Franklin Templeton se ha convertido en uno de los protagonistas más importantes del sector inmobiliario en Barcelona. El fondo estadounidense tiene cerca de 1,5 billones de dólares bajo gestión y desde su entrada en España, hace apenas un año, ha protagonizado sonoras compras. En los últimos días, este gigante inmobiliario se ha hecho con la sede de la Consejería de Justicia de la Generalitat, del Servei de Ocupació y cerca de 83 viviendas destinadas al alquiler en un momento en el que la oferta escasea en Barcelona. Por este motivo, el fondo no ha podido realizar ofertas a la baja, más cuando los precios de vivienda y oficinas están cerca de máximos históricos.
El fondo de inversión se mantiene fiel a una filosofía estricta
No obstante, ya inició sus primeras compras en España, pero escogiendo edificios públicos, como el 297 de la calle Llull, sede de los servicios de empleo de Cataluña. Fue su primera compra en Barcelona. El precio de la operación no se desveló, pero su anterior dueño, M&G Real Estate lo compró cinco años antes por unos 30 millones de euros. La intención del fondo es invertir en atención médica, propiedades cívicas, servicios sociales, educación y vivienda. Por este motivo, escoge edificios ocupados por la Generalitat, un alquiler asegurado y que le retornará parte de la inversión.
Para seguir en esta línea, a través de la filial Franklin Real Asset Advisors, Franklin Templeton se ha hecho con la sede de la Consejería de Justicia, un inmueble de 6.180 metros cuadrados y que fue comprado por KanAm Grund Group a Axa en 2019, junto a otros siete inmuebles de la Generalitat. La operación se ha realizado en un momento convulso para el mercado inmobiliario.
FRANKLIM TEMPLETON BUSCA EDIFICIOS CON FINES SOCIALES
No existe apenas oferta y los precios se han desbocado hasta tal punto que los inversores comienzan a sondear el mercado más allá del Área Metropolitana de Barcelona. De hecho, las previsiones para Madrid son mejores que las estimadas en Barcelona dentro del sector de las oficinas.
Según un informe de CBRE, el crecimiento este año será del 30% respecto al pasado, siendo Madrid quien lleve la voz cantante. Si bien, el ritmo de crecimiento en la contratación es muy inferior al registrado el pasado año. «Los precios están deteriorando el mercado por el lado de la demanda», han asegurado fuentes del sector a este medio. Si bien, consideran que el 22@ continuará siendo el motor de Barcelona, aunque no descartan otras opciones una vez se expanda el Espai Barça.
Otras fuentes aseguran que el mercado de oficinas en Barcelona muestran una buena evolución y que aún hay un gran interés en los inmuebles. Sin embargo, matizan que los inversores buscan edificios ocupados, con contratos a largo plazo y en las zonas más importantes de la Ciudad Condal. De hecho, los inmuebles de la Generalitat son un buen atractivo y un buen seguro ante un desplome del sector ante las fuertes restricciones al crédito que están comenzando a aflorar con las subidas de tipos de interés. De esta forma, los inversores buscan la rentabilidad en los edificios con un inquilino y buen pagador ante la incertidumbre que sobrevendrá tras el fin del verano y la temporada turística.
FRANKLIM TEMPLETON BUSCA RENTABILIDAD A 30 KM DE BARCELONA
El fondo estadounidense, además, no sólo se fija en oficinas. También apuesta por las promociones inmobiliarias con fines sociales. Esta misma semana se ha hecho con 83 viviendas en Santa Perpètua de Mogoda, un municipio alejado de Barcelona y a escasos kilómetros de la quinta ciudad más poblada de Cataluña, Sabadell. Se trata de una promoción destinada al alquiler asequible, la primera inversión de este tipo que realiza la gestora. Es un edificio de vivienda protegida, con piscina y zonas verdes, y cuya finalización se espera para finales de este año. La comercialización de los inmuebles se hará a través de Aq Acentor (Aquila Capital). Las viviendas tienen entre dos y tres dormitorios. En la misma zona se está comercializando otra promoción de 24 viviendas por un valor de 258.000 euros cada una, si bien el número de habitaciones es de tres y cuatro.
En el sector miran con preocupación las condiciones del crédito en este momento. De momento, el mercado está tratando de cerrar el mayor número de operaciones posible antes de la nueva subida de tipos de interés en septiembre, y más cuando las promociones van destinadas a particulares. Un incremento del 0,5%, como ha ocurrido en julio, no sólo deja tocado a las familias, sino también al resto del sector. Sin embargo, la situación se ensombrece también por el lado de la oferta. Sin pisos en venta, el negocio se seca. En Estados Unidos, de hecho, bancos e inmobiliarias, han procedido al cierre de negocios y recurrido a los despidos para aminorar los costes ante la práctica ausencia del negocio.
UNA FILOSOFÍA MUY ESTRICTA
El fondo de inversión se mantiene fiel a una filosofía estricta. La compra de edificios que tengan un impacto positivo en la Ciudad y que faciliten los servicios sociales. De esta forma, podría entrar en nuevas promociones inmobiliarias, aunque el radar tendrá que situarse fuera de Barcelona en cuanto a vivienda se refiere. Y es que, las nuevas restricciones de Ada Colau, alcaldesa de la Ciudad Condal, ha ahuyentado a los constructores y promotores hacia las afueras.
El fondo Franklin Templeton cuenta con aliados importantes en Cataluña. Meridia Capital, presidido por Xavier Faus, expresidente del Cercle d’Economia, selló un acuerdo con el fondo norteamericano para invertir en España en edificios con este perfil. Sus primeras compras fueron un Juzgado de Menores y una residencia de ancianos, con 250 camas, ambos inmuebles están ubicados en Madrid. De esta forma, podría entrar aún en residencias de mayores en Barcelona, así como para jóvenes universitarios. El fondo, por otro lado, también tiene la posibilidad de concurrir a las más de 4.000 viviendas que planea levantar el Área Metropolitana de Barcelona y la Generalitat.
Otra de las posibilidades pasaría por continuar haciéndose con la cartera de Kanam en Barcelona, que tiene aún cinco edificios públicos de la Generalitat y que compró por 280 millones. Entre ellos, están la sede de Acció Climàtica, la Oficina de Atención al Ciudadano, la sede del Institut d’Estadística de Catalunya y el Servei Territorial de Transports. Todo ello sin descuidar otros inmuebles privados.
