viernes, 5 septiembre 2025

Dr. Javier Puertas (59), experto en medicina interna: «La tensión alta no avisa, pero tu cuerpo te manda estas 3 señales silenciosas que casi todo el mundo ignora»

Normalizar estos síntomas y achacarlos únicamente al estrés o al cansancio es un error que puede enmascarar un problema de salud cardiovascular. Medirse la tensión arterial en una farmacia o con un dispositivo doméstico es un gesto rápido y sencillo que puede ofrecer un diagnóstico temprano y prevenir complicaciones graves.

La tensión alta es un fantasma que recorre nuestras vidas sin hacer ruido, un enemigo invisible que a menudo subestimamos hasta que es demasiado tarde. Imagina que tu cuerpo, esa máquina casi perfecta, te susurra avisos que tú confundes con el simple ruido del día a día; y es precisamente esa normalización del malestar el primer error que cometemos, un gesto que nos pone en riesgo sin que nos demos cuenta. ¿Y si esas pequeñas molestias no fueran tan inocentes?

Creemos que la conocemos, pero la realidad es que la hipertensión es una experta en el disfraz, una maestra del camuflaje que se oculta tras el estrés laboral o una mala noche. Millones de personas conviven con ella sin saberlo, y la clave está en aprender a descifrar esas señales corporales antes de que se conviertan en un problema grave, porque escuchar a tiempo puede cambiarlo absolutamente todo. Sigue leyendo y descubre lo que tu cuerpo intenta decirte.

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¿POR QUÉ NADIE HABLA DE ESTO?

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Puede que lleves semanas sintiendo algo extraño, una sensación difusa que achacas al cansancio acumulado o a las preocupaciones que no te dejan dormir. Lo cierto es que hemos aprendido a vivir con un cierto nivel de malestar, y aceptamos como normales síntomas que en realidad son la primera línea de defensa de nuestro organismo, un aviso que ignoramos sistemáticamente mientras nos tomamos otro café para seguir adelante con la jornada. Esta peligrosa costumbre silencia las alarmas.

El ritmo frenético nos empuja a buscar explicaciones rápidas para todo lo que nos pasa, convirtiendo el estrés en el cajón de sastre de todos nuestros males. ¿Un ligero mareo? Será el agobio del trabajo. Así, culpamos a nuestro estilo de vida y descartamos problemas de salud cardiovascular que podrían estar gestándose, sin pensar que esa molestia, por mínima que parezca, podría ser un indicador crucial de tu tensión arterial y un aviso para actuar.

LA SEÑAL QUE SE ESCONDE EN TU NUCA

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Un dolor de cabeza no siempre es solo eso, sobre todo cuando se localiza en una zona muy concreta que delata un problema de tensión. Fuente: Freepik

Cuando el dolor aparece en la parte posterior de la cabeza, justo en la nuca, y tiene un carácter pulsátil, como si el corazón latiera dentro de tu cráneo, no deberías pasarlo por alto. No es la típica migraña ni la cefalea por fatiga visual, y es un tipo de dolor de cabeza muy característico de una subida de la presión arterial, una señal directa de que algo no funciona como debería en tu sistema circulatorio.

La mayoría de la gente lo atribuye de inmediato a una mala postura frente al ordenador, a la almohada equivocada o a la tensión muscular acumulada en los hombros. Sin embargo, esta justificación tan común puede estar enmascarando un episodio de hipertensión que necesita atención, convirtiendo una excusa aparentemente lógica en un obstáculo para un diagnóstico temprano que es fundamental para cuidar el corazón a largo plazo y controlar tu tensión.

EL MUNDO TE DA VUELTAS, ¿Y SI NO ES VÉRTIGO?

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No hablamos de un vértigo incapacitante, sino de esos micro-mareos que duran apenas un segundo, esa extraña sensación de flotar al incorporarte de la silla o de la cama. Es algo tan breve que apenas le das importancia, y esa inestabilidad leve y pasajera puede ser un síntoma de que tu flujo sanguíneo no se está regulando correctamente, una de las consecuencias directas de unas cifras de tensión más altas de lo recomendable.

Lo peligroso es que es muy fácil encontrarle una explicación tranquilizadora y seguir con tu vida como si nada. ¿Quién no se ha sentido un poco aturdido alguna vez por no haber comido lo suficiente o por puro agotamiento? El problema es que esta autocomplacencia nos lleva a ignorar una de las manifestaciones más claras del asesino silencioso, un aviso que, de ser atendido, podría prevenir complicaciones mucho más serias en el futuro.

LA ALARMA ROJA QUE APARECE EN TU NARIZ

Un pequeño sangrado nasal que aparece sin motivo aparente es una de esas banderas rojas que nunca deberías ignorar en relación con la tensión. Fuente: Freepik
Un pequeño sangrado nasal que aparece sin motivo aparente es una de esas banderas rojas que nunca deberías ignorar en relación con la tensión. Fuente: Freepik

Olvídate de las hemorragias aparatosas; nos referimos a esos pequeños sangrados nasales, a veces solo unas gotas, que surgen de la nada y sin que te hayas dado ningún golpe. Puede que te suenes la nariz y veas un rastro de sangre que no esperabas, y la fragilidad de los pequeños capilares nasales los convierte en un indicador sensible a los picos de presión arterial, haciendo que se rompan con una facilidad que no es en absoluto normal.

La reacción más habitual es pensar que se debe a la sequedad del ambiente, a una alergia o a un resfriado incipiente, excusas que nos mantienen en una falsa tranquilidad. Pero cuando estos episodios se repiten sin una causa clara, la frecuencia de estos pequeños sangrados es una pista mucho más valiosa que su intensidad para vigilar la presión, un patrón que debería llevarte directamente a un tensiómetro para despejar cualquier duda y controlar tu tensión.

TU SALUD ESTÁ LITERALMENTE A UN GESTO DE DISTANCIA

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La buena noticia es que salir de dudas es increíblemente sencillo, rápido y accesible para cualquiera. No necesitas pedir cita ni esperar semanas para una prueba compleja; basta con acercarse a una farmacia o usar un tensiómetro doméstico para obtener una lectura fiable en menos de un minuto, un gesto simple que te proporciona la información más valiosa que puedes tener sobre tu salud cardiovascular actual y el estado de tu tensión.

En un mundo donde medimos los pasos que damos, las calorías que comemos y las horas que dormimos, parece mentira que olvidemos el indicador más vital de todos. No esperes a que las señales silenciosas se conviertan en un grito desesperado de tu cuerpo, porque la prevención activa es la herramienta más poderosa que poseemos para garantizar nuestro bienestar a largo plazo, y todo empieza con la decisión de conocer tus cifras de presión arterial.



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