El pollo es uno de los ingredientes que más juego da en el día a día, y el popular cocinero Karlos Arguiñano es plenamente consciente de ello. No solo hay una gran cantidad de maneras de prepararlo, sino que además es relativamente económico (sobre todo para como están los precios últimamente) y no engorda. Bueno, todo depende de cómo se cocine, pero si es al horno, puede considerarse una comida razonablemente sana. Así es precisamente como se hace en la receta de la que hoy os vamos a hablar.
Existen multitud de maneras de hacer un pollo al horno, pero en esta ocasión nos vamos a decantar por una propuesta bastante tradicional, pero también un poco diferente. Muy en la línea de Arguiñano, vaya. Sigue leyendo para aprender a elaborarlo así tú también.
Ingredientes para un pollo al horno como el de Arguiñano

Cocinar un pollo al horno no es demasiado costoso, y tampoco requiere de ingredientes complicados de encontrar. Dos ventajas importantes a la hora de ponerse manos a la obra con cualquier tipo de receta. Lo más normal es acompañar al pollo con patatas o verduras, pero Arguiñano es un enamorado de la manzana, y su pollo al horno se hace con estas como base. Como es lógico, siempre pueden cambiarse por patatas u otra cosa, eso ya va en las preferencias de cada cual.
Los ingredientes que se necesitan, más allá del pollo, son los siguientes: manzana, aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta, ajo, cebolla o cebolleta (si es esta última, mejor que mejor), limón y las especias que encontremos. A poder ser, perejil, tomillo y romero.
El truco de Arguiñano para un pollo insuperable

Antes de entrar en la receta como tal (que como veréis no tiene demasiadas complicaciones, incluso para los menos iniciados en los fogones), conviene destacar un par de trucos que pueden mejorar el resultado. El primero, mezclar manzanas y patatas en la base del plato. Si solo se dispone de una de las dos cosas, tampoco pasa nada.
En segundo lugar, se puede potenciar el sabor del ave con un poco de vino blanco o con un típico caldo de esos que ya venden preparados. Los mismos que pueden encontrarse por alrededor de un euro en cualquier supermercado.
Cómo cocinar un pollo al horno igual que Arguiñano

Lo más recomendable es poner a calentar el horno, y mientras el electrodoméstico entra en funcionamiento, se puede ir preparando el pollo en sí. Simplemente se le echa el limón (exprimido, sin más), la sal, la pimienta y el aceite.
Con este último se mezcla todo bien, para que el aliño, por así decirlo, se expanda todo lo posible, sin dejar ninguna parte del pollo sin cubrir.
Preparar las verduras para el pollo como lo hace Arguiñano

Una vez el pollo ya está listo para irse al horno, se hace lo propio con las verduras, que irán lo primero en la bandeja o recipiente que se utilice para la receta. Simplemente se pela la cebolla (o cebolleta), el ajo y la manzana. Si se usan igualmente patatas, pues lo mismo. Se corta todo en rodajas (con cuidado de quitar bien todo el corazón de la manzana) y se coloca en el fondo de la bandeja.
Encima va el pollo, lógicamente. Como la carne tarda por lo general un poquito más en hacerse, no pasa nada si esta cubre lo de abajo en gran medida.
El pollo, listo para irse al horno

Como a estas alturas el horno ya estará caliente, se introduce la bandeja en él. Si se prefiere se puede añadir antes el vino o el caldo. Si no se dispone de ninguna de las dos cosas, se puede echar un poquito de agua, aunque es preferible algo que le aporte más sabor.
También existen quienes deciden esperar a que el pollo lleve ya unos minutos en el horno antes de sumarle el líquido. Es menos cómodo, pero para gustos…
¿Cuánto tiene el pollo en el horno Arguiñano?

La verdad es que el tiempo que el pollo tiene que estar en el horno depende un poco de cada electrodoméstico. No hay mejor forma de saber cuándo algo está preparado que con el propio olfato y la vista de uno mismo. Pero lo normal es que en cuarenta o cincuenta minutos la carne ya tenga un aspecto dorado y apetitoso. Por no hablar de su aroma…
Cuando uno piense que ya está listo, se gratina dos o tres minutos… y a servir. Más sencillo, imposible. Y el resultado merece mucho la pena.