Tata tiene pie y medio fuera de España. Javier Lambán, presidente de Aragón, lucha contra todo y contra todos para hacerse con la planta de baterías del gigante indio. El principal problema al que se enfrenta es Reino Unido y el agasajo de subvenciones públicas para contrarrestar las duras condiciones del Brexit, que exige que el 45% de las piezas de los vehículos se realicen en el país para evitar un recargo del 10% en la aduana de la UE.
Para tratar de convencer a los indios de Tata Motors, Reino Unido ha lanzado el mayor paquete de subvenciones de la historia a una empresa industrial extranjera. En concreto, serán ayudas para suplir los gastos de energía, que aminorará los costes de fabricación de forma significativa. Según FT y Bloomberg, la instalación de Tata Motors en Reino Unido gana «muchos enteros», una decisión que se tomará la próxima semana.
Desde el Gobierno británico consideran cruciales estas ayudas a la energía para hacer realidad el proyecto de Tata Motors en sus propias tierras
Lambán ha escenificado su derrota al asegurar que no todas las opciones para «instalar una fábrica de baterías acaban en Tata». Sin embargo, el fabricante indio aún no ha dado su veredicto. Las opciones reales pasan por un PERTE II en mejores condiciones que el fiasco del primero.
ARAGÓN ESPERA AÚN EL SÍ DE TATA MOTORS
No obstante, tanto el presidente de Aragón como el Ministerio de Industria, Héctor Gómez, sustituto de la alcaldable del PSOE por Madrid, Reyes Maroto, creen que aún tienen opciones de hacerse con este proyecto, más cuando Seat plantará su fábrica de baterías en Sagunto (Valencia), y que podrían abastecer a todos los fabricantes en España. Sin embargo, el plan de la automovilística española pasa primero por cubrir sus necesidades, dejando en el largo plazo la fabricación para terceras marcas fuera del perímetro del Grupo Volkswagen.
El Gobierno asegura que sigue manteniendo conversaciones con Tata Motors para hacer realidad esta inversión, que supondría situar a España como uno de los principales proveedores de baterías de la UE una vez se materialice.
Sin embargo, Reino Unido, liderado por Rishi Sunak, había recibido una oferta de la propia Tata Motors por unos 570 millones de euros, unos 500 millones de libras, para abastecer las baterías a los vehículos de Jaguar Land Rover, las dos legendarias marcas que podrían acabar en el perímetro de Stellantis. Este grupo automovilístico que engloba, entre otras, a Opel, Peugeot y DS, ha pedido también al Gobierno de Reino Unido una flexibilización de las condiciones del acuerdo del Brexit ante los cuellos de botella y el recargo del 10% a las exportaciones a la UE.
TATA MOTORS Y LAS AYUDAS PÚBLICAS SUFRAGADAS POR LOS INGLESES
Desde el Gobierno británico consideran cruciales estas ayudas a la energía para hacer realidad el proyecto en sus propias tierras. De hecho, se ubicaría en Somerset, al Sur de Inglaterra; mientras se espera que Tata Steel instale la su propia fábrica en Port Talbot, al norte de Somerset y cruzando el canal de Bristol.
La petición de Tata Motors a Sunak se realizó al mismo tiempo que el Gobierno de España había estrechado lazos con el grupo indio para instalar la planta en Aragón, posiblemente en Zaragoza. Ante esta contienda, Reino Unido ha vuelto a contraatacar y ofrecer una mejora a la solicitud de Tata Motors.
«La situación se ha recuperado. Todavía puede quedarse en el Reino Unido», según ha asegurado un ministro a FT. El acuerdo es crucial para Reino Unido debido a las dificultades de la industria automotriz en el país para poder vender sus vehículos a precios competitivos en la UE, más cuando la carrera por el vehículo eléctrico está en pleno apogeo.
No son pocas las empresas que se juegan poder abrirse ahora a la UE. Renault y Nissan también fabrican en Reino Unido, como Jaguar Land Rover o la propia Stellantis. La situación es crítica para el país si no se consigue esta planta ya que podrían cambiar los planes de producción e implementar una reestructuración.
Cabe destacar que la crisis energética en Reino Unido es devastadora, con facturas que alcanzan los 1.150 euros mensuales. El anterior Gobierno realizó un plan de emisión de deuda para sufragar estos elevados costes para hogares y empresas. Sin embargo, los precios siguen siendo más altos respecto a la UE, perdiendo así competitividad al tener que incrementar precios o reducir márgenes.
ESPAÑA TIENE LA BAZA DE LOS FONDOS EUROPEOS PARA CONVENCER A TATA MOTORS
Asimismo, el Ejecutivo estudia un modelo para las 300 empresas electrointensivas de Reino Unido, como las fábricas de acero y las baterías, un nuevo régimen que entraría en vigor entre marzo y mayo del próximo año. Tata Steel será uno de los principales pilares en esta transformación, si bien parte de estas subvenciones se incluirán en las facturas de los usuarios, como si de un canon se tratara. Tata Motors, por su parte, espera conocer la cuantía de la ayuda para construir su gigafactoría de baterías.
Para contentar aún más a Tata Motors, Reino Unido ha ofrecido 1.150 millones de euros, unos 1.000 millones de libras, para construir la planta, con una subvención adicional para mejorar las conexiones con la autopista M5 y poder llevarlas a puerto lo más rápido posible. Tata Steel y British Steel, por su parte, percibirán individualmente unos 350 millones de euros para sus respectivas plantas de Port Talbot y Scunthorpe.
España, por su parte, ha ofrecido un paquete similar a Tata Motors para instalarse en tierras aragonesas. Si bien, el punto crítico se centra en el coste energético a largo plazo y no el coste de producción. El Gobierno ha jugado de nuevo con la baza de los fondos europeos y del PERTE de la industria, como hizo con Seat. Sin embargo, el primer plan ideado por Reyes Maroto fue un fiasco y el segundo aún no se ha concretado.
