La palabra ‘ahorro’ es un concepto que llevamos muy arraigado desde que nos dan nuestras primeras pagas. Este sustantivo es sinónimo de tranquilidad y seguridad.
Pero, ¿sabemos realmente ahorrar? Al parecer no. En 2018 la tasa anual de ahorro en los hogares españoles fue solo del 4,9% mientras que la de nuestros vecinos europeos se sitúa en un 12,1%.
Es cierto que la cultura de cada país influye mucho en la tasa anual de ahorro de este. Japón, por ejemplo, tiene una amplia cultura del ahorro mientras que en los Estados Unidos tienen una mentalidad mucho más consumista.
Para entender cómo ahorrar es imprescindible entender qué es el ahorro. El ahorro es la porción de las rentas que el individuo decide no destinar hoy a su consumo. Se reserva el capital para cubrir una necesidad o contingencia futura. Dicho de otra forma, el ahorro es el porcentaje de ingresos que la persona no gasta ni invierte.
La clave para tener una buena economía se basa en que haya un equilibrio entre consumo y ahorro. Aunque a veces resulte complicado ahorrar hay algunas técnicas que pueden ayudar a tener un mejor control sobre el ahorro y por consecuencia sobre nuestra economía.
Métodos para ahorrar
En España solo un 50% de los hogares tenía antes de la pandemia ahorros superiores a los cuatro meses de salario, según el informe del Observatorio del Ahorro Familiar. Esto demuestra la dificultad que tienen muchas familias para ahorrar, que aunque a veces sea por motivos económicos en los que los salarios son muy bajos, también se puede dar por falta de organización y planificación. Es importante priorizar los gastos fundamentales y excluir aquellos que no son una necesidad, aunque esto no quiera decir que no podamos dar unos caprichos de vez en cuando. Estas son algunas de las mejores técnicas para ahorrar día a día.
El método japonés, Kakebo
Kabebo es un libro de contabilidad y finanzas de los de toda la vida. En este se separan gastos e ingresos y diferentes partidas. Para empezar a utilizarlo hay que anotar los gastos e ingresos fijos como la nómina, los gastos de luz, agua o alquiler para saber cuánto dinero quedará para el resto de compras o gastos. Luego hemos de dividir la hoja en secciones: ropa, alimentación, caprichos, ocio o cultura.
Lo complejo de este método es que cada vez que se realiza algún gasto, por pequeño que sea, hay que apuntarlo en el libro de contabilidad en la sección correspondiente. Aunque puede resultar tedioso es fundamental apuntar cada uno de los gastos para ver fácilmente cuáles son los gastos superfluos para eliminarlos y así poder ahorrar.
Método ALP
El método ALP lo elaboró un experto en finanzas llamado José Carlos Álvarez Jimenéz, autor de ‘Cuánto vale un euro’. ALP significa “Aparta Lo Primero”. Este se basa en que al recibir el ingreso principal del mes directamente se destine una cantidad al ahorro y lo demás sea con lo que vivir. Así, el cerebro “empezará a buscar soluciones para sobrevivir con lo que queda”, asegura el economista.
Para elaborarlo es necesario analizar cuánto dinero se ingresa cada mes, tanto sea fijo o extra, valorar cuánto se gasta y en qué. Se recomienda hacer dos columnas y poner en una los gastos necesarios y en otra los caprichos. Posteriormente, hay que sumar lo que se haya incluído en la columna de caprichos y retirar esa cantidad desde el primer día.
El reto de 52 semanas
Es el método más sencillo de todos y es compatible con los anteriores. Este consiste en poner dinero en una hucha o caja todas las semanas del año. Para empezar el reto hemos de depositar un euro en la caja, la semana siguiente depositamos dos euros, la tercera tres y así sucesivamente. Hasta la última semana del año que depositaremos cincuenta y dos.
A final de año, habremos ahorrado un total de 1.378, que podremos utilizar para darnos un capricho, como unas buenas vacaciones o para guardarlo y volver a comenzar el reto.
El reto de los 30 días
Este se parece mucho al anterior, solo que en lugar de hacerlo durante un año entero, lo haremos de forma mensual. Es decir el día 1 meteremos un euro en la hucha, el día 2 dos euros, el día 3 euros. Así para el día 15 tendríamos ahorrados 120 euros y a final de mes se habrían acumulado 465 euros.
Si tus ingresos son más bajos se puede destinar menos dinero sin problema, haciéndolo por ejemplo 0,50 centimos el día 1, un euro el día 2, uno con cincuenta el día 3…
Método de ahorro Harv Eker
Este método aparece en el libro ‘Los Secretos de la Mente Millonaria’ de Harv Eker. Este propone un sistema en el que se reparten los ingresos en porcentajes para poder ahorrar. Se deben guardar los ingresos de la siguiente forma:
- El 55% debe ir destinado a necesidades básicas: la casa, la comida, el agua, la luz…
- El 10% al ahorro: este dinero no se puede tocar en ningún momento.
- El 10% para formación: libros, cursos, exposiciones, etc.
- El 10% para inversiones a largo plazo: esto estará destinado para gastos grandes como un viaje, renovar muebles, hacer obras, etc.
- El 10% para ocio o caprichos.
- El 5% para donativos.
Esta es una forma de ahorrar sin prescindir del ocio.
Método 50/20/30
Este método es muy similar al anterior, pero en vez de dividir la paga en seis lo dividiremos en tres partidas de gastos.
- El 50% de la nómina lo destinamos a gastos mensuales fijos como el piso, los gastos de luz, la compra del super o el transporte.
- El 20% tendrá que ir destinado a al ahorro. Para ello lo mejor es programar una transferencia periódica a la cuenta de ahorro a principios de mes.
- El 30% que sobra es para disfrutar. Podrás gastarlo en lo que quieras.
Método de los sobres
A día de hoy parece que puede estar algo obsoleto pero sigue siendo igual de eficaz. Hay que acumular todo el dinero en efectivo y hacer las cuentas de los gastos que se tendrán durante el mes. Cuándo ya se sabe cómo hay que dividir los ingresos, debemos coger varios sobre y se marca cada uno con el gasto destinado a cada necesidad metiendo la cantidad necesaria en cada uno de ellos.
Cuando ya esté todo el dinero organizado y distribuido en los sobres sabremos cuánto dinero queda disponible para gastos poco importantes. De la cantidad deberían apartar el 10% y no tocarlo para ahorrar.
Método tradicional: la hucha y cuenta de ahorro
El método que tenemos desde niños, es tener una hucha donde ir guardando el dinero. Puede parecer antiguo pero es muy eficaz. Es cierto que el dinero en la hucha no da nada de rentabilidad, pero se consigue ahorrar. Podemos empezar por depositar en esta el cambio que te dan o las vueltas de la compra.
Cuando el dinero vaya aumentando se puede ingresar en una cuenta de ahorros donde el dinero dará cierta rentabilidad y si la idea es guardarlo a largo plazo es mejor meterlo en un depósito.
Consejos para ahorrar paso a paso
Para ahorrar no es necesario seguir un método concreto como los mencionados anteriormente, con recortar gastos en el día a día puede ser suficiente. Para ello es tan sencillo como utilizar algunos trucos:
- Hacer un presupuesto: Esto es básico para organizar los gastos. Así sabemos cuánto ingresamos y cuánto gastamos aproximadamente. Lo mejor es elaborar un presupuesto semanal o mensual. Lo mejor es utilizar los gastos e ingresos en una hoja de organización como un excel.
- Reducir el gasto de suministros básicos: Reducir gastos en los consumos diarios puede ser una opción sencilla para ahorrar. Por ejemplo, hacer duchas rápidas, ahorrar en la factura de la luz a través de los consumos, modificar el contrato de internet a uno más básico y mejor adaptado a tus necesidades, etc.
- Recortar gastos fijos secundarios: Hay gastos fijos que son imprescindibles como el alquiler o la hipoteca, pero hay otros en los que se pueden recortar. Por ejemplo cambiar el gimnasio por rutinas en casa o salir a correr, anular suscripciones a revistas o plataformas, etc.
- Evitar los gastos hormiga: Este tipo de gastos son completamente prescindibles y pueden hacer que ahorremos mucho dinero. Estos cafés que se consumen fuera de casa, el aperitivo de antes de comer, un pincho de tortilla en el descanso del trabajo… Estos gastos terminan llevándote una buena cantidad de dinero al mes. Lo mejor en estos casos es apuntarlos y sustituirlos o evitarlos.
- Utilizar aplicaciones de ahorro: Las nuevas tecnologías han nacido para facilitarnos la vida y existen apps de ahorro y gestión de los consumos que pueden ayudar mucho y automatizan tus gastos indicando en qué es en lo qué más gastas y cuáles son tus gastos fijos.
¿Qué hacer con nuestros ahorros?
Hay una diferencia entre ahorro e inversión. El ahorro es ese dinero del podemos disponer cuando queramos depositándolo en un lugar seguro y sin riesgo. Para ello se pueden utilizar diferentes productos bancarios que generan intereses pudiendo acceder a nuestro dinero cuando sea necesario, como las cuentas de ahorro. Donde encontraremos una gran cantidad de ventajas.
Este tipo de cuentas permiten que tengas plena disponibilidad del dinero pudiéndose retirar cuando quieras sin tener que abonar ninguna penalización. De la misma forma hay una protección total. Es decir, si el banco quiebra el titular podrá recuperar hasta 100.000 euros.
Otra de las ventajas es que estás seguro de cuánto dinero vas a recibir ya que el interés se mantiene de forma constante. Aunque es importante informarse bien de las ventajas que ofrece cada banco.
Pero también existen otro tipos de productos denominados activos financieros que dan una mayor rentabilidad pero normalmente no puedes acceder a tus ahorros durante un determinado tiempo.
Se puede invertir el dinero que tenemos ahorrado en diferentes activos como depósitos a plazo fijo, fondos de inversión, seguros de ahorro e inversión, bonos y letras del tesoro o planes de pensiones.
- Depósitos a plazo fijo: Este tipo de producto se basa en dejar una cantidad de dinero en el banco durante un determinado tiempo. Cuando vence el tiempo la entidad te devuelve el dinero con los intereses pactados, pero durante ese tiempo no puedes disponer del dinero.
- Fondos de inversión: Hay diferentes tipos de fondos partiendo de los que dejan tus ahorros en la renta fija hasta los que juegan en bolsa. Lo mejor es acudir a un experto a la hora de seleccionar uno. Este tipo de productos tiene una horquilla de rentabilidad muy amplia y están gestionados por expertos pero nos sometemos a un riesgo.
- Seguros de ahorro e inversión: Las aseguradoras ofrecen este tipo de productos que combinan el ahorro con las coberturas en caso de accidente o fallecimiento. Existen diferentes modelos que se adaptan a todas las necesidades. Lo malo de este tipo de productos es que no puedes acceder a tu dinero en unos cinco años.
- Planes de pensiones y planes de previsión asegurados: Estos se suelen utilizar como complemento a la pensión pública. Además, con estos se puede ahorrar en la declaración de la renta, porque sus aportaciones tienen una deducción fiscal que supera el 45%. Puedes retirar el dinero a los 10 años aproximadamente junto con el rendimiento generado.