La facturación de la firma textil británica Burberry alcanzó entre abril y junio, los tres primeros meses de su año fiscal, un total de 257 millones de libras esterlinas (284 millones de euros), lo que representa una caída en términos comparables del 45% con respecto del mismo periodo del ejercicio precedente, según ha informado la multinacional.
Entre los meses de abril y mayo, las ventas comparables de Burberry en Asia Pacífico disminuyeron un 10% respecto del año anterior, mientras que el impacto de los cierres de tiendas y de las medidas de confinamiento redujo un 75% sus ventas en Europa y un 70% en América.
«En el primer trimestre, las ventas se vieron gravemente afectadas por la caída de la demanda de lujo por la Covid-19 y esperamos que lleve tiempo volver a los niveles anteriores a la crisis con la reanudación de los viajes al extranjero», indicó Marco Gobbetti, consejero delegado de Burberry, quien destacó las señales alentadoras observadas en todas las regiones.
LA PANDEMIA MARCA EL RUMBO
En este sentido, la compañía destacó que sus ventas en el mes de junio se situaron un 20% por debajo del nivel registrado en junio de 2019, lo que supone una significativa mejora en comparación con la caída media del 45% en el trimestre.
Asimismo, Burberry subrayó que la evolución de negocio en la segunda mitad del año dependerá en gran medida del curso de la pandemia y de las decisiones de los gobiernos ante nuevos rebrotes del virus.
«Esperamos que nuestro segundo trimestre continuará viéndose afectado por la pandemia», advirtió la compañía, que anticipa que los flujos de turistas seguirán siendo «insignificantes» y las operaciones en tiendas físicas seguirán enfrentándose a dificultades sustanciales, manteniendo cerrados o con horarios reducidos algunos establecimientos.
De este modo, y en función de la evolución de las ventas en el mes de junio, Burberry espera que entre julio y septiembre sus ventas serán entre un 15% y un 20% inferiores a las del segundo trimestre de su anterior ejercicio fiscal.