Debido a la pandemia, la acción de IAG cayó cerca de un 80% pasando de 5,11 a 0,97 euros, el cual fue su nivel inferior en septiembre de 2020 cuando se acentuaron las restricciones de movilidad para contrarrestar los estragos producidos por la pandemia.
Según los resultados semestrales de IAG, los ingresos disminuyeron el 58,2%, pasando de 5.288 a 2.212 millones de euros, cifra que no le permitió cubrir en primera instancia los gastos de combustible y derechos de emisión, pero, aun así, estos gastos representaron una disminución del 80,8% frente al mismo periodo de 2020. Del mismo modo, todos los costos y gastos relacionados al mantenimiento, catering, tasas de aterrizaje y de navegación, presentaron importantes disminuciones del orden promedio del 50% en las pérdidas frente a 2020 aunque el resultado neto final fuera negativo.
La pérdida acumulada para el primer semestre de 2021 para IAG fue de 2.048 millones pero que representa una disminución en pérdidas de 43,3%. Esto a simple vista supone unos estados financieros débiles y con problemas, pero lo cierto es que la disminución de las pérdidas aún con una disminución porcentual de los ingresos representa un buen manejo de la directiva y proyecta unos muy buenos resultados para el segundo semestre.
Seguramente, durante el segundo semestre del presente año seguiremos viendo el incremento porcentual en las tasas de vacunación lo cual permitirá mayor afluencia de pasajeros y movilidad en los aeropuertos que se traducirá en beneficios para el comportamiento de la acción de IAG.
Técnicamente, el precio de la acción de IAG presenta el desarrollo de un ciclo que se produce desde febrero de 2019 a febrero de 2020 el cual realiza la abrupta caída impulsada por la pandemia que así mismo deja un triple break down. Esta estructura es señal de punto de giro alcista para buscar como objetivo obligatorio el nivel 61,8 de retroceso de Fibonacci del cierre del ciclo, es decir, por niveles cercanos a 3,8 euros por acción (TP2). Sin embargo, es un camino largo que entra dentro del perfil swing por lo cual, en esta ocasión nos centraremos en el punto de entrada y el primer objetivo.
Una vez el precio retoma niveles por encima de los 2 euros comienza a hacer un retroceso lento y gradual el cual encontrará una barrera a modo de soporte en el 61,8 de retroceso de Fibonacci trazado desde el mínimo de septiembre 2020 hasta el máximo de marzo de 2021. Esta primer área de compras confluiría con el soporte de septiembre de 2020 (S1), desde donde el precio tomará fuerza para ir a pagar el máximo anterior de gráfico semanal, es decir, en niveles de 2,6 euros por acción (TP1). Esta oportunidad representa una utilidad cercana al 60% la cual está apoyada del índice de fuerza relativa que se encuentra en niveles extremos de sobreventa. Una vez el precio cumpla el primer objetivo, haremos una actualización en busca de adherir a las compras y lograr los siguientes objetivos que van a más del 100% de rentabilidad a largo plazo.