Más que nunca está de moda y se recomienda por tu salud comer de la forma más natural y sana posible. Esto está en contra no ya de productos industriales, llenos de azúcar y grasas trans, sino de alimentos nutritivos y naturales pero enlatadas y por tanto tratados con conservantes y demás elementos artificiales. ¿Es del todo así? Pues si y no. Nunca conviene ser más papista que el papa, y menos aún en estos tiempos de inflación y precios por las nubes. Hay que reconocer que si quieres hoy en día comer lo más natural y sana posible tu bolsillo va a sufrir, y en muchos casos no te lo puedes permitir. Si tienes que seguir tirando de latas en conserva, entre otras, no te preocupes, porque se puede comer bien así y llevar una alimentación sana, con la ventaja del precio y poder guardarlas durante tiempo. Veamos ejemplos de alimentos tan buenos al natural como enlatado.
LAS SARDINAS Y EL PESCADO AZUL

En general el pescado enlatado, dentro de no ser un alimento natural recién salido de la caña de un pescador o comprado fresco en la pescadería, es un gran alimento aún estando en latas en conserva. Y es que está lleno de proteínas, de vitaminas y minerales que no desaparecen por estar enlatado. Especialmente recomendable es el pescado azul como sardinas o atún.
Por algo son de las latas más consumidas y compradas en el supermercado. Además, son baratas y te ahorras un montón de dinero en comprar pescado fresco, algo que para muchas familias es un privilegio para ocasiones especiales o al menos algo que no se pueden permitir a diario. Y como no, es rápido y de consumo directo, ideal para estos tiempos de prisas.
LAS LEGUMBRES

Si hay algo sano y nutritivo que justifica la compra de latas en conserva, son las legumbres. Es un clásico en las casas solteros o de familias con prisa. Al menos, se dice, come alimentos sanos, aunque no lo haya hecho de manera natural ni haya comprado al peso y puesto en remojo como nuestras madres y abuelas.
Por eso las legumbres en conservas es un mal menor, o más bien un bien sin más. Son versátiles y nos aportan nutrientes. Se puede comer sano y en lata, si, aunque procura siempre cocinar y comprar todo fresco. Si optas por legumbres con verduras y bajas en sal, pues ya será una elección perfecta como opción alternativa. Está claro que un bote de legumbres que contiene aditivos como antioxidantes es mucho más saludable que un bizcocho que nos preparemos en casa con ingredientes naturales. Esa es la clave.
LOS MEJILLONES Y SIMILARES

Es otro clásico de nuestras compras de latas en conserva, ideales para el picoteo, para un entrante, para añadir en ensaladas… Una vez más lo que viene del mar siempre es nutritivo y sano, aunque esté enlatado. Los mejillones destacan por su bajo contenido en grasa saturada: solo 0,4 g de grasa por cada 100 g de vianda. Además, son ricos en proteínas de buena calidad. También tienen altas dosis de ácidos grasos Omega 3: 0,4 g por cada 100 g que ayudan a reducir el colesterol. Los mejillones contienen asimismo una elevada cantidad de vitamina B12, una sustancia imprescindible para nuestro bienestar físico y mental. Por último, son fuentes de minerales, como fósforo, hierro, manganeso, potasio, selenio, yodo y zinc.
En una conserva de mejillones en escabeche, por ejemplo, 100 g de bivalvos suponen 169 kcal de energía, según la Federación Española de Nutrición. Ese líquido añade calorías, obviamente, pero si los ingredientes son naturales y de calidad, menos peligro aún. Por lo que el consumo responsable de mejillones en conserva continúa siendo idóneo en caso de estar a dieta.
LATAS EN COSERVA DE TOMATE Y OTRAS VERDURAS

Y probablemente el «rey» de las latas en conserva en cuanto a ventas es el tomate, sobre todo frito. Pocos, ni en ocasiones especiales, se pone a triturar tomates y hacer todo el proceso para una salsa o para el socorrido tomate frito. Pero como cualquier verdura, aunque sea enlatada, es sana y nutritiva, y una vez más, es mil veces más adecuado tomarte varias latas de espárragos o de espinacas, que un bollo industrial aunque sea bajo en azúcar y calorías.
El tomate es un alimento muy versátil. Se destaca por su riqueza en fibras, Vitamina C (reforzador del sistema inmune) y licopeno, un antioxidante que ayuda a prevenir la enfermedad cardiovascular y reducir el riesgo de cáncer de próstata y de colon. Y eso vale al natural o en conserva, así que no te preocupes.
EL CHAMPIÑÓN

Es frecuente en este caso comprarlo para cocinar, porque se hace en un volteo de sartén, con aceite y perejil, y listo. Pero se compra mucho en latas de conserva, al ser aún más rápido, calentando y sirviendo, incluso en frío si lo incluimos en ensaladas. Es otro complemento perfecto para una dieta equilibrada.
El champiñón, concretamente, contiene fibra, proteínas, vitaminas del grupo B, potasio, hierro, cobre y selenio, es saciante y bajo en calorías. Si lo compramos en lata, debemos fijarnos siempre en la etiqueta y asegurarnos de que no contenga aditivos ni grandes cantidades de sal.
LAS ALCACHOFAS

Es otro clásico que solemos comprar mayoritariamente en latas de conserva y no al natural, al ser de esos alimentos que no puedes comer al natural, sino que has de cocer, pelar, etc. Por eso son perfectas las que están enlatadas, con el corazón jugoso y nutritivo, llenas de fibra y probióticos. Son ideales ahora en verano para pastas y ensaladas. Elige, eso sí, las opciones enlatadas en agua para evitar una carga de sodio.
El alimento enlatado como este y el resto que hemos visto conserva la mayoría de los nutrientes de un alimento. Las proteínas, los carbohidratos y las grasas no se ven afectados por el proceso. La mayoría de los minerales y vitaminas también se retienen. Así que otra opción de diez aunque vaya enlatada.
LAS ACEITUNAS, OTRA GRAN OPCIÓN PARA LATAS EN CONSERVA

Hablábamos el tomate como primera opción en latas en conserva, pero seguramente la segunda sea la aceituna. Ideal para picar, par ensaladas también, para ensaladillas, para guisos… Gusta a todo el mundo y es tan propia de nuestra cultura, que está en cualquier mesa de bar o restaurante cuando te sirven algo.
Además, tienes en el supermercado mil variantes: con hueso, sin hueso, rellenas, negras… Contiene propiedades y beneficios como calcio, hierro o vitamina E.
¿Y LAS FRUTAS ENLATADAS?

Quizá sea lo que menos convenga para comprar en latas de conserva. Y es que la fruta está ahí, para comprar fácilmente al natural y tomar directamente. Sin embargo, y más con los precios actuales, no te obsesiones con comprar parte enlatada. Te seguirán aportando así vitaminas, minerales y antioxidantes.
Las frutas de estación como el melocotón o pera se envasan en el mejor momento de maduración y calidad nutricional a pocas horas de su recolección. La rapidez del tratamiento térmico de la conserva y su técnica de esterilización aseguran el mantenimiento de las vitaminas y minerales originales de la fruta sin el agregado de conservantes. Eso sí, mejor elige la versión baja en calorías donde se utilizan endulzantes no calóricos, como el aspartamo y acesulfame K.
GARBANZOS, OTRO CLÁSICO DE LATAS EN CONSERVA

O en este caso bote. Y es que es un producto difícil y pesado de tratar, más que nada por el tiempo, como pasa con lentejas o alubias. La razón son las horas en remojo que requieren, muchas más en el caso de los garbanzos. Por eso la mayoría opta por comprarlos ya listos en conserva. Son pocos los que lo compran al natural y duros como piedras, que es como son por defecto.
Una gran fuente de hidratos de carbono y proteínas, si bien son incompletas por déficit del aminoácido metionina, que puede compensarse al combinarlo con cereales (arroz, pan, pasta, etc). Poseen un mayor, aunque leve, aporte de grasas (5%), superando al resto de las legumbres (1-2%). Son grasas saludables, del grupo Omega 9 y Omega 6. Por otro lado, destaca el aporte de fibras, ácido fólico, Vitamina B1 o tiamina, calcio, fósforo, hierro, potasio y magnesio.
¿CÓMO TRATAR CORRECTAMENTE LAS LATAS EN CONSERVA?

De todas formas, te mostramos la mejor forma de comer desde latas en conserva, para que tu organismo no lo sufra lo más mínimo, dentro de que te hemos mostrado alimentos diez para una alimentación sana y equilibrad, incluso aunque comieras todo en lata. Sin embargo, no es lo mismo que al natural, así que procura que lo parezca al menos. ¿Como? Con algunos trucos:
Lo primero es escurrir el líquido de las verduras y legumbres, porque es donde se encuentra la principal dosis de sal, y también lavarlas bajo el grifo para reducirla. Escurriendo se reduce el nivel de sodio en un 36% y si se pasa además por agua, en torno a un 40%. Y por supuesto, como hemos apuntado, comprar aquellas bajas en sodio o sin sal añadida. Si se trata de frutas es preferible elegir las conservadas en agua o en su propio jugo en lugar de almíbar.