Por mucho que algunas personas se nieguen a creerlo, la magia de la televisión es precisamente eso, magia. O lo que viene a ser lo mismo, trucos para entretener y hacer soñar al público sin que cada acción tenga necesariamente demasiado de realidad. Pasapalabra no es diferente. Es una evidencia que se ha puesto muy de manifiesto hoy en día, con los llamados “realities” invadiendo algunas cadenas. ¿Cuánto de verdad hay en la tele y qué parte está mucho más orquestada de lo que los espectadores piensan? En algunos casos, las “trampas” de las cadenas son muy evidentes. En otros, en cambio, pueden surgir más dudas.
Es lo que sucede con uno de los espacios más vistos en la pequeña pantalla durante cada tarde: Pasapalabra. Como casi todo, tiene sus secretos, algunos mejor guardados que otros.
6Los fantasmas de Pasapalabra
Aunque el momento de grabación de Pasapalabra no deje de ser una anécdota, no es la primera vez que la autenticidad del concurso se pone en tela de juicio. De hecho, algunos han criticado que, dependiendo de la popularidad de los participantes, la dificultad de las preguntas puede verse alterada. Lo mismo que lo complicado o no del Rosco final. Es decir, que este puede “darse” cuando el programa quiere, en cierto sentido.
Como no podría ser de otra forma, sus responsables siempre han defendido la espontaneidad y la transparencia del programa. Del programa que se graba por las mañanas.
