Las medidas de apoyo a empresas y trabajadores durante la pandemia deberían ser limitadas en el tiempo para evitar crear una dependencia excesiva en la economía, según el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, quien ha advertido de que la recuperación requerirá de un tiempo prolongado, pero ha recordado también que los gobiernos habrán de retomar la consolidación presupuestaria una vez superada la crisis, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) tendrá que reducir sus medidas extraordinaria.
«Es importante que todas las medidas, incluidas las adicionales, estén claramente limitadas en el tiempo», ha reclamado el banquero en un discurso. «La política fiscal no debe acostumbrarse a un rumbo laxo, ni debe depender de que las tasas de interés se mantengan tan bajas a largo plazo», ha añadido, recordando que «tras la crisis, es importante volver a reducir la elevada ratio de endeudamiento» porque la pandemia ha mostrado la importancia de unas finanzas públicas sólidas para que el Estado sea fuerte y capaz de actuar.
Las advertencias de Weidmann, considerado uno de los ‘halcones’ del Consejo de Gobierno del BCE, y sus demandas para limitar el alcance y poner fecha de caducidad a las medidas extraordinarias introducidas se producen a una semana vista de que el órgano de Gobierno del banco central de la eurozona se reúna el próximo jueves para abordar la evolución de la crisis en la zona euro, donde la recuperación ofrece síntomas de enfriamiento y los precios entraron por primera vez en territorio negativo desde 2016, al caer un 0,2% interanual en agosto.
En su intervención, el banquero alemán ha defendido la importancia durante la crisis del coronavirus de llevar a cabo un ejercicio de equilibrio en la política económica y fiscal entre la importancia de apoyar la economía en el corto plazo sin obstaculizar el cambio necesario y sin perder de vista los desafíos a más largo plazo, por ejemplo, las cargas relacionadas con el envejecimiento de la población.
«El fuerte crecimiento de los meses de verano no debería suscitar falsas esperanzas: la recuperación de nuestra economía se prolongará», ha advertido Weidmann, para quien es adecuado que el Estado asuma riesgos que abrumarían al sector privado con el fin de evitar una oleada de quiebras empresariales que destruyese parte del tejido productivo, así como un aumento masivo del desempleo que condujese a un deterioro de capacidades y dañase a la economía en el largo plazo.
No obstante, el presidente del Bundesbank ha defendido la necesidad de que el Estado vigile constantemente si el alcance y la duración de sus programas de ayuda son adecuados, además de comprobar si las ayudas son eficaces o hasta qué punto crean falsos incentivos que, en última instancia, contribuyan a empeorar la situación.
En este sentido, Weidmann ha señalado que el subsidio por jornada reducida (‘kurzarbeit’) ayuda a las empresas a retener a los empleados que necesitan después de la crisis, pero también podría vincular a los trabajadores con empresas sin futuro, «congelando estructuras obsoletas», por lo que cuanto más persisten los problemas económicos, más cuestionable se vuelve el uso de este instrumento y el Estado debería minimizar el riesgo de que las empresas utilicen los beneficios del mismo para mantener modelos de negocio sin futuro.
LIMITES A LA INTERVENCIÓN DEL BCE
Asimismo, el presidente del Bundesbank , para quien resulta «indiscutible» que la compra de bonos puede ser una herramienta de política monetaria legítima y eficaz, ha reiterado la necesidad de llevar a cabo una vigilancia constante de sus potenciales efectos secundarios, señalando la necesidad de reducir el alcance del programa de compras de emergencia una vez superada la crisis que justificó su creación.
«Al decidirme por el PEPP, fue particularmente importante para mí que fuera limitado en el tiempo y claramente vinculado a la crisis: después de la crisis, las medidas de emergencia de política monetaria tendrían que reducirse nuevamente», ha apuntado Weidmann.
Además, el presidente del Bundesbank considera que «debe quedar claro que si las perspectivas de precios así lo requieren, entonces la política monetaria en su conjunto debe normalizarse», ya que los riesgos y efectos secundarios de una política monetaria muy flexible pueden aumentar con el tiempo.
Sin embargo, ha reconocido, es poco probable que unas tasas de interés más altas complazcan a todos, por lo que ha advertido de que «en vista de la elevada deuda nacional, puede aumentar la presión sobre los bancos centrales para que mantengan una política monetaria laxa más de lo necesario».
CRÍTICAS AL FONDO DE RECUPERACIÓN EUROPEO
Asimismo, el presidente del banco central de Alemania ha criticado que el reciente pacto para el establecimiento de un fondo de recuperación europeo puede crear «una especie de ilusión de deuda», si esta no aparece reflejada en las correspondientes estadísticas nacionales y su reembolso se pospone a futuro «dando la impresión de que las deudas no cuentan a nivel europeo o que están libres de reglas presupuestarias molestas».
Por otro lado, el banquero germano ha señalado «otro punto fundamental de crítica», puesto que, en su opinión, financiar el presupuesto mediante deudas conjuntas a largo plazo no encaja con el marco regulatorio existente de la UE, «ya que hasta ahora los Estados miembros tienen la última palabra en política fiscal».
«Estoy convencido de que la acción y la responsabilidad van juntas», ha afirmado Weidmann, para quien «cualquiera que desee trasladar la responsabilidad al nivel comunitario también debe estar preparado para transferir allí competencias de política fiscal», lo que en última instancia convertiría a la UE en un estado federal democrático. «Sin embargo, actualmente no hay señales de voluntad para dar ese paso, ni siquiera en aquellos países que exigen más responsabilidad solidaria», ha apostillado.
De esta manera, el presidente del Bundesbank ha defendido que la financiación de la deuda de la UE debe seguir siendo una medida de crisis «claramente limitada y no ser la puerta a la deuda permanente de la UE».
Asimismo, el economista alemán ha apuntado que para fortalecer la resiliencia y la competitividad de las economías, es fundamental que la ayuda del fondo de reconstrucción vaya acompañada de reformas, que «suelen no ser muy populares, pero también serían una expresión de solidaridad porque aliviarían a la comunidad en la próxima crisis».
«La Comisión Europea será la principal responsable de revisar las reformas. Es de esperar que lleve a cabo esta tarea mejor que antes», ha criticado Weidmann en referencia al cumplimiento de las normas presupuestarias.