Lo que Banco Sabadell (no) aprendió de la quiebra del Popular

El final del Banco Popular sirvió, entre otras muchas cosas, para dar ejemplo a muchas entidades. Entre ellas está Banco Sabadell. La firma presidida por Josep Oliu es la entidad con menor rentabilidad en promedio, medida a través del ROE, en los últimos cinco años. También con la menor rentabilidad una vez ajustado el resultado contable frente a los activos ponderados por riesgo –el denominado RoRWA–. Más importante aún, Sabadell es la firma que más ingresos consume sus provisiones y deterioros, y a su vez es la entidad con mayor probabilidad de caer en impago –casi doblando al segundo–, según lo mide Bloomberg.

Banco Sabadell pese a no estar todavía señalada por los mercados, dónde aguanta el tipo, sí es la entidad que a día de hoy más incógnitas ofrece. En un primer plano, el principal problema de la firma presidida por Oliu es su baja rentabilidad, la más baja del sector en los últimos años. Se mida cómo se mida.

La rentabilidad bancaria tiene muchas formas de medirse, pero en general se suelen utilizar dos ratios principales. El primero y más importante, es el denominado ROE –que mide el resultado frente a los fondos propios–  en el cual Sabadell no solo ha tenido el valor más bajo en 2016 y 2017, sino que su valor promedio en los últimos cinco años es el más bajo del sector.

Evolución ROE bancario
Evolución ROE Banco Sabadell, frente al resto de la banca española últimos años.

La segunda manera de medir la rentabilidad es a través de la ratio denominada RoRWA, ésta pone en relación el resultado frente a los activos ponderados por riesgo. Banco Sabadell obtuvo en 2017 el RoRWA más bajo del sector con un 1,03%: un 2% inferior a Caixabank, un 12% inferior al de Bankia, un 23% inferior al de BBVA y hasta un 45% inferior al del Banco Santander.

La baja rentabilidad que demuestra el ROE o RoRWA del Banco Sabadell es el síntoma, no la causa. El verdadero problema para entidad presidida por Oliu es el riesgo, o mejor dicho como está gestionando Banco Sabadell sus activos de riesgo. Las nuevas propuestas tanto del Banco de España como la introducción de Basilea III ha endurecido los apuntes contables de los mismos, otorgándoles un mayor peso en los balances y dándolos más visibilidad. Las nuevas medidas que exigen nuevas reformulaciones de los activos de riesgo, hacen mella en los resultados bancarios en especial a través de provisiones y deterioro de valor. De hecho, es la partida más sensible en la cuenta de resultados de la compañía presidida por Oliu.

El algodón no engaña cuando se le pasa a través de la cuenta de pérdidas y ganancias de una entidad bancaria. Normalmente, ésta tiene tres puntos clave: la parte alta, el denominado margen de intereses que mide la evolución del negocio bancario puro –esto es, comprar y vender dinero e ingresar el diferencial–. El segundo punto es el margen neto, que mide la suma de todos los ingresos bancarios, además de los intereses están las comisiones, menos los costes en los que incurre el banco. Por último, la partida de deterioros y provisiones que se descuenta del margen neto para alcanzar el beneficio antes de impuestos (BAI).

La partida de deterioros y provisiones en Banco Sabadell alcanzó los 2.196 millones de euros, una cifra un 53,9% superior a la que registro en 2016

El primer punto se podría decir que es flojo, con una evolución entre 2016 y 2017 del 1%, aunque dada la situación de bajos tipos es más que aceptable. En cuento al segundo, se ha convertido en el elemento que salva la cuenta gracias al crecimiento de las comisiones y a la caída de los costes. A través de reducciones de plantilla y cierres de oficinas especialmente. El verdadero problema comienza en el punto tres, puesto que es el que más lastra el resultado de Banco Sabadell. Se trata de la misma partida que machacaba al Banco Popular.

En 2017, según las cuentas de la propia entidad, la partida de deterioros y provisiones en Sabadell alcanzó los 2.196 millones de euros, una cifra un 53,9% superior a la que registro en 2016. El volumen de la partida es demasiado alto, puesto que representa un 57% del total de lo que ingresa el banco por intereses, y un 38% del total de ingresos –margen bruto–. Esas cifras significan que el coste de los deterioros y provisiones en Banco Sabadell es prácticamente el doble que en el sector.

En el caso de BBVA, esas cifras se mueven en torno al 20%, en cuanto a margen bruto y cerca del 30% respecto a intereses. En números similares se mueve Banco Santander, con un 23% y 33% respectivamente. El resto del sector se mueve también en estos guarismos.

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Unas provisiones altas significan, especialmente, una tasa de morosidad alta. El problema viene cuando además de tener problemas con tus activos de riesgo –exigen mayores pagos por deterioros– se incrementa notablemente las provisiones. Sabadell ha reducido la tasa de morosidad en 2017 desde el 6,14 hasta el 5,14, pero si se elimina de la ecuación TSB la mora supera todavía el 7%. Para poder valorar si la cifra es alta o baja –la segunda más alta del sector, solo superada por Bankia– dicen los manuales financieros sobre banca que una tasa superior al 5% exige por norma general una ampliación de capital.

Por último, una de las soluciones a todo lo anterior ofrecida por el banco es reforzar su filial inmobiliaria. Banco Sabadell ha introducido en ella casi un 30% del volumen de activos problemáticos de los que presume haberse desprendido. El problema es que el inmobiliario todavía es un sector con una tasa de mora muy alta (25% según último informe en actividades de la construcción e inmobiliarias). Además, no solo debe todavía responder por esos activos, sino que además debe asumir el riesgo de los activos que tiene en la Sareb. Por cierto, una entidad que apostó muy fuerte por este sector fue el Popular, con Aliseda, y no acabó nada bien.

Banco Sabadell la entidad con más probabilidad de impago

La gestión de los activos problemáticos es uno de los temas recurrentes en la banca en los últimos años. La premisa inicial durante muchos años para gestionar bien el riesgo fue obligar a las entidades a mantener importantes cantidades de capital de máxima seguridad, para hacer frente a improvistos. Pese a ello, muchas entidades han tenido que ser rescatadas por lo que se debía cambiar este concepto. La opción que se tomó es que se han reevaluado muchos activos que se creían seguros para ajustarlos a la realidad.

Ibex 35
Oficina del Banco Sabadell. Foto: Bloomberg

En el caso de Banco Sabadell en 2016 tenía realmente problemas en sus activos ponderados por riesgo. Estos representabas más de 86.000 millones y provocaron que fuera la entidad española con la tasa de solvencia –capital dividido entre los activos ponderados por riesgo– más baja del sector con un 15%. En 2017, tras desprenderse de más de 11.000 millones de esos activos, ha estabilizado su coeficiente de solvencia en el 17,2%, aunque sigue por debajo de la media –el segundo más bajo– es un valor que se acerca más a la media.

La baja rentabilidad propiciada por el incremento del peso de las provisiones y de los deterioros lleva irremediablemente a aumentar el riesgo de impago. De hecho, Banco Sabadell es la entidad que Bloomberg da más posibilidades de llevar a cabo un impago –medido como imposibilidad de devolver un bono u otro instrumento de deuda–. El dato no merecería mayor atención, sino fuera porque su porcentaje supera en un 77% superior a Bankia, el doble prácticamente que BBVA, el 114% que Banco Santander y hasta un 243% más alto que Caixabank.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2