La inflación se está comiendo, literalmente, los ahorros de las familias y aviva los temores de la recesión. Las consecuencias en España se han notado a lo largo del año, con una ligera subida del 0,6% en agosto debido a la estacionalidad de las vacaciones, pero una caída del 0,1% en el conjunto del año. Las familias no sólo están soportando un incremento de precios superior al 10%, sino también el incremento de los intereses de las hipotecas, deudas y el incremento de las facturas. Todo ello, aliñado con una devaluación del euro frente al dólar hasta alcanzar la paridad.
En el cómputo de la Eurozona, el comercio minorista ha pisado el freno en el mes de agosto. La caída es del 2% respecto al mismo mes del pasado año. Pese a ser un indicador atrasado, la tendencia muestra una caída de la demanda y que aviva aún más una inminente entrada en recesión entre finales de este año y principios de 2023.
EL FRENAZO EN EL CONSUMO AGOTA LA ESTRATEGIA DE SUBIR PRECIOS
En el conjunto de la Unión Europea, la caída ha alcanzado el 1,3%, continuando la tendencia negativa intensificada desde abril de este año. Y es que, el inicio del año, el empuje del comercio minorista fue del 4,5%, con un incremento del 9,2% en febrero. Tras la invasión de Rusia a Ucrania, los precios energéticos continuaron presionando al alza y las ventas se desplomaron un 1,8%. En abril, con la semana santa, esta variable se incrementó un 4,4%.
Las familias registraron una importante pérdida de poder adquisitivo, al dispararse la inflación hasta rondar los dos dígitos en España
Sin embargo, las familias registraron una importante pérdida de poder adquisitivo, al dispararse la inflación hasta rondar los dos dígitos en España, una tendencia que se ha mantenido imparable desde entonces. En mayo, el comercio se hundía un 0,1%, frente a un raquítico 0,1% en la Eurozona.
Con inflaciones por encima del 10%, las ventas en el comercio al por menor se hundieron en España un 0,3% y un 1% en junio y julio, respectivamente. En agosto, España registra un incremento del 0,6%, pero el volumen de ventas tan sólo sube un 0,2%. No obstante, los peores países son los más dependientes del gas ruso en Centro Europa, como Alemania, donde las ventas se han desplomado un 1,3% en agosto, pese a ser un mes propicio para incrementarlas, y volver a registrar una moderación en septiembre. En Países Bajos, el descenso es del 2,2%, mientras en Francia se anota un incremento exiguo del 0,2%.
LAS FAMILIAS DISMINUYEN SU VOLUMEN DE COMPRAS, ESPECIALMENTE EN DINAMARCA Y ALEMANIA
El incremento de ventas, sin embargo, no significa que las familias consuman más, sino que lo hacen a precios más caros. Este componente en el cálculo es clave, más cuando las empresas industriales están vendiendo un menor volumen de producto, pero apoyados por un incremento de precios. De esta forma, se disfraza la bajada de la demanda, pero se explica al mismo tiempo un incremento del gasto. De esta forma, en los países que soportan una mayor inflación, como Eslovenia, las ventas minoristas se han disparado un 31,8%. En Polonia, por su parte, este tipo de comercios aumentan sus ventas un 8%.
El volumen de ventas, por ejemplo, se incrementó en España un 0,2% en agosto, pero cayó un 1,3% en julio. En cambio, países con mayor poder adquisitivo, como Dinamarca, Países Bajos y Finlandia, las caídas son más abruptas, con un 6%, un 5,8% y un 4,7%, respectivamente.
Por sectores, el volumen de ventas en las gasolineras fueron las que más repuntaron, con un incremento del 5,1%. El resto de sectores, por su parte, registró caídas, como las referentes a Internet, en un 6%; Los productos ajenos a la alimentación se hundieron un 3%, mientras comida, alcohol y tabaco descendieron el volumen en un 2% en la Eurozona. La misma situación se registra en la Unión Europea, con alzas en gasolineras, y caídas de volúmenes en comida y otros.
LAS PREVISIONES APUNTAN A UNA RECESIÓN EN ESPAÑA
La situación no mejora tampoco en las previsiones. El Gobierno mantiene intacto su optimismo y defiende el crecimiento previsto para 2023, pese a que todos los organismos lo han rebajado en numerosas ocasiones a lo largo del año. BBVA Research, uno de los departamentos de análisis más prestigiosos del país, ha apuntado la entrada en recesión de España a principios del próximo año, con un mal final de 2022. A su juicio, la economía crecerá tan sólo un 1%, pero con una «recesión técnica» de corta duración.
«Los datos de los últimos meses muestran un debilitamiento de la recuperación, de manera que la actividad podría haberse estancado en el tercer trimestre de 2022», ha sostenido. En este sentido, cree que España soportará esta misma situación de cara a los próximos trimestres, e incluso registrar «caídas moderadas» en el PIB por la incertidumbre, una mayor presión inflacionista y las agresivas subidas de tipos de interés.
LOS TEMIDOS EFECTOS DE SEGUNDA RONDA ESPOLEARÁN A LA INFLACIÓN
Y es que, España ya no puede acogerse a la estacionalidad. La temporada turística ha tocado su fin y por este motivo habría signos claros debilidad en la evolución del empleo. Con todo, las empresas asumirán mayores costes de producción, y en algunos casos también un aumento de los salarios. En este sentido, los sindicatos han apuntado a las patronales para presionar y hacerlo realidad. Las movilizaciones y huelgas se están registrando, como ocurre con el sector del metal de Tarragona. No obstante, estos incrementos salariales repercuten inmediatamente en los precios, iniciándose así los temidos efectos de segunda ronda de la inflación.
En consecuencia, «la inflación será mayor de lo esperado durante los próximos meses y tardará más en normalizarse», apunta el servicio de estudios de la entidad financiera. Asimismo, cree que la acción de los bancos centrales lastrará el consumo privado.