Con la llegada del frío cambian muchos de nuestros hábitos, incluso en países templados como España. Los días son más cortos, fríos y húmedos, algo que dificulta tareas cotidianas como el secado de la ropa, especialmente si no se dispone de secadora. Es hace que tengamos la tentación de aprovechar el calor de los radiadores para colocar encima algunas prendas y que se sequen más deprisa. Además, con los precios de la electricidad disparados, quienes tienen secadora, prefieren prescindir de ella, ya que además es uno de los electrodomésticos que más luz consume.
5LA ROPA SE DAÑA SOBRE EL RADIADOR

Otro punto negativo de poner la ropa húmeda en contacto directo con el radiador caliente, es que las propias prendas pueden dañarse. Algunos materials pueden llegar a agrietarse o perder eficacia, por ejemplo los impermeables. También hay tejidos que pueden encoger cuando están sobre una fuente de calor, algo que puede arruinar por completo nuestra prenda preferida. Las prendas de lana no deben exponerse nunca a la luz solar directa y mucho menos al calor que emite el radiador. Además, las prendas pueden quedar dañadas en la parte que queda doblada al colocarla en la superficie del radiador. Como ese trozo se seca antes, puede quedar una marca de diferente color.