Tras tres años alejada de los focos, Natalia Verbeke regresaba a la actualidad con la nueva serie de Atresmedia y Antena 3, ‘El Nudo’. Una apuesta arriesgada que pretende contrarrestar el éxito de programas en la competencia como ‘La isla de las tentaciones 3’ o la serie ‘Mujer’, en Telecinco. Pero vamos a centrarnos en la protagonista, Natalia, y ver los fracasos que tuvo antes de esta nueva serie.
‘El nudo’ supone el regreso de Natalia Verbeke como protagonista de una serie, aunque alejada de los papeles que la dieron a conocer en su juventud. En una edad que todas las actrices califican como complicada, puesto que son mayores para papeles de jóvenes y demasiado jóvenes aún para mujeres mayores. Sin embargo, en ‘El nudo’ de Antena 3 consigue un papel perfecto: una mujer que podría ser perfectamente ella: mujer de mediana edad, con un matrimonio estancado, amigos y enemigos ocultos, y que quiere reivindicarse más allá del papel de madre y esposa.
Su última entrevista y sus confesiones
Recientemente Natalia Verbeke volvía a ‘El Hormiguero’ hace un mes para hablar de sus nuevos proyectos, como ‘El Nudo’. Pero hablaron de otras muchas cosas. La actriz ha desvelado que tiene una “obsesión” que roza el “nivel enfermo” y que nunca hubiésemos imaginado. Y es que, tan concienzuda es a la hora de preparar sus personajes que cuando se mete en un papel lo primero que hace es imaginarse cómo huele, buscarle un perfume y adjudicárselo al personaje mientras dure su interpretación.
“Es una manía nivel top enfermo que consiste en que cuando empiezo a crear un personaje me obsesiono y pienso el olor que tendría, y hasta que lo encuentro no puedo sentir al personaje“, ha confesado, asegurando entre risas que las dependientas de las perfumerías deben estar “hartas” de sus visitas periódicas a la búsqueda de un perfume concreto que, aunque no pueda explicar, tiene claro desde que lee el guion de la serie, obra teatral o película que esté preparando en ese momento.
Una “obsesión” gracias a la que atesora una impresionante colección de “más de 100 perfumes” en su casa y que, en cierto modo, ha “contagiado” a su pareja, Marcos Poggi. Y es que, mientras interpreta al personaje, huele a él; pero “cuando termino un personaje, “dejo de utilizar el que elegí y nunca más lo vuelvo a usar”.