Existe mucho interés por conocer cómo es la rutina de trabajo de los emprendedores de más éxito. ¿Qué hacen ellos que no hacemos los demás? ¿Es su rutina de verdad la clave del éxito? Lo cierto es que la forma en qué afrontamos cada jornada de trabajo puede tener una importancia vital en el éxito o el fracaso de nuestro proyecto. Aún así, lo mejor es no hacer lo mismo que el resto.
Puede que a alguien le funcione muy bien levantarse a las cinco de la mañana, salir a correr y luego hacer un poco de meditación antes de desayunar. Pero quizá no sea la mejor opción para ti. Si buscas una rutina que te lleve hacia el éxito, tiene que ser una rutina propia y que encaje dentro de tu estilo de vida.
¿Por qué crear una rutina de trabajo?

En el mundo de los negocios rutina equivale a productividad, y ocurre exactamente lo mismo a nivel personal. Si todos los días sigues exactamente la misma rutina al final te das cuenta de que haces las cosas de forma mucho más eficiente, y el resultado es que te cunde mucho más el tiempo. Aunque al principio te cueste, pasados unos días acabas viendo los resultados.
Si tienes una dinámica de actuación que sigues al pie de la letra vas a evitar caer en la procrastinación. Simplemente te centrarás en hacer lo que tienes que hacer en cada momento, sin caer en la tentación de ponerte a hacer otra cosa y dejar las tareas importantes para otro día. En definitiva, la rutina te ayuda a mantenerte implicado y centrado en tu negocio.
Empieza bien el día

La rutina de trabajo de una persona no tiene que ser necesariamente igual a la de otra, pero es fundamental que tu día arranque bien. De cómo empiece la mañana va a depender en gran medida cómo va a transcurrir el resto del día. Ten esto muy en cuenta y aprovecha al máximo ese tiempo en el que todavía no has empezado a trabajar.
Levántate con tiempo suficiente como para no tener que salir corriendo al trabajo y poder hacer algunas cosas. Tu rutina podría ser comenzar el día saliendo a correr, tomando el desayuno tranquilamente con tu familia, leyendo un poco, plasmando en un papel tus sentimientos… cualquier cosa que te haga sentirte bien y relajado.
Planifica tus jornadas

No hay nada que agobie más y te haga perder más tiempo que llegar al trabajo y no saber por dónde empezar. Para que esto no ocurra, convierte en parte de tu rutina de trabajo la planificación de las jornadas. Es algo que puedes hacer justo al empezar la jornada, pero mejor todavía si cada día antes de terminar de trabajar planificas lo que vas a hacer al día siguiente.
No solo tienes que decidir qué vas a hacer, sino que debes establecer un orden de prioridades. Si quieres mejorar la productividad, es mejor que centres tus primeras horas de trabajo en hacer las tareas que te resultan más tediosas o más difíciles de llevar a cabo. Así, el resto del día será más llevadero.
Olvídate de ser multitarea

Como emprendedor hay cientos de cosas a las que tienes que atender cada día: llamar a clientes, preparar presupuestos, facturar, hacer tu trabajo, diseñar una nueva estrategia… Pero cada cosa tiene su momento. Si lo bueno de la rutina de trabajo es que te da pautas sobre qué hacer en cada momento, está claro que no puedes centrarte en varias cosas a la vez.
Los expertos aconsejan que centres toda tu atención en la tarea que tienes entre manos en un momento concreto y te olvides de todo lo demás. La productividad no se mide en cuantas cosas puedes hacer al mismo tiempo, sino que más bien implica la capacidad para hacer las cosas importantes bien y para ignorar las cosas que no son relevantes.
Recuérdate a ti mismo tus metas

Un emprendedor que ha perdido de vista su objetivo es un emprendedor que está en riesgo de no alcanzar sus metas, porque puede verse sobrepasado por sus responsabilidades y el estrés. En su lugar, asegúrate de que dentro de tu rutina hay tiempo para repasar tus metas y recordar por qué estás haciendo lo que estás haciendo.
Piensa en tus objetivos a corto y a largo plazo y ya verás cómo la motivación perdida vuelve a presentarse ante ti. Cuanto más claro tiendes donde quieres llegar, menos esfuerzo te cuesta hacer sacrificios. Ten siempre presente algo que te recuerde tus metas.
Incluye tu cuidado en la rutina de trabajo

Si te centras solo en tu negocio, por mucha rutina que tengas, esto te va a acabar pasando factura. Lo que nunca debes hacer es olvidarte de ti, ya que tú eres la parte más importante de tu negocio. Igual que has dividido tu tiempo para abordar diferentes tareas, convierte en una obligación el cuidar tu salud a nivel físico y mental.
Esto implica que te comprometas a tener una buena alimentación, que hagas algo de ejercicio a diario, que realices pausas durante tu jornada laboral para descansar y también que desconectes del todo de tu negocio una vez que haya acabado tu jornada laboral.