juguetes, etc., aunque no a todos les funciona igual… Seguro que alguna que otra madre también lo ha usado durante el confinamiento por la pandemia.
Si te pones bizco te quedarás así
Los niños hacen mil millones de tonterías durante la infancia. Una de las más típicas es poner caras raras, muecas, gestos raros, crujirse los dedos, etc., pero hay una acción que no gustaba especialmente a tu madre ¿verdad? Sí, cuando te ponías bizco.
Para evitar que pusieras los ojos así, siempre solían acudir al repertorio de esas mentiras piadosas, como: «Sí haces eso te puedes quedar así«.
Pero todos sabemos que se hacía una y mil veces, y jamás nadie se ha quedado así para siempre. De hecho, muchos niños seguían haciendo incluso tras este intento de infundir miedo con esa afirmación…
¡Qué dibujo más bonito!
Algo que le encanta a los niños es dibujar. Es una de las habilidades que primero desarrollan y, durante una época de la infancia, no paran de hacer todo tipo de dibujos.
Los dibujos son importantes para su desarrollo, e incluso pueden usarse por expertos psicólogos para detectar algunos problemas, como abusos, etc.
Pero reconozcámoslo, no éramos precisamente buenos dibujando, aunque algunos dibujos se parecían al arte de Pablo Picasso, pero ahí es cuando se notaba el amor de madre con otra de esas mentiras piadosas para hacerte sentir bien: ¡Qué dibujo más bonito! A pesar de que ni sabían reconocer qué era aquello…
Tragarse el chicle
La ciencia ha hablado sobre lo que ocurre realmente cuando de tragas un chicle. Pero era algo que preocupaba a tu madre.
Por eso te avisaban de la peligrosidad con otra de las mentiras piadosas: «Si te tragas el chicle se te quedará pegado a las tripas«.
Y es que la pasión de los niños por las chucherías no tiene remedio, pero no son un producto de lo más saludable. Por salud, tu madre te frenaba con esas frases o con otras como «Si comes muchas chucherías se te picarán los dientes«. Esto último sí que tiene sentido por la cantidad de azúcar que tienen estos productos.
Las 2 horas de digestión
En la piscina o en la playa, era todo un clásico que recordarás: «No te puedes bañar después de comer, tienes que esperar 2 horas para que no se te corte la digestión«.
Algo que no es así ya que, según los estudios, el corte de digestión o hidrocución se puede dar dentro del agua y también fuera de ella. Según los expertos, la mayoría de casos se producen en personas que han tomado el sol durante mucho tiempo o tras haber hecho ejercicio físico. La diferencia térmica es el principal problema.
Tomar cierta precaución tras comer es bueno, por lo que estas mentiras tienen su punto de verdad. Pero no son siempre dos horas, ya que una comida ligera puede bajar a 1 hora, y una pesada puede hacer que la digestión se extienda más de 2 horas…
Las lentejas o las comes o las dejas
Las verduras y legumbres son algunas de las comidas que menos suele gustarle a los pequeños, aunque hay excepciones. Y las lentejas están entre esos platos en los que tu madre tenía que luchar para que te los comieses.
Algunas solían decir eso de «Hay lentejas, o las comes o las dejas«. Entonces pensabas: ¡Vale, pues las dejo!.
Pero, maldición, era una de esas mentiras del repertorio que no tenían el final que esperabas. Tu madre contraatacaba: «¡Cómetelas!» Y agregaba alguna que otra amenaza más, como que te quedabas sin postre, o que no hay otra cosa, o tal vez que te las iba a estar sirviendo hasta que te las comieses…
Otras mentiras piadosas de madre
Esas no eran las únicas mentiras que tu madre te decía de pequeño. Seguro que cada uno tiene sus historias y anécdotas de este tipo.
También solían confeccionar algunas otras para casos específicos, como por ejemplo para que dejases el chupete, con cosas como que tenía un bicho asqueroso, que se había perdido, y un largo etc.
O tal vez eras de los que se pegaba mucho al televisor y tu madre te decía que te quedarías ciego si la veías desde muy cerca. Quizás eso de que si no te portabas bien te llevaría el hombre del saco, o el coco, etc.
Pero no todo era negativo, también cuando estabas malo, o cuando tenías algún problema, ellas siempre estaban ahí para intentar animarte, o contarte alguna historia que te reconfortara… Además, ahora seguro que entenderás muchas de esas mentiras piadosas de tu madre e incluso aplicarás alguna que otra si eres madre/padre.