El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, cree que ha llegado la hora de «romper» el actual marco de fijación de precios de la electricidad, basado en un sistema marginal en el que la energía más cara, actualmente el gas, marca el precio para el resto de tecnologías.
Así lo ha señalado Imaz durante su intervención en Houston (EE.UU.) en el foro CERAWeek, evento de referencia sobre el futuro de la energía organizado por S&P Global.
Imaz ha abogado por cambiar el actual sistema de precios, a la vista de que el 75% de la energía producida hoy en España «tiene un coste marginal cero».
Ante la vulnerabilidad que supone que algunos países europeos, caso de Alemania, sean dependientes de la importación del gas ruso, el CEO de Repsol ha señalado que España puede ser transmisora de gas, pero ha reconocido que «nos falta la infraestructura» entre la península ibérica y el continente.
Tras señalar la conveniencia de «replantearse» la necesidad de un mercado común europeo de gas como energía, ha abogado por hablar de eficiencia energética y de reducción del consumo. «Tenemos que hablar de asequibilidad. No podemos mantener este nivel de precios», ha subrayado.
En opinión de Imaz, es preciso impulsar la transición energética, pero hay que equilibrarla con el precio y la competitividad. «Necesitamos una transición, no una disrupción», ha subrayado.
Las declaraciones de Imaz coinciden en el tiempo con la presentación por parte de la Comisión Europea de una propuesta para reducir en dos tercios las importaciones anuales de gas ruso y lograr el objetivo de cortar la dependencia del mercado comunitario de los combustibles fósiles rusos en 2030, en respuesta a la ofensiva del país en territorio ucraniano y la amenaza para el mercado energético comunitario.
El plan de Bruselas incluye también una propuesta legislativa, que la Comisión Europea pretende presentar en abril, para establecer que las reservas de gas comunitarias deben estar al 90% de su capacidad a fecha 1 de octubre de cada año. Una propuesta que implicará coordinación y control de los niveles de aprovisionamiento bajo el principio de solidaridad entre Estados miembros.
El Ejecutivo comunitario también presenta a los Estados miembros orientaciones adicionales para limitar el contagio de los altos precios del gas a los precios de la electricidad en circunstancias excepcionales, como por ejemplo limitando los precios temporalmente, algo que permite en casos de emergencia el marco normativo del mercado eléctrico.
La Comisión también estudiará mecanismos para optimizar el diseño del mercado de la electricidad para aprovechar los beneficios de las energías de bajo coste así como un marco de ayudas para empresas afectadas por las crisis que se enfrentan a altos costes energéticos.
En este sentido, los Estados miembros podrán redistribuir los ingresos de los altos beneficios del sector energético y el comercio de emisiones hacia los consumidores. La normativa europea sobre subvenciones también abre la puerta a los Estados miembros a ofrecer apoyo a las empresas afectadas por los altos precios de la energía y reducir su exposición a su volatilidad a medio y largo plazo.
Además, para financiar todas estas ayudas, los Estados miembros podrían considerar medidas fiscales para gravar temporalmente «los beneficios caídos del cielo» de las eléctricas, una medida que, según la Agencia Internacional de la Energía, permitiría recaudar 200.000 millones de euros en 2022.
El foro CERAWeek, que se celebra del 7 al 11 de marzo en Houston para analizar el futuro de la energía en el planeta, cuenta en la edición de 2022 con la participación de líderes políticos y empresariales como Jennifer Granholm, secretaria de Energía de EE.UU.; Iván Duque, presidente de Colombia; James D. Farley, presidente y CEO de Ford; John Kerry, enviado especial presidencial para el Clima; Amin Nasser, presidente de Aramco; Bernard Looney, CEO de BP; Darren Woods, presidente de Exxon Mobil, o Ben Van Beurden, CEO de Shell, entre otros.