Albóndigas: el truco para que la salsa quede espesa y sabrosa

Las albóndigas son una de esas comidas que le gusta a casi todo el mundo. Aunque es un plato que da algo de trabajo en la cocina, con un poco de paciencia sus resultados son deliciosos. Uno de los puntos fuertes de esta receta es la salsa, que les dará un extra de sabor y textura que dejará a todos tus invitados con la boca abierta en cuanto la prueben. Si quieres saber cómo se hace para que siempre te quede espesa y sabrosa, no te pierdas esta increíble receta. Ingredientes Para esta receta de albóndigas vamos a necesitar 9 ingredientes fundamentales: Carne picada (mitad de cerdo y mitad de ternera)Un poco de jamón entreveradoUn par de dientes de ajoUna pizca de salPerejil picadoUna cebolla grandeUn huevoHarinaMedio vaso de vino blanco El secreto para que las albóndigas queden bien sabrosas Lo primero que debes tener en cuenta para preparar tus albóndigas es la calidad de las materias primas, especialmente de la carne. La mayoría de las carnes picadas que encuentras en el supermercado no son de buena calidad y están hechas con las peores partes del animal. Por eso, lo mejor es que acudas a una carnicería y pidas que te piquen ellos mismos la carne, eligiendo partes del animal de la mejor calidad y que sean muy tiernas. Además, no debes hacer tus albóndigas con un solo tipo de carne, sino que debe ser una mezcla entre carne de vaca y carne de cerdo. Teniendo en cuenta este detalle, ya puedes comenzar a preparar este delicioso plato. Prepara el adobo para tus albóndigas El primer paso para comenzar a hacer tus albóndigas es preparar el adobo. Para ello, pica el perejil todo lo fino que puedas y haz lo mismo con el ajo. Para conseguir una especie de pasta que se mezcle bien con la carne lo mejor es que utilices un almirez y machaques en él el ajo, el perejil y una pizca de sal. Una vez terminado este paso, será el momento de adobar bien la carne picada con la mezcla con ayuda de tus manos. Pica la cebolla Una vez tengas la carne adobada, déjala reposar un rato y aprovecha mientras tanto para picar la cebolla lo más fina que puedas. Una buena idea si no quieres tirarte un buen rato cortando es utilizar un rallador para conseguir unos trozos de cebolla casi imperceptibles que se mezclarán mucho más fácilmente. Cuando la tengas picada, mézclala con la carne adobada y añade un huevo y una y media cucharada sopera de harina. Haz las bolitas de las albóndigas Con todos los ingredientes bien mezclados, llega el momento de hacer las características bolas que albóndigas. Para ello, coge un trozo de la mezcla que ocupe más o menos el tamaño de la palma de tu mano, de forma que no queden ni muy grandes ni muy pequeñas, y comienza a amasarla hasta conseguir una bola más o menos homogénea. Si lo prefieres, puedes utilizar un moldeador de albóndigas para que todas te queden igual. Fríe las albóndigas Cuando hayas preparado todas las bolitas de albóndigas, será el momento de freírlas. Para ello, lo primero que debes hacer será rebozar todas las bolitas primero en harina y luego en huevo. Cuando las tengas, calienta aceite de oliva en una sartén y vete friéndolas por tandas con cuidado de que el aceite no se te queme. A medida que las vayas friendo, vete pasándolas a una pota hasta terminar con todas. Prepara la salsa Cuando hayas pasado todas las albóndigas a la olla, rocía sobre ellas un poco del aceite de freír y déjalas reposar con el fuego al mínimo o incluso apagado. Retira el resto del aceiten que no has usado y hierve un poco de agua (sin pasarte) en la sartén que previamente has usado para freír las albóndigas. Este proceso se llama desglasado y es una de las técnicas fundamentales para preparar salsas, pero ten cuidado de haber retirado bien el aceite de la sartén si no quieres un disgusto en la cocina. Cocina las albóndigas en la olla Para terminar, vierte el agua hervida en la olla donde has dejado las albóndigas pero sin que llegue a cubrirlas y añade medio vaso de vino blanco. Deja cocer despacio, a fuego lento, durante aproximadamente media hora. Para que la salsa quede espesa, lo ideal es hacerlo con la olla destapada y mantener el fuego siempre bajo, de forma que se vaya cocinando lentamente. Si ves que al verter el agua y el vino la salsa no está demasiado líquida, puedes comenzar durante unos 10 minutos con la olla tapada, dejando una rendija descubierta y, pasado ese tiempo, destápala por completo hasta que se terminen de hacer.

Albóndigas: el truco para que la salsa quede espesa y sabrosa

1Ingredientes

1
Ingredientes