sábado, 14 diciembre 2024

Jordi Évole marca el camino frente a la ‘ruido’ de la prensa madrileña

No se ha repuesto el establishment mediático madrileño del tortazo del 23J, triunfo de la España plurinacional frente al ‘ayusismo’ centralista y el ‘terraplanismo’ de Vox. Y de ese dolor nace la ruidera que cocinan contra la amnistía, que regalará al centro-izquierda una nueva fotografía extremista nivel Plaza de Colón pocas horas antes de que Alberto Núñez Feijoo vaya a la investidura menos costumbrista gracias al regalo de Felipe VI, que ha vuelto a desaprovechar la oportunidad de imitar lo mejor del emérito: su capacidad pretérita para granjearse simpatías entre las capas poblacionales antimonárquicas.

En este contexto gritón se estrena en el Festival de San Sebastián el documental ‘No me llame Ternera’, que supone la primera entrevista televisiva al que ejerció como uno de los capos de la banda terrorista ETA, Josu Ternera. Jordi Évole y Màrius Sánchez firman este proyecto de Netflix que supone una nueva incursión del creador de ‘Salvados’ en el género del documental tras las gratas experiencias del mediático ‘Eso que tú me das’, testamento vital de Pau Donés, o el clandestino ‘Astral’, con el que homenajeó a los que ayudan a los refugiados en alta mar.

NO ES LA PRIMERA VEZ

Pedro J. Ramírez entrevistó cada vez que pudo a miembros de ETA y ahora Évole ha hecho lo propio con el ánimo de abordar un asunto que algunos intentan analizar desde la superficialidad estigmatizadora de todo lo que huela al entorno abertzale.

‘No me llame Ternera’ viaja al Zinemaldia donostiarra en el que hace dos décadas, mismos ruidosos con idéntica miopía, lincharon a Julio Medem por abrir cauces de diálogo con el acertadísimo y olvidadísimo ‘La pelota vasca, la piel contra la piedra’.

En 2003 Medem sufrió una salvaje campaña mediática de la que intentará librarse Évole, que combina sus programas en La Sexta con otras aventuras como presentador, ‘Amén, Francisco responde’ (Disney+) o productor, ‘La liga de los hombres extraordinarios’ (Movistar Plus+).

En 2003 Medem sufrió una salvaje campaña mediática de la que intentará librarse Évole

El presentador ha visto con estupor como medio centenar de personas afines al PP o a lo que fue UPyD le piden al Zinemaldia que no programen el documental porque hacerlo «es blanquear el terrorismo y banalizar crímenes gravísimos por los que Josu Ternera, aún prófugo de la justicia, afronta una petición fiscal de 2.354 años de cárcel».

EL DOCUMENTAL

El documental, que los abajo firmantes no han visto, forma parte según ellos «del proceso de blanqueado de ETA y de la trágica historia terrorista en nuestro país, convertida en un relato justificativo y banalizador que pone al mismo nivel a asesinos y cómplices, víctimas y resistentes». Évole explica que ha trabajado desde la «responsabilidad periodística» y con un «absoluto respeto hacia las víctimas».

Lo cierto es que la mayoría de la sociedad vasca y navarra recuerda que muchos de los firmantes fueron los que pusieron palos en las ruedas para que no hubiese siquiera conversaciones entre el Gobierno central y ETA, sobre todo si el Ejecutivo no estaba en manos del Partido Popular, que utilizó la negociación de José Luis Rodríguez Zapatero para intentar desgastarle antes de asumir sus tesis una vez Mariano Rajoy alcanzó La Moncloa.

‘NO ME LLAME TERNERA’

‘No me llame Ternera’ aborda algunos de los momentos decisivos de ETA hasta su disolución en 2018. Además, la tensa y exhaustiva conversación con Urrutikoetxea, figura clave en la estructura de la organización, permite a una víctima de ETA resolver incógnitas del atentado que sufrió hace casi 50 años.

No me llame Ternera’ aborda algunos de los momentos decisivos de ETA hasta su disolución en 2018

«Hemos hecho esta película porque tenemos una responsabilidad con la historia de nuestro país, que en parte está muy marcada por el terrorismo de ETA, y nos parecía una ocasión única entrevistar a alguien que perteneció a esa organización terrorista. También es fundamental que la película sirva en el plano pedagógico para toda esa generación que ha decidido olvidar o no mirar hacia ese lugar de nuestra historia que es muy reciente. Es un ejercicio de memoria histórica», han asegurado Évole y Sánchez sobre una película que tras su estreno en el Festival formará parte de la oferta de Netflix.

Un total de 20 largometrajes conformarán Made in Spain, la sección no competitiva del Festival de San Sebastián que recoge una muestra de las películas españolas del año. En la 71ª edición, que tendrá lugar del 22 al 30 de septiembre, seis de esos títulos serán proyectados en estreno mundial, mientras que el resto fueron programados anteriormente en otras citas internacionales o estrenados comercialmente.


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