Paulo Futre se convirtió en el jugador más deseado de Europa después de ganar la Copa de Europa de el 27 de mayo de 1987 en el Prater de Viena. El portugués brilló en la competición, pero la final pasó a la historia por el gol de tacón del argelino Madjer. Futre acabó en el Atlético de Madrid. Lo fichó Jesús Gil, que utilizó está contratación como señuelo para ser elegido presidente del club colchonero. Gil movió cielo y tierra para fichar al portugués. Curiosamente el patrocinador del cuadro luso la temporada que ganó la Orejona era la empresa cerámica Revigres, la Pamesa portuguesa. Revigrés ha desarrollado, en exclusiva, colores de la colección Cromática de la Sagrada Familia.
LA COPA DE EUROPA
Futre fue uno de los mejores jugadores de Europa la temporada 1986-1987. El luso demostró sus cualidades, calidad técnica, regate, velocidad, gol y carácter. Ganó la Copa de Europa y fue la llave para que Gil ganara las elecciones. Solo él tenía atado al luso, por unos 2,4 millones de la época como traspaso y unos 600.000 euros al año para el jugador. Gil fue por Futre a Milán, donde estaba jugando e Futre estaba disputando el Mundialito de Clubes con el Oporto y consiguió su propósito.
Con el Oporto, Futre fue pasando eliminatorias en la máxima competición europea a nivel de clubes hasta medirse con el Bayern de Munich alemán de Lotthar Matthaus. El Oporto tuvo rivales mucho más asequibles que los germanos en su parte del cuadro. Los lusos eliminaron al Vitkovice, Brondby y Dinamo de Kiev, cuando los rusos eran un equipo temible. De hecho, la temporada anterior, barrieron al Atlético de Madrid la final de la Recopa de 1986. Belanov era la gran estrella del entonces cuadro ruso. Mientras el Bayern dejó en el camino al PSV Eindhoven, al Austria de Viena, al Andrelecht y al Real Madrid de La Quinta del Buitre y Hugo Sánchez, al que dejó en la cuneta en semifinales.
EL MADRID, EN LA CUNETA
Esta eliminatoria hizo que el Bayern fuera considerado el gran favorito para la final… Los alemanes pasaron por encima del Madrid en tierras germanas, donde ganaron por 4-1, en un nuevo partido para olvidar de los merengues en Alemania. El gol de Butragueño era la esperanza a la que se agarró el Real para defender una nueva remontada en el Bernabéu, pero la fiabilidad germana les permitió resistir las embestidas blancas pese a jugar una hora con un jugador menos por expulsión de Augenthaler, que se perdió la final.
Mientras, el cuadro portugués se plantó en la final tras eliminar al Dinamo de Kiev, al que venció en los dos encuentros , quedando a un solo encuentro de ganar la Copa de Europa.
el cuadro portugués se plantó en la final tras eliminar al Dinamo de Kiev
La final se jugó en el Prater de Viena, la cuna de jugadores como Hans Krankl, ex del Barcelona, y Anton Polster, el que fuera delantero del Sevilla.
Futre era el líder de los portugueses que tenían delanteros como Madjer y Fernando Gomes, dirigido por Arthur Jorge, el entrenador famoso por su bigote que luego haría un equipo competitivo al París Saint-Germain, lanzando al estrellato a Valdo y David Ginola.
EL CONTROL ALEMÁN
Nadie daba un euro, entonces un escudo portugués por los dragones, ya que en la final no tenían a su hombre gol, los alemanes tenían un equipazo: el portero Jean Marie-Pfaff, Andreas Brehme, que jugó en el Zaragoza, Matthaus, Rummenigge o Hoeness.
Los alemanes empezaron controlando el partido y adelantándose en el marcador por medio de Kögl- Futre no conseguía romper el entramado defensivo germano y Madjer no aparcía.
e
Con Hoeness aislado en el ataque y el Oporto dominando el medio del campo, Madjer y Futre comenzaron a sembrar el pánico en un Bayern que cada vez acumulaba más hombres detrás de la pelota tratando de proteger su ventaja. La táctica le sirvió hasta bien entrada la segunda parte, pero finalmente, en el 77, un barullo en el área alemana tras centro de Juary lo resolvió Madjer con un genial taconazo que batía a Pfaff e igualaba el partido. Uno de los goles más recordados de la Copa de Europa. Apenas tres minutos después, una espectacular carrera de Madjer –que un minuto antes había tenido sus primeros calambres, que él reconocería que fueron debidos a la tensión tras marcar su gol-, fue culminada con una volea de Juary ante la que nada pudo hacer Pfaff.
Fue la primera Copa de Europa del Oporto. La primera de un joven Futre que luego triunfó en el Atlético, aunque solo ganó dos Copas del Rey. La liga se le escapó, sobre todo la 1991-1992.
HISTORIA DE REVIGRÉS
Revigrés es una productora portuguesa de cerámica fundada en 1977 por Adolfo Roque (1934–2008), quien presidió la empresa hasta 2007. [1] Los productos de la empresa, principalmente baldosas cerámicas para revestimiento de suelos y paredes, son conocidos en todo el mundo. Revigrés patrocinó durante muchos años al FC Porto. La firma cuenta con más de 350 trabajadores y la facturación de 2009 fue de casi 60M€.
Comenzando el proyecto en 1993, el arquitecto portugués Álvaro Siza Vieira diseñó y construyó una sala de exposición y ventas en el sitio de la fábrica Revigrés cerca de Águeda. [2] El Edificio Comercial Revigrés (que incluye sala de exposiciones, auditorio y oficinas) fue inaugurado en 1997 para conmemorar el 20 aniversario de Revigrés.
Revigrés ha desarrollado, en exclusiva, colores de la colección Cromática de la Sagrada Familia
Presente en más de 50 países, Revigrés mantiene una relación de estrecha asociación y colaboración con los profesionales del mercado portugués e internacional, y, a menudo, resulta seleccionada para participar en obras de gran impacto para la realización de proyectos especiales, personalizados y exclusivos. Destaca «la obra de la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, para la cual Revigrés ha desarrollado, en exclusiva, colores de la colección Cromática, una de las colecciones de gres porcelánico más completas del mundo».