Una parte esencial de la sostenibilidad de la generación de energía renovable reside en su capacidad de integrarse en el entorno en el que se ubica. El objetivo es que la energía limpia sea respetuosa con el ecosistema en el que se genera a nivel social y medioambiental. Se trata de promover una producción energética que conviva con la actividad local de sus habitantes y, al mismo tiempo, permita proteger la biodiversidad. Convivir en los espacios y armonizar recursos permite generar energía verde sin renunciar a otros usos propios del medio rural.
En este sentido, por ejemplo, las plantas fotovoltaicas deben buscar un impacto mínimo en su emplazamiento, garantizando la viabilidad de otras actividades locales tradicionales. La única fórmula consiste en compartir el suelo, de manera que una instalación de energía solar pueda convivir con otros usos agrícolas y ganaderos: hablamos de la denominada agrivoltaica, una suerte de hibridación de sinergias entre energía y sector primario.
La agrivoltaica se implantó por primera vez en Totana (Murcia), con el fin de darle un doble uso al suelo y aprovecharlo al máximo. Así, en esta planta, ya se han cultivado y recolectado especies hortícolas como pimiento rojo, la alcachofa, el brócoli o brécol.
De esta forma, Endesa devuelve el uso del suelo renovable al sector primario, gracias al desarrollo pionero de proyectos de agrivoltaica en España, que unifican energía solar y agricultura. De esta forma, la eléctrica lidera iniciativas que consiguen preservar la biodiversidad y crear valor compartido con las comunidades locales.
Como explica Inmaculada Fiteni, responsable de Programas de Creación de Valor de la dirección de Sostenibilidad de Endesa, «compartir y no competir por el uso del suelo con el sector primario es el mejor mecanismo para conseguir la sostenibilidad de nuestras plantas solares a largo plazo». Por ello, esta iniciativa, que se alinea con el Pacto Verde Europeo, también se está replicando en las plantas de Carmona (Sevilla), Valdecaballeros y Augusto (Badajoz) y Andorra (Teruel).
Mientras que en Valdecaballeros se están desarrollando ensayos con especies aromáticas, medicinales y polinizadores, los ensayos en Augusto se centrarán en alfalfa y cultivos hortícolas de alto valor.
APICULTURA, PASTOREO Y PROTECCIÓN DE LAS AVES
En la planta solar de Las Corchas, en Carmona, se está desarrollando un proyecto pionero de apicultura, que pone en valor la necesidad de proteger a las abejas para la conservación de la biodiversidad y del futuro del planeta.
Para ello, además de cultivar tres hectáreas de plantas aromáticas, Endesa ha colocado más de 30 colmenas instaladas en un entorno vallado, junto a los paneles solares, para que incrementen el grado de polinización de esos cultivos. La miel generada en este apiario solar se envía posteriormente al convento de Santa Clara de Carmona, donde la utilizan para elaborar dulces artesanos y emplean los beneficios para acciones sociales.
Endesa estudia el impacto de su actividad desde hace tiempo, lo que permite a la compañía energética poner en marcha diferentes iniciativas para proteger a los animales que viven en el entorno de sus plantas de generación eléctrica.
En esta línea, la compañía cuenta con diferentes iniciativas enfocadas a la protección de las aves, como la de Totana, donde se han destinado ocho hectáreas a crear una isla ecológica que está permitiendo desarrollar un hábitat protegido para más de 25 especies de aves, algunas de ellas amenazadas.
Esta planta fotovoltaica, que está en funcionamiento desde 2019, cuenta con un corredor ecológico dividido en dos partes. Por un lado, se han destinado seis hectáreas a 15.000 plantas que sirven como refugio de aves para su nidificación y, por otro lado, se han plantado otras dos hectáreas con cultivos rotatorios que les sirven de alimento, como el trigo y la alfalfa.
Las ovejas también comparten espacio con las placas solares. Los pastores locales de Totana, Carmona y Badajoz llevan sus rebaños a pastar en los terrenos de las plantas fotovoltaicas. Así, además de encontrar alimento, las ovejas realizan un desbroce natural de plantas silvestres, aplicando una limpieza forestal mediante un método natural y tradicional donde tecnología y tradición se benefician al unísono.
Como explica el responsable de Operación y Mantenimiento Solar de Endesa, Antonio Moset, «en las plantas se puede cultivar pasto para la ganadería. Así, tener ovejas o algún otro tipo de ganado hace que las plantas se mantengan por debajo de las placas para no generar sombra».
En los parques eólicos, Endesa también desarrolla diferentes iniciativas con el objetivo de cuidar la biodiversidad. A través de técnicas de fototrampeo implantadas en las instalaciones de Galicia y Ávila, se lleva a cabo un estudio destinado a recopilar información de la presencia de los mamíferos en diferentes lugares de los parques.
Este análisis concluyó que los parques eólicos no alteran la vida de los mamíferos salvajes que pueblan los montes, como lobos, zorros, corzos y liebres.
Al mismo tiempo, en el parque eólico Fuencaliente (La Palma), se está implementando un proyecto pionero para proteger a las aves a través un innovador sistema de iluminación láser. Este mecanismo, instalado en la torre meteorológica del parque y cuya luz se dirige hacia el fuste del aerogenerador más próximo al mar, busca ayudar en la aproximación a este lugar a las pardelas que vuelven a tierra para anidar. La pardela canaria es otra de las especies protegidas.
La convivencia de la generación de energía renovable con el cuidado del entorno y el respeto por la actividad local es vital para que el cambio de modelo sea sostenible. Por eso, Endesa coordina sus actuaciones con los actores locales (ayuntamientos, asociaciones y entidades locales) con los que mantiene una comunicación fluida en calidad de aliados en la transición energética.